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Análisis de Diablo IV: Vessel of Hatred, la expansión que necesitaba para volver a engancharme al sensacional RPG de acción

El Espiritualista y la nueva región dan justo con la tecla correcta

Mi relación con Diablo IV a lo largo de este tiempo que ha transcurrido desde su lanzamiento ha sido un poco de amor-odio. Quizás esta última palabra es un poco exagerada, pero he pasado por épocas en las que el RPG de acción de Blizzard me ha cautivado tanto como para estar horas y horas delante del PC combatiendo contra hordas demoníacas, aunque también ha habido temporadas que les he dedicado el tiempo justo y necesario porque no me terminaban de conquistar lo suficiente.

A la larga esto ha causado que el tiempo que le he dedicado a la cuarta entrega de la saga se haya ido reduciendo cada vez más. Y no porque en el fondo quisiera que sucediera esta situación, ya que me apetecía volver y sentir esas ganas de querer subir de nivel, completar misiones y vivir toda clase de aventuras, algo que por fin ha sido posible gracias a Vessel of Hatred.

Tras cinco temporadas repletas de novedades y una inminente Temporada 6, conocida también como la Temporada del Odio Creciente, el juego está a punto de recibir su primera gran expansión que ya tuve la ocasión de probar brevemente hace un par de meses. No obstante, ahora me he metido de lleno en su versión definitiva y lo único que lamento es que los servidores hayan cerrado y no pueda disfrutar más de ella hasta su lanzamiento, porque es un momento que estoy esperando fervientemente.

El momento de poner fin a los pérfidos planes de Mefisto

Una de las características principales de Vessel of Hatred es su campaña y realmente extensa, porque es un acto completamente nuevo que puede llevar su buen puñado de horas completarlo, aun centrándose exclusivamente en él y nada más. Lo mejor de todo es que no importa el tiempo que le hayáis dedicado a Diablo IV, si os habéis pasado la historia principal, la dejasteis a medias o sois unos recién llegados.

Esto se debe a que tras superar el prólogo, que eso no se puede saltar de ninguna manera, es el propio juego el que te da la opción de escoger qué quieres hacer, si seguir adelante con la trama original o saltar directamente a la expansión. En el caso de elegir la segunda opción, se muestra un extenso vídeo que hace un resumen bastante detallado de todos y cada uno de los acontecimientos que han tenido lugar hasta ese instante, lo que es una manera brillante de ponerse al día en unos minutos.

Este vídeo sí que es esencial no perdérselo, porque los eventos de esta expansión hacen la función de Acto VI y nos cuenta que Neyrelle ha huido con la Piedra del Alma que contiene a Mefisto en su interior con el fin de proteger a todos y acabar con el mal que está acechando. Eso le llevará a viajar hasta la nueva región de Nahantu, situada en el sur de Santuario. Sin embargo, el poder de esta piedra es tan descomunal que poco a poco le está corrompiendo, provocando que su alma se resquebraje y ponga en riesgo su vida.

Así pues, el objetivo de los jugadores es el de seguir el rastro de Neyrelle para dar con ella y salvarla, además de poner fin de una vez por todas a los maquiavélicos planes de Mefisto y su corrupción. No obstante, no serán los únicos que estarán involucrados en este embrollo, porque la Iglesia de la Luz también tratará a su manera de restaurar el orden, aunque sin importarles a quién se acaben llevando por delante, por lo que en realidad no son unos aliados que se sumarán a esta causa tan peliaguda.

Dicho esto, Nahantu resultará muy familiar a todos los jugadores de Diablo II, dado que se trata de la región que hay que recorrer durante el Acto III de esta aclamada segunda entrega de la saga. Naturalmente, el diseño no es exactamente el mismo, pero en lo que sí coinciden es en invitarnos a recorrer su selva en la que los peligros son constantes y en la que no faltan otros lugares tan emblemáticos como Kurast y Travincal, donde habrá pueblos y civilizaciones que se encuentran por los alrededores de este lugar.

Los escenarios no tienen absolutamente nada que ver con cualquiera de las zonas que se han podido visitar en este cuarto capítulo de la franquicia, lo que sin duda le otorga una gran frescura a la experiencia porque de verdad sientes que estás viviendo algo nuevo. Es más, las dimensiones de Nahantu son descomunales y no faltarán las mazmorras, fuertes y otra serie de desafíos a superar mientras se combate contra despiadados demonios y otras tribus que convierten esta región en un infierno que sabe ocultarse en medio de la belleza de su apartado artístico.

La trama es realmente interesante y está bien repleta de secuencias y cinemáticas que hacen que gane puntos sin parar. Al final después de tantas horas me resultaba un tanto complicado debatir si quería seguir progresando en el argumento o llevar a cabo otra serie de actividades que también son de lo más entretenidas y responsables que merezca la pena no pasar por alto esta expansión.

