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Me he dado una vuelta por la Paldea de Pokémon Escarlata y Púrpura y ya estoy contando los días para emprender el viaje definitivo

El 2022 será un año para recordar por todos aquellos aficionados a los juegos de Pokémon. Primero porque no podía haber empezado de mejor forma gracias al lanzamiento de Leyendas Pokémon: Arceus, un título que introdujo nuevas mecánicas y novedades que no se han querido dejar de lado, sino potenciarlas mucho más con Pokémon Escarlata y Púrpura.

Las nuevas entregas de la serie principal están a muy pocas semanas de salir a la venta en Nintendo Switch y he de decir que he tenido la suerte de poder disfrutar de un adelanto de una versión de prueba tras acudir a las oficinas de The Pokémon Company en Londres.

Mira que hasta ahora me habían generado expectación estos juegos con cada nuevo vídeo que ha ido saliendo a la luz, pero tras ponerme a los mandos, se me va a hacer eterna la espera hasta tenerlos en mi propia consola.

Dando los primeros pasos en el primer mundo abierto real de la saga

Tan solo tenía poco más de una hora para jugar y descubrir qué me iba a deparar este viaje. La partida comenzaba en un punto un tanto avanzado porque ya tenía unos cuantos Pokémon muy poderosos, entre ellos el recién mostrado Bellibolt o el primo hermano de Diglett, Wiglett. Pero sin duda el más destacado de todos era Koraidon, el Pokémon legendario que aparece en la portada de Pokémon Escarlata.

Gracias a él hacía la función de medio de transporte para ir de un lado para otro en este inmenso mundo abierto. Y no, no estamos hablando de algo como el Área Silvestre de Pokémon Espada y Escudo o las zonas tan gigantescas de Leyendas Pokémon: Arceus. Este mundo abierto es de verdad y puedes ir donde quieras en todo momento, como en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, para que os hagáis una mejor idea.

Además, puedes ir a cualquier parte literalmente. Eso mismo lo comprobé en cuanto me puse a corretear con Koraidon y me di cuenta de que puede volar, nadar e incluso trepar por cualquier muro o montaña, sin importar lo vertical que sea. Desde luego esto garantiza una exploración brutal y sin límites para que podamos ir a donde queramos en cuanto este Pokémon se sume a nuestro equipo, así que habrá que esperar a la versión final para averiguar a partir de qué momento se habilitará esta posibilidad.

Desde un primer momento lo que más me apetecía era ver Paldea y dejar que me deslumbraran sus preciosos lugares de esta región inspirada en la Península Ibérica. De ahí pasé por praderas, me puse a nadar por el mar y hasta escalé unas cuantas montañas en un mundo que se notaba muy vivo, porque me pareció increíble la cantidad de Pokémon salvaje que había por todas partes y lo bien representados que están sus respectivos tamaños.

Eso mismo lo comprobé al pasar por unos arbustos un poco elevados en los que había un Smoliv, el Pokémon en forma de uva, oculto en ellos sin que me percatara de su presencia. Aun así, también me encontré con otros tantos nuevos de la novena generación, como el cerdo Lechonk, y otras criaturas que no se han llegado a ver hasta ahora, lo que no quita que también habrá infinidad de Pokémon de otras generaciones de la franquicia. En este sentido, también me ha parecido todo un acierto el lugar en el que aparecía cada uno, con Pokémon de Agua cerca del mar, otros de Roca por las montañas, y de Planta o Bicho por las praderas.

Pero esto no deja de ser un juego de Pokémon, así que consideré que después de corretear tanto había llegado el momento de capturar a alguna criatura. Para ello hay que entrar en contacto con el Pokémon en cuestión, como en otros RPG en los que los enemigos campan a sus anchas, y en ese momento comienza automáticamente el combate, sin pantallas de carga de por medio. En cuanto a los combates, cero novedades en este aspecto porque la mecánica sigue siendo la de toda la vida.

Sin embargo, si que hay una novedad que me resultó llamativa y es la de la función "Enviar Pokémon", lo que te permite seleccionar al primer Pokémon de tu equipo para sacarlo de la Poké Ball y se enfrente contra otro por su propia cuenta, sin que nosotros hagamos nada y estemos a lo nuestro. La verdad es que me quedé con ganas de ver esto con más profundidad, porque tan solo se dieron un par de golpes y en apenas unos segundos el combate había finalizado, entregando puntos de experiencia a todo el equipo. Eso sí, supone una buena forma de mejorar al equipo de una manera rápida.

