Nunca he sabido responder con exactitud a la clásica pregunta de mis 10 juegos favoritos, hay muchos más juegos que merecerían entrar en esa lista, pero lo harían más por sensaciones que por calidad técnica, artística o jugable. Sin embargo siempre he tenido claro que de tener que concretar los dos primeros puestos, éstos los ocuparían ‘Shadow of the Colossus’ y ‘Quake’. El segundo me obliga a estar atento a todo lo que lanza id Software, como es el caso que nos ocupa: ‘RAGE’.
Desde su anuncio, con las megatexturas y la aproximación de la desarrolladora de Carmack a los conceptos explotados en los últimos años por bandera, ‘RAGE’ se ha ganado que le prestemos constante atención. Sus gráficos, sus armas, la promesa de un mundo abierto… mil y una razones para no quitarle el ojo y lanzarnos a por él cuando el juego llegase a las tiendas. En el siguiente análisis nos centraremos en comprobar en qué punto han quedado cada una de esas promesas, qué nos ofrece el juego y si es realmente el triple A que llevábamos años esperando.
‘RAGE’, un juego que sí admite medias tintas
Empezaré dejando claro que me esperaba más. De id Software se espera que todo sea perfecto, y lamentablemente no es algo que se pueda decir de ‘RAGE’. En prácticamente todas las ocasiones acaba rozando esa perfección, pero en otras en cambio queda lejos de ese punto. Es una señal más de que cada estudio tiene sus pros y sus contras, y mientras id Software borda el apartado gráfico y la remarcada experiencia en conseguir que los tiroteos sean una delicia, falla en eso de mostrar un mundo abierto y crear un gran guión. Notas que, de todas formas, Bethesda debería haber afinado mejor.
Centrémonos antes en esos puntos negros del juego, porque de ninguna forma me gustaría dejaros con un mal sabor de boca al acabar el análisis. En primer lugar olvídate de las idílicas imágenes de cielo azul y un horizonte interminable, son preciosas y alentadoras, pero también un mero espejismo. ‘RAGE’ es un juego pasillero, un excelente juego pasillero debería remarcar, pero nada más. Si bien es cierto que ese aroma a RPG que muestran sus misiones y el tenerte de aquí para allá haciendo recados acordándote de ‘Borderlands’ podría indicar lo contrario, en la mayoría de ocasiones nos limitaremos de ir al punto A al punto B para pasar a la siguiente misión.
De esas conversaciones que vamos teniendo con la gente que puebla las tres ciudades por las que pasaremos, se va desgranando la historia. Pero lo que pinta de maravilla al principio acaba desmoronándose durante las 10-12 horas que dura el juego, alcanzando un final totalmente falto de carisma, en el que se echa en falta un enfrentamiento a la altura de todo lo que hemos hecho con anterioridad, y se nos deja ver lo que podría convertirse en el inicio de una saga.
Precaución, amigo conductor
Tras conseguir una misión lo primero que haremos será dirigirnos a alguna de las tiendas que se encuentran en el juego para comprar munición y pertrechos. El siguiente paso será recoger nuestro coche y trasladarnos al Yermo, la fuente de esas imágenes de cielo azul y aspecto decrépito pero entrañable que hicieron famoso al juego.
Los viajes con el coche (o quad, o buggy) se convierten en un ‘Mario Kart’ wannabe que cambia el circuito Arco Iris por el Gran Cañón del Colorado. Tendremos turbo, armas (torretas, misiles), gadgets (fuego de cobertura aéreo, bombas, minas) y enemigos a los que usar de cartones en una galería de tiro. El problema es que estos enfrentamientos requieren dedicación, ya no sólo en las luchas, que en ocasiones pueden darte algún que otro quebradero de cabeza por la habilidad de los enemigos al rodearte y esquivar tus ataques, sino porque para salir de las contiendas sin despeinarte deberás participar en carreras, que a su vez te proporcionarán nuevas armas, diseños, escudos y demás.
Cuando no tienes nada mejor que hacer, puedes quedarte a pasar el rato con los bandidos motorizados. Pero cuando sabes que la siguiente misión te llevará a un plató de televisión lleno de trampas y mutantes a los que reventar a escopetazos, pasarás por delante de tus enemigos diciéndoles adiós en la mano y recordándoles que a las nueve de la noche ponen en la tele el programa que vas a empezar a grabar en unos minutos.
Dicho ésto toca pasar a destacar en qué brilla con luz propia ‘RAGE’, y para ello debemos trasladarnos a lo que decíamos al principio: id Software hizo ‘Quake’, en algo se debe notar.
