Tenía bastante abandonada la franquicia 'Project Zero' a pesar de habérmelo pasado en grande con los dos primeros y haber probado muy por encima las entregas posteriores la saga principal, así que cuando llegó a nuestras manos la posibilidad de adentrarnos en 'Project Zero Maiden of Black Water' para Wii U, no me lo pensé ni un momento.
Tras tres días de infarto debo reconocer que sus mecánicas han envejecido bastante bien y, dentro de lo abandonado que está el panorama de los survival, este 'Project Zero Maiden of Black Water' es todo un regalazo para los fans del género y pasa a convertirse en uno de los grandes imprescindibles de la consola de Nintendo. Si aún no te has acercado a la saga, es el mejor momento para hacerlo.
El retorno del survival horror
Siendo una de esas franquicias con poco tirón en nuestro país (de hecho no viene traducido a nuestro idioma y alcanzará las estanterías con una edición especial con una tirada muy limitada y pocas o nulas opciones de recibir más unidades en el futuro) daremos por hecho que muchos de vosotros no estáis muy familiarizados con la fórmula, así que aquí van algunos detalles básicos para los neófitos.
'Project Zero', y de rebote 'Project Zero Maiden of Black Water', nos planta ante una exploración en tercera persona con el terror de marcada inspiración nipona como bandera. En esta quinta entrega toca pasear por bosques, casas y templos abandonados donde deberemos ir recogiendo objetos, completando puzles y, por descontado, acabando con los fantasmas que nos vayamos encontrando.
Para ello contamos con una cámara oscura creada especialmente para exorcizar espíritus, así que cada vez que nos crucemos con un espectro deberemos pulsar un botón y saltaremos a una vista en primera persona, controlable con los sticks o los sensores de movimiento del Wii U Gamepad, desde la que haremos fotos a los fantasmas hasta debilitarlos.
Cada vez que disparamos la cámara el fantasma objetivo perderá fragmentos de alma que flotarán a su alrededor. Si enmarcamos el mayor número de fragmentos posibles junto a la foto del espíritu le haremos más daño, pero si fallamos y los fragmentos acaban volviendo al ente, recuperará parte de su vida.
Project Zero, mejor con Wii U
La gran baza de esta edición respecto a otras versiones es la necesidad de enmarcar esos fragmentos girando la cámara para coger el mejor ángulo de disparo, una pequeña novedad que añade otra capa de profundidad a los combates y supone un gran aliciente cuando vamos de valientes y queremos enmarcar a un grupo de fantasmas con sus respectivos fragmentos en una única fotografía.
Además de los fantasmas atacantes también encontraremos presencias como entes representando el suicidio de su pasado físico o almas errantes que vagan por las casas. Estas presencias se visualizarán de forma momentánea y nos obligarán a ser diestros con la cámara al fotografiarlos si no queremos que se nos escapen. Hacerlo nos brindará un buen puñado de puntos que podremos utilizar para mejorar los distintos aspectos de nuestra cámara o las lentes que utilizamos.
La cámara también nos servirá para completar puzles (hacer una foto a un lugar concreto visto previamente en otra foto) o desvelar objetos escondidos que posteriormente habrá que recoger con un minijuego ya visto en otras entregas en el que acercamos la mano hasta cogerlo corriendo el peligro de que un brazo fantasmagórico intente agarrarnos. Como nunca sabes en qué momento va a aparecer, coger cualquier porquería del suelo se convierte en uno de los momentos más tensos del juego.
No serán los únicos, ya que los tres protagonistas del juego son especialistas en ponernos de los nervios cada vez que abren una puerta de la forma más lenta posible o echan a correr por el agua con la misma velocidad. Todo está enfocado a que lo pases mal, y la ambientación y el sonido ponen la guinda en un pastel en el que las manos saliendo del agua o las muñecas apareciendo y desapareciendo a nuestros pasos acaban de cerrar el círculo.
Imprescindible para los fans del terror nipón
Suma la crudeza de su historia, plagada de rituales, asesinatos a sangre fría y suicidios colectivos, o las escenas vistas cada vez que tenemos la oportunidad de tocar a un fantasma debilitado (todo muy en plan cinta VHS vieja como en la clásica película de The Ring) para acabar de darle la vuelta a tu estómago.
Eso sí, como en todos los juegos de este estilo la ambientación de la habitación es clave, y no es lo mismo jugar con un crío en la habitación contigua viendo Pocoyó a todo volumen que en una estancia sin luz y con los cascos puestos, donde el juego gana muchísimos enteros y consigues apreciar todos sus matices.
Probablemente el control, que obliga a pasar por la configuración de sensibilidad si no quieres perder los nervios cada dos por tres, y el mecánica del agua, que te permite hacer más daño con la cámara cuando estás mojado pero también genera más fantasmas, son los puntos más flojos de un juego que, sin ser ningún triple A, hará las delicias de todos los fanáticos del terror.
'Project Zero Maiden of Black Water' es un formidable añadido al catálogo de Wii U que, además, se encarga de rellenar un género que, de no ser por los desarrollos independientes, estaría preocupantemente abandonado durante esta generación. Si te llama mínimamente la atención, dudo mucho que acabes decepcionado con su propuesta.
A favor
- Tras siete años esperando, no decepciona
- El añadido del Wii U Gamepad le sienta genial
- La ambientación es de las mejores del género en los últimos años
En contra
- Viene sin traducir a nuestro idioma
- El control peca de ser demasiado tosco
- El exceso de objetos sin demasiada información de la trama puede llegar a cansar
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