La filosofía de Xbox Game Studios es que juguemos dónde queramos a lo que queramos. Incluso sin una Xbox. Una premisa tan valiente como visionaria que cobra sentido a través del Game Pass y Xbox Cloud Gaming, el servicio de juego en la nube de Microsoft. E, indiscutiblemente, se disfruta más con botones y sticks. En este sentido, el Razer Kishi supone el salto de calidad.
He sido y sigo siendo el primero en reconocer que los controles táctiles optimizados de Xbox Cloud Gaming son una solución ejemplar que debe sentar cátedra a la hora de llevar el juego en nube a dispositivos táctiles, pero eso no quita que haya mejores alternativas a la hora de improvisar partidas sobre la marcha. Y, como puedes ver justo abajo, hay una barbaridad de mandos y soportes.
La más recurrente solución es vincular un mando que ya tengamos. Las actuales versiones de los sistemas operativos iOS y Android permiten asociar los mandos inalámbricos de Xbox, los Dualshock y hasta los DualSense de manera relativamente sencilla a través del Bluetooth. Dicho lo cual, y como ocurre con los controles táctiles, es una solución, pero jugar con la pantalla y sin un soporte está lejos de ser lo ideal.
Los que nos leen desde hace tiempo lo saben: salvo que esté enganchado a un juego o en mitad de un evento, acostumbro a jugar fuera de casa y me echo un par de partiditas antes de dormir directamente desde la cama. Eso hace que acumule muchas horas en Switch y las alternativas de juego en la nube para móviles, como Xbox Cloud Gaming y Stadia.
Hasta hace relativamente poco asociaba el mando de Xbox (o Stadia) a mi iPhone conectado a un soporte de tipo clip, y tengo que reconocer que el resultado, mando en mano, era realmente satisfactorio salvo por tres matices recurrentes:
- El ritual de asociar el propio mando a cada sistema que antes de usarlo y, posteriormente, desconectarlo antes de vincularlo a otro.
- Ajustar correctamente el soporte para evitar pasar sustos innecesarios.
- Y, sobre todo, tener que lidiar con el triple consumo de pilas, batería de móviles y datos.
Definitivamente, tres problemas del primer mundo de manual. Lo cual, tras meses de nuevas partidas, hizo que mirase con otros ojos el Razer Kishi, un sistema de agarre portátil de móviles cuyo aspecto, una vez conectado al puerto de carga, es justificadamente comparable al de Nintendo Switch. ¿Y en lo referente a las sensaciones de juego?
Razer Kishi y Xbox Cloud Gaming: lo más parecido a una Xbox portátil
El lanzamiento de Xbox Cloud Gaming llegó de la mano de una primera hornada de accesorios licenciados por Microsoft con los que llevar las partidas de la consola a la palma de nuestras manos en el sentido más literal. Entre ellos, soportes, mandos, accesorios de todo tipo y el propio Razer Kishi.
En esencia, se trata de un mando partido (más o menos como el Split Pad Pro de Hori) aunque presentado en una única pieza gracias a un sistema de banda extensible y ajustable. De hecho, no hace falta sincronizar ni pasar por la pestaña de configuración: se conecta de manera sencilla al móvil a través del puerto de carga y al instante puedes empezar a darle a las direcciones y los botones.
La distribución es, en esencia, la misma de los Joy Con de Nintendo Switch: sticks asimétricos con los botones de home, menú y opciones a la altura inferior. En este caso, el botón home equivale al botón Xbox del mando de Microsoft. En la parte superior, por suerte, en lugar de los cuatro botones planos de la consola de Nintendo nos topamos con dos botones y dos gatillos, aunque el recorrido de estos últimos es más limitado que los mandos de consolas.
Si bien, la correa extensible implica que no es posible separar cada mitad del mando, existe un sistema de pliegue y fijado que le da un aspecto de mando tradicional y totalmente compacto. De manera ilustrativa, cerrado es solo un poco más pequeño en dimensiones que el mando de Xbox.