El espiritualista y su unión con los animales salvajes

La nueva región es uno de los pilares más esenciales de esta expansión, pero es innegable que el otro es el Espiritualista, la nueva clase que se puede seleccionar y que se une a las ya existentes. A la hora de jugar a esta nueva aventura es el personaje más recomendado sin ninguna duda por lo bien que encaja con la temática y ya de paso para saber lo que es una clase totalmente distinta a cualquiera de las otras cinco, porque no tiene nada que ver.

Básicamente, el Espiritualista se caracteriza por forjar un vínculo inseparable con algunas bestias salvajes, algo que se lleva a cabo tras superar su propia cadena de misiones que le termina conduciendo hasta la sala de los espíritus, donde a partir de ese momento se desbloqueará su propia pestaña de habilidades que altera por completo la forma de jugar con esta clase. Tal es el caso que se podría decir que es como si fuesen cuatro en uno.

Estos guerreros tan ágiles y letales disponen de sus propios ataques y ramas de habilidades, como cualquier otra clase, pero lo importante es seleccionar a qué espíritu guardián se quieren unir. En ese momento, hay que seleccionar el jaguar, el águila, el gorila o el ciempiés. Estos otorgan bonificaciones especiales que son los que determinan cómo actuará el Espiritualista a la hora de plantar cara a los ejércitos de criaturas demoníacas que habitan en Nahantu y en el resto de lugares de Santuario.

Por ejemplo, el jaguar es el adecuado para repartir cuchilladas de lo más agresivas y frenéticas que van aumentando cada vez más la velocidad de ataque. El gorila es perfecto para aquellos que prefieran optar por una postura más defensiva y volverse más invulnerables a los impactos. El águila da rienda suelta a devastadores ataques eléctricos que se combinan con una gran evasión. Y por último, el ciempiés es capaz de aplicar veneno y otros efectos perjudiciales a los adversarios.

Asimismo, estas bestias se ven representadas sobre todo con los ataques definitivos que se pueden desbloquear tras haber alcanzado un cierto nivel con el Espiritualista. De este modo, es posible invocar a estos espíritus para que acudan al combate con unos ataques que causarán unos estragos terribles a todos aquellos que se crucen en su camino. Por si no fuera suficiente, de primeras solo se puede escoger un único guardián al que se va a vincular el alma para recibir las bonificaciones indicadas previamente, pero con el tiempo se pueden seleccionar dos para aumentar las capacidades tan brutales de este guerrero o para potenciar más todavía un mismo espíritu.

En resumidas cuentas, esta clase se ha convertido rápidamente en mi favorita por lo diferente que es y por cómo cambia radicalmente dependiendo de los puntos de habilidad que se repartan. Hasta diría que en un conjunto general ha sido la novedad que más me ha fascinado de todas. No veo el momento de volver a seguir jugando con el Espiritualista y descubrir qué virguerías realiza la comunidad con las mejores combinaciones que descubran.

Toda ayuda siempre es bienvenida

Las amenazas que habitan en Nahantu no son especialmente pocas. Al final, por muy poderoso que pueda ser el Espiritualista, siempre es de agradecer cualquier ayuda que nos quieran brindar. Es ahí donde entra en escena otra novedad más de esta expansión y con la que se da la bienvenida a los mercenarios, unos fieles aliados que habrá que reclutar previamente al superar una serie de misiones, aunque son personajes tan vitales que lo suyo es completar estas tareas cuanto antes para desbloquearlos.

La base principal de esta nueva aventura es el Escondrijo, un lugar que irá aumentando y ofreciendo más tiendas a medida que vayamos sumando más compañeros de viaje, de ahí que sea este otro gran motivo para ir tras su búsqueda. Además, todos ellos tienen su pasado y una historia de fondo que servirá para conocerlos mejor todavía y sus personalidades tan variopintas.

Una vez seleccionado al compañero, este nos acompañará sea a donde sea, ofreciendo una gran ayuda y una forma de combatir que variará dependiendo de las decisiones que se tomen. En este sentido, su árbol de habilidades hace que varíe su forma de actuar, como por ejemplo el caso de Raheir, un soldado de lo más corpulento que porta un escudo casi tan grande como él y que puede ejercer de tanque o limitarse a atacar sin ton ni son contra todo lo que vea. E incluso se pueden potenciar sus capacidades a base de aumentar la afinidad simplemente jugando.

El juego ofrece la opción de llevar dos mercenarios al mismo tiempo, pero ambos no funcionan de la misma forma. El primero es el que no se separará de nuestro lado en ningún momento, mientras que el segundo se podría decir que es más un apoyo temporal, porque se puede ligar a una de las habilidades de nuestro propio personaje para que salga a escena cada vez que la utilicemos, reparta estopa durante unos segundos y se vuelva a ir. Para que os hagáis una mejor idea, es como cuando pides ayuda a un compañero en un juego de lucha.