Sabor a shooter añejo con aroma a nueva generación
Llegamos al punto que llevo varios párrafos queriendo empezar, el de los enfrentamientos, el de ese aroma a shooter añejo, pasillero, cerrado y tremendamente divertido. Los escenarios tienen su mérito, y pasear por ellos quedándote perplejo al comprobar la cantidad de detalles que lo pueblan tiene su qué, pero la joya de la corona de ‘RAGE’, sin lugar a dudas, son las armas y los enemigos.
La falta de un sistema de niveles o mejoras se compensa con una gran cantidad de armas, que llevarás siempre encima, y la posibilidad de intercambiar las municiones para que una ballesta pase de atravesar cabezas con sus flechas a convertirse en un dispositivo de control mental remoto. Gracias a ello se consigue que los enfrentamientos sean terriblemente divertidos, por tener la opción de escoger el arma y munición que más te convenga en cada momento y por saber que, de errar en tu misión, ha ocurrido por tu culpa y tu mala previsión y estrategia.
La indispensable necesidad de granadas se complementa además con diferentes gádgets, desde vendas curativas que pierden el sentido al comprobar que la vida se regenera por sí sola (ofreciéndote además la posibilidad de superar un minijuego para revivir si caes derrotado y tienes la carga de la batería al completo) hasta torretas o arañas mecánicas capaz de seguirte y atacar de forma autónoma.
Dudo que disparar a la pared sea algo divertido, por lo que sus creadores se han encargado de introducir en el juego unos enemigos espectaculares que superan en ciertos momentos a gran parte de lo visto durante la presente generación. Se cubren, se comunican entre ellos, intentan flanquearte o incluso huyen si ven que no tienen posibilidades de plantarte cara. No es que su IA funcione siempre a la perfección, pero al hacerlo de vez en cuando te obligan a olvidar cuando sí falla en su estrategia.
Tenemos cuatro tipos de enemigos principales y algún que otro especial, pero si hay un grupo que se ganará vuestro corazón es el de los mutantes. Te percatarás de la buena compra que has hecho cuando te encuentres en una habitación de escasos centímetros y veas como unos gritos de desesperación y dolor preceden a uno de estos simpáticos amigos de Sloth atravesándo una ventana de una voltereta, a otro gritándote desafiante desde el marco de una puerta y un tercero atravesando el techo para caer justo ante tus narices.
Momento en el que cambias tu arma por la escopeta y empiezas a disparar sin ton ni son confiando en que las pequeñas dimensiones de la estancia acaben jugando a tu favor. Será entonces cuando descubras que disparar a la pared, principalmente por haber errado una vez más tu tiro, sí puede llegar a ser divertido.
El agobio sin embargo no se reduce a ese tipo de cuartuchos, dales un pasillo a estos pequeños desgraciados y prepárate a alucinar viendo cómo corren desesperados hacia ti, sorteando escaleras y cajas, saltando por las paredes y tropezando al paso de tus tiros con algunas de las mejores animaciones que he visto en mucho tiempo.
Conclusión
Me encantaría poder decir que esa sensación se traslada también a su modo multijugador, pero lamentablemente no es así. Insulso e innecesario te hace desear que id y Bethesda hubiesen obviado esa posibilidad para concentrarse en los pequeños fallos que contiene el juego en su carga de texturas de alta resolución. No es algo que haya sufrido demasiado tras instalar el juego en Xbox 360, pero al fin y al cabo son elementos que siempre deslucen un gran trabajo.
Desconozco qué sensación os ha producido el juego a los que lo habéis probado, y también me gustaría conocer qué opináis tras leer el análisis los que aún no lo habéis tenido en vuestras manos. No dudo en reconocer que no estamos ante un juego perfecto, y posiblemente tampoco ante uno de los juegos del año, pero no dudo ni un segundo en afirmar que hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien con un FPS, y eso, al fin y al cabo en los tiempos tan agrios que corren, ya es suficiente como para darle una oportunidad.
RAGE | Xbox 360
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Plataformas: PC, PS3, Xbox 360 (versión analizada)
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Desarrollador: id Software, Bethesda
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Distribuidor: Koch Media
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Lanzamiento: Ya disponible
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Precio: 69,95 euros
<p><span class="caps">RAGE</span> se convierte en el heredero de los <span class="caps">FPS</span> añejos, aquellos de interminables pasillos y agobiantes ataques enemigos a los que repeler con gran cantidad y variedad de armas.</p>
Vídeo | YouTube
En VidaExtra | ‘RAGE’, intro y primera misión, 26 minutos de gameplay para impacientes, ‘Rage’. Análisis
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