Dicho lo cual, y como parte negativa, a diferencia de los Joy Con de Nintendo o el propio mando de Xbox, el Razer Kishi no funciona de manera inalámbrica ni se puede conectar mediante cable al móvil o cualquier otro sistema una vez plegado. Una lástima, porque eso lo hubiese hecho todavía más interesante.
El tacto y la calidad de los botones transmite confianza, desde luego. La suficiente como para encadenar partidas de Dead Cells, repartir tollinas a lo loco en Killer Instinct o saltar directos a la mar en Sea of Thieves desde donde estemos. La latencia no se nota. Incluso te diría que no existe al jugar a juegos instalados en el móvil, aunque, como es de lógica, la calidad de nuestra conexión será lo que realmente condicionará nuestra experiencia de juego.
Disfruta de más de 100 juegos de alta calidad, de Xbox Live Gold y de una suscripción a EA Play por un bajo precio mensual. Consigue el primer mes de Ultimate por 1 euro.
Eso sí, el Razer Kishi es también la excusa para perderse durante horas en el castillo de Drácula de Castlevania: Symphony of the Night o disfrutar de un juegazo de culto como Chrono Trigger: pese a que está totalmente licenciado por Microsoft, los juegos clásicos que soportan mando, como todos los juegos del sello SEGA Forever (todos gratuitos y no son pocos), los RPGs que soportan mando o un porcentaje muy a considerar de juegos de Apple Arcade.
Mis partidas de Sonic 2 no tienen nada que envidiar a las que echo en Switch, Fortnite funciona de escándalo y, definitivamente, el Razer Kishi ha logrado algo que pensaba que era improbable: frenar mis muy razonables deseos de ver Castlevania: Symphony of the Night publicado en la eShop.
En cuanto a especificaciones, y según la web oficial de Razer, nos encontramos:
Icono |
|
---|---|
Contenidos incluidos en Caja |
|
Tamaño (cerrado( |
94.3mm x 134.1mm x 37.3mm |
Peso |
163 g |
Sistema Operativo Necesario |
|
batería |
No necesita carga |
Botones |
|
Palancas |
|
Conectividad |
|
Precio |
|
Como se puede ver, existen dos modelos de Razer Kishi que en esencia, se diferencian en que uno sirve para móviles Android y otro para iOS. Las características principales son compartidas, aunque los sistemas de conexión son diferentes. Dicho lo cual, las políticas de Apple y Google con sus sistemas operativos de móviles también condicionan la experiencia en beneficio, para sorpresa de nadie, de Android.
- De partida, porque Stadia ya se juega en dispositivos Google. Lo cual abre todavía más la oportunidad de jugar a juegos en nube dónde queramos. ¿El motivo? Las políticas de Apple, aunque Microsoft las ha sorteado gracias a que Xbox Cloud Gaming funciona en navegadores. Y realmente bien.
- A esto hay que sumar que Android ofrece una enorme variedad de posibilidades para disfrutar de juegos clásicos y joyas perdidas, incluyendo éxitos arcade y consolas retro. La sencillez con la que se conecta el Razer hace todavía más goloso el acceso a estos juegos.
Con eso por delante, si bien, a través de mis móviles siempre he tenido un generoso repertorio de juegos clásicos y de lucha en mi bolsillo, tengo que reconocer que la llegada de Xbox Cloud Gaming a iOS ha supuesto la apertura de la caja de Pandora. No solo por la manera de permitirme dar el salto de calidad al jugar, sino también a la hora de exprimir el Game Pass todavía más.
Aunque, claro, hay elementos que no tienen mucho que ver con el Kishi y que condicionan las partidas de juego en la nube. Game Pass para móviles está en fase de beta, con lo que mi salto a los shooters competitivos tendrá que esperar, y el sonido cuando juego en zonas en las que la cobertura escasea es una calamidad. Y, pese a que las sensaciones son más que positivas, hay aspectos muy concretos que merecen la pena tenerse en cuenta.