Aun así, la afinidad no solo será útil para aumentar el nivel de los mercenarios, dado que esta también sirve para mejorar sus propuestas dentro del Escondrijo. Gracias a ello se puede acordar mejores trueques y mejorar más todavía el comercio de esta guarida para obtener a la larga artículos más valiosos todavía. Desde luego, se trata de otro añadido que he agradecido profundamente y que no me extrañaría que se acabe potenciando más todavía en futuras temporadas.

Las otras actividades que aguardan en la selva de Nahantu

Más allá de la campaña exclusiva de la expansión y las actividades de la Temporada 6, disponibles para todos los jugadores, otra de las mayores formas de pasar el rato es con la Ciudadela Oscura, una mazmorra que solo aparece tras completar la historia de este nuevo acto. En este lugar tan siniestro oculto en todo el corazón de Nahantu hay que reunirse con un grupo de dos a cuatro jugadores para recorrer sus salas en las que aguardan espectaculares y desafiantes combates contra enemigos y jefes finales.

Es el único aspecto que no he podido probar todavía detenidamente y que requiere jugarlo en la dificultad Tormento I tras superar también una misión previa, pero se podría decir que se trata del desafío definitivo, porque el trabajo en equipo es más determinante que nunca. No solo bastará con unir fuerzas en momentos puntuales, sino también dividir a la banda en caminos diferentes cuando sea indispensable. Todo ello con el fin de conseguir algunas de las piezas de equipo y artículos cosméticos más valiosos.

La otra gran mazmorra que debuta es la infraciudad de Kurast, que en este caso se trata de otro reto en el que hay que darse prisa para avanzar a toda pastilla por sus pasillos a medida que se pone fin a la vida de todos los enemigos y jefes que van surgiendo. El botín variará dependiendo de los tributos espirituales, un nuevo tipo de llaves, que aumentarán la calidad de los objetos, pero también de las amenazas que tratarán de impedir que nos hagamos con ellos.

Y si hay otra característica que resultará muy familiar a los jugadores y se ha traído de vuelta en esta expansión son las runas, que al igual que las gemas, se pueden colocar en las piezas de equipo que contengan algún hueco. Hay numerosas de ellas y todas presumen de una función exclusiva, pero a su vez estas se dividen en dos, como son las runas de ritual y las de invocación. De hecho, hasta os las tendréis que imaginar como si fuesen una pieza de puzle.

Esto se debe a que en una pieza con dos agujeros se puede colocar una runa de ritual y conectarla a otra de invocación para que sus poderes aumenten más todavía. Por supuesto, estas se pueden generar a cambio de recolectar los materiales necesarios o a base de progresar en la campaña y cumplir misiones. Sea como sea, son un recurso que también afectará a la personalización de los personajes para que se vuelvan más poderosos.

La opinión de VidaExtra

Diablo IV: Vessel of Hatred es justo lo que estaba buscando para disfrutar como nunca de este fenomenal RPG de acción. Gracias a esta expansión se demuestra que el mundo de Santuario tiene la capacidad de contar muchas historias y totalmente dignas de enmarcar, porque la campaña es fascinante y he disfrutado todas y cada una de sus misiones y la manera como van progresando los acontecimientos, sus impresionantes cinemáticas y los nuevos personajes que cobran un gran protagonismo.

Tras jugar tantas horas con el resto de clases, el Espiritualista le otorga un soplo de aire fresco a las actividades del juego por su manera tan diferente de jugar y por cómo encaja de una manera tan sobresaliente con todo lo que tiene que ver con la nueva aventura. Ha sido un acierto pleno, así que debería ser el personaje que escojáis con total seguridad si estáis dispuestos a haceros con esta expansión, algo que no lamentaríais.

Quizás, he de reconocer que se echa en falta algo más de contenido aparte de la historia principal, aunque también quiero creer que esto no es más que el principio y que el contenido de Nahantu irá creciendo poco a poco en el futuro a medida que se publiquen más temporadas. El tiempo lo dirá, pero por el momento hay que admitir que Blizzard ha hecho bien los deberes y sin ser plenamente perfecta, la expansión es justo el tipo de contenido que se requiere para darle una segunda oportunidad a esta última entrega de la saga.

Precio de Diablo IV: Vessel of Hatred

La expansión Diablo IV: Vessel of Hatred se distribuirá en varias ediciones. La estándar puede ser vuestra por 39,99 euros, pero aquellos que busquen algo más se pueden hacer con la edición Deluxe por 59,99 euros o la edición Ultimate por 89,99 euros. Pulsando aquí podéis consultar lo que incluye cada una de ellas.

Por otro lado, si ni siquiera tenéis una copia de Diablo IV, os podéis hacer con el lote al completo por 69,99 euros.

Duración de Diablo IV: Vessel of Hatred

Aquellos que se centren en superar única y exclusivamente la historia principal de Diablo IV: Vessel of Hatred tardarán alrededor de unas 15 horas, aproximadamente, pero la cifra puede aumentar más en el caso de ir en la búsqueda de todos los mercenarios, aumentar las capacidades del Espiritualista, etc.

Ficha Análisis Diablo IV: Vessel of Hatred

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