Análisis de Pony Island, la última genialidad de la escena indie tras Undertale

Análisis de Pony Island, la última genialidad de la escena indie tras Undertale

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Análisis de Pony Island, la última genialidad de la escena indie tras Undertale

'Undertale' ha removido los cimientos de esta industria. Nadie podría imaginar que tras su descripción (un RPG en el que no destruyes a nadie) se escondería no solamente uno de los juegos de rol más refrescantes de las últimas décadas, sino "el mejor juego de todos los tiempos".

A pesar del revuelo, todavía no me he animado a adentrarme en el particular universo ideado por Toby Fox. Poco tardaré, desde luego, aunque debo decir de entrada que su banda sonora me encanta. El que sí me ha llamado la atención tan pronto supe de su existencia, al redactar los lanzamientos de la semana pasada, fue 'Pony Island'. Y todo por culpa de su tráiler.

No le suelo hacer ascos a casi ningún género y desde hace mucho tiempo los desarrollos independientes son los que más satisfacciones me están dando gracias a su frescura, pero en el caso de 'Pony Island' me atrajo sobre todo su indescriptible propuesta: ¿una isla sobre ponis? ¿Y donde entran en juego errores típicos de las computadoras y bajo un filtro de lo más satánico?

Tenía que probarlo. Además su precio es una verdadera ganga: 4,99 euros.

Pony Island, un juego que no va sobre ponis. ¿O sí?

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Es difícil describir esta rareza de Daniel Mullins Games sin destripar algo de su historia. Antes de nada, eso sí, hay que volver a reincidir en el hecho de que se trata de un proyecto que surgió dentro de un Ludum Dare, en concreto en el número 31 de finales de 2014. Se trata de un evento, para el que no lo conozca, en el que los desarrolladores tienen tan solo dos días para crear un juego.

Su concepto sigue intacto, aunque aquel proyecto era muy primigenio y sobre todo limitado y sin la complejidad narrativa con la que cuenta la versión final de 'Pony Island', un juego que no va precisamente de ponis saltando alegremente, sino que guarda en su interior algo más oscuro.

No es ni un plataformas, ni una aventura ni un juego de puzles, sino que es todo eso y más, al adoptar mecánicas de hackeo (no hay que ser un experto, ojo, sino tener nociones básicas de Windows y poco más; es más bien por el halo que desprende y lo que nos hace sentir) e incluso de rol añejo. Navega entre todos estos estilos con una variedad que sorprende y que en ningún momento se hace pesada.

Ya desde el principio Daniel Mullins Games nos deja claro que no estamos ante un juego convencional, aparte que da la sensación de estar estropeado. Seremos nosotros los que lo iremos ajustando (o usando trucos) mientras intentamos salir con vida de ese universo satánico.

Una experiencia oscura que atrapa desde el inicio

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'Pony Island' irá ganando en complejidad, pero sin llegar a tirarnos de los pelos por no saber cómo seguir, con más elementos a tener en cuenta en sus puzles, que por lo general suelen derivar en una especie de 'Tetris' en el que hay que dirigir una llave hasta un cerrojo.

No es algo tan simple como la imagen de arriba, donde sólo se ven flechas y hay unos bloques que cortan el paso y resetean la llave, sino que como decimos, aumentará su dificultad gradualmente y entrarán en juego más factores, como variables con un valor que hay que cumplir para que se habilite el cerrojo. Por ejemplo, que el valor de X sea menor que cero y que el de Y sea mayor que cero. Para ello hay que lograr que la llave pase por las variables que aumentan o disminuyen ese valor cierto número de veces hasta que se habilite la salida. Y hablamos de uno de los menos complejos.

'Pony Island' tiene mucha miga, más de la que se pueda extraer de unas simples capturas. Es un juego de pensar y de observar con detenimiento. Sobre esto último, de hecho, recaen sus momentos más inspirados en un duelo memorable con el que nos explotará la cabeza por su brillantez. Es, además, un juego que me ha sacado más de una carcajada, y eso que es de lo más oscuro debido a que convergen en él todo tipo de referencias satánicas.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno

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Se le podrá achacar su corta duración (a mí me llevó poco más de dos horas resolverlo), pero yo siempre he defendido que un producto tiene que ser redondo. No me gusta cuando un juego (o una película, serie, etc) se alarga para aprovechar el tirón y con momentos de relleno. En 'Pony Island' está todo muy bien estudiado. Es más, al completarlo tendremos ganas de rejugarlo.

Porque como hemos dicho, también se basa en la observación y aquí tendremos premio si conseguimos reunir los 24 tickets. Algunos los conseguiremos simplemente trasteando en las opciones, otros indagando por el mapa, y unos cuantos pinchando sobre puntos aparentemente normales. Hubo uno que me gustó mucho en el que se acabó llenando la pantalla de sangre...

Por si fuera poco, a la genialidad que ya resulta la experiencia con 'Pony Island' hay que sumarle una banda sonora bastante inspirada que refleja a la perfección todos los estados por los que pasa el juego. Es obra de Jonah Senzel y podéis escucharla libremente desde su perfil en SoundCloud. Como veréis, hay ciertos cortes, como "Enter Pony", que recuerdan a Danny Baranowsky en 'Super Meat Boy'.

En definitiva, 'Pony Island' lo tiene todo para ser grande. Y lo es. Una experiencia original e inmersiva como pocas a la que realmente no se le puede poner prácticamente ninguna pega. Si nada de esto os ha convencido, echadle un vistazo a su tráiler o a los análisis tan brillantes de Steam.

A favor

  • Propuesta original como pocas
  • Su historia atrapa desde el primer segundo
  • Todos los secretos que guarda en su interior
  • Los cortes de su banda sonora

En contra

  • Su abrupto final
  • Los que no sepan inglés se perderán mucho...
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