Luces y sombras del Razer Kishi como sistema portátil
A día de hoy, DOOM Eternal se disfruta más y mejor en Nintendo Switch en modo portátil que en Xbox Cloud Gaming en iOS, y no es el único juego. Los tiempos de carga son mayores en el sistema dos en uno de Nintendo, desde luego, y la resolución está más o menos a la par. Pero el port de Panic Button es para quitarse el sombrero y la experiencia de juego en la nube de Microsoft todavía está en fase de beta, y eso se nota.
Del brutal multijugador Battlemode, quizás mejor hablamos más adelante. Al menos, cuando la comparación entre ambas plataformas de juego sea realmente justa y con la esperanza de que en algún momento estén alineadas con las otras sobremesas y escritorios.
Que no se me malinterprete: Razer Kishi es una de las mejores maneras de abordar el juego en la nube y aprovechar los juegos instalables que aceptan controles tradicionales. Incluyendo clasicazos como Streets of Rage o éxitos incombustibles como Fortnite. Pero hay aspectos muy concretos que hecho en falta dado que, como mando para móviles, no está entre las opciones más económicas.
De entrada, su único puerto es un USB Tipo C incluido únicamente para cargar el móvil mientras jugamos. Es un detalle que se pueda hacer, desde luego, sobre todo cuando vamos a hacer un viaje largo y tenemos acceso a un enchufe. Pero echo en falta una salida para auriculares tradicional. Por suerte, al no conectarse vía Bluetooth siempre puedo emparejar unos auriculares inalámbricos.
Además, y como he referido en más de una vez, queda descartado su uso como mando adicional en otros sistemas como un PC o una tableta. Solo se puede usar en tu móvil y conectado como si fuese una consola portátil. Eso sí, no reclama batería ya que usa la carga del propio terminal. Y ojo, si te haces con el modelo de iOS no lo podrás usar en un terminal Android y lo ocurre lo propio en el caso contrario.
También comentado con anterioridad, es una faena no poder acceder a mis juegos de Stadia en iPhone (al menos, de momento) con el Razer Kishi dado que Google no ha dado el paso en iOS como el juego en la nube de Microsoft. De momento, la única manera de jugar es a través del mando de Stadia y en las condiciones fijadas.
Y, si bien, el Razer Kishi es una delicia en los juegos instalables, como Among Us, Call of Duty Mobile o Fortnite, los cuales lo reconocen sin tener que hacer un solo paso previo, sigo prefiriendo jugar los títulos realmente competitivos en sobremesas y PCs por algo tan sencillo y tan necesario como un buen sistema de comunicación. No obstante, la alternativa está ahí y funciona de maravilla. Todo lo bien que se puede esperar con la sencillez de un click.
De momento, Razer Kishi no sustituirá mis vicios y madrugones con Nintendo Switch. Al menos, no todos. No con un Monster Hunter Rise y Monster Hunter Stories 2 que me tienen obsesionado, y un Dragon Ball FighterZ que suma una cantidad de horas que solo puede definirse como preocupante. Pero es uno de los caprichos de los que estoy más orgulloso, el que más estoy amortizando en las últimas semanas y, definitivamente, me ofrece una notable mejora en mi manera de jugar cuando dejo atrás el felpudo de mi puerta.
Ofreciéndome, como ya comenté, esa Xbox portátil que Xbox nunca sacó. Permitiéndome unirme a una tripulación de amigos en Sea of Thieves sin pensármelo demasiado ni tener la consola o el PC delante. Retomando mi partida de GTA V justo en el punto dónde la dejé. Y, lo mejor de todo, con la promesa por delante de que los bombazos de nueva generación se jugarán en mi móvil.
Ver 24 comentarios