Tras tanto corretear me apetecía tomarme un descanso y disfrutar de las vistas de un acantilado que encontré, así que en ese momento saqué la mesa de picnic y todos los Pokémon de mi equipo salieron de sus Poké Ball para relajarse. Lo curioso es que no transcurría en una zona aparte, porque los Pokémon salvajes seguían aparecieron por los alrededores, entre ellos algunos extrañados y con ganas de sumarse al festín que iba a preparar.

Antes de ponernos a comer quería probar cómo era lo de juguetear con mis compañeros Pokémon, por lo que podía limpiarles con una esponja y ducharles para que se quedaran como nuevos, lo que me dejó con la duda de que pasaría si hago eso con un Pokémon de tipo Fuego. En cualquier caso, tras una larga travesía y con el estómago rugiendo, preparé un delicioso bocadillo con unas lonchas de pavo, aceite y pan, coronándolo con un palillo. El resultado debió de ser una maravilla, porque todos se pusieron más felices que una perdiz en cuanto le dieron un bocado, lo que también sirvió para ganar una bonificación temporal.

Después de un buen descanso, me puse en marcha de nuevo, con la idea de que ya era momento de afrontar algunos de los objetivos principales de la aventura mientras no paraba de encontrarme con objetos de todo tipo por el camino, entre ellas MT. De hecho, estos objetos que sirven para que los Pokémon aprendan ataques se pueden fabricar en los nuevos Centros Pokémon que estarán situados por todas partes en medio de la nada como si fuesen gasolineras, de ahí que también me topara con multitud de recursos para crear mis propias unidades.

Pasando a la acción con las historias principales

Otra de las mejores novedades de Pokémon Escarlata y Púrpura es el hecho de que la historia se dividirá en tres aventuras diferentes, para que así cada uno pueda afrontar la que más le apetezca sin tener que centrarse en una en concreto. Es más, esto es algo que me ha encantado en comparación con Pokémon Espada y Escudo porque estas últimas ediciones me dieron la sensación de ser excesivamente lineales, pero aquí tendremos libertad para todo lo que queramos.

El mapa nos marcará los puntos clave a los que nos tocará dirigirnos, algo que también viene bien si estamos perdidos y no tenemos claro a dónde dirigirnos, que es básicamente lo que me pasó a mi de camino al primer gimnasio a cargo de Brais, el líder de tipo Planta que ya hemos visto en algún juego. No obstante, antes de verme las caras contra él tuve que superar una prueba previa que consistía en localizar a unos cuantos Sunflora que se habían escondido por toda la ciudad.

Desconozco si esto de superar pruebas sucederá en el resto de gimnasios, aunque cruzo los dedos para que así sea al ofrecer unos desafíos diferentes que no se centren únicamente en capturar o combatir. También he de decir que no fue demasiado complicado, así que ya estaba listo para participar en mi primer combate de gimnasio del juego, lo que a su vez me permitió apreciar y sufrir en mis propias carnes el efecto de la Teracristalización, otra de las nuevas funciones que se han introducido.

Cada Pokémon dispone de su propio Teratipo, lo que hace que al utilizar la Teracristalización adopte un tipo distinto al suyo habitual. Por ejemplo, puede ocurrir que un Pikachu que es de tipo Eléctrico normalmente se convierta en un Pikachu de tipo Roca. Pues algo similar pasó en este combate, así que eso de ir con una idea predefinida de qué Pokémon sacar a combatir no será siempre lo ideal, porque nunca sabes cuál Pokémon del adversario hará uso de esta función y qué tipo adoptará. Sin duda esto nos hará librar combates más emocionantes y estratégicos que nunca.

A pesar de todo, me hice con la victoria y quise seguir mi camino en dirección a un lugar en el que residía el Team Star, los que parecen ser la banda de malhechores de este juego. El equipo tenía su propia base en la que no te puedes colar por donde quieras con Koraidon, ya que al intentarlo me echaron a patadas en un santiamén, así que no me quedó más remedio que ser civilizado y acceder desde la puerta principal, momento en el que me plantearon un reto que debía de superar.

En este caso consistía en sacar partido de la función Enviar Pokémon para que algunos de los Pokémon de mi equipo se dedicaran a machacar por su propia cuenta a decenas de Pokémon de los reclutas del Team Star, con un tiempo límite para lograrlo. Por suerte fue una tarea muy sencilla que debía de cumplir para así verme las caras con Mela, su líder, y su Autostar. Tampoco sé con qué finalidad, pero ¿por qué no? Eso sí, acabé mordiendo el polvo con la lección aprendida de que necesitaba entrar más todavía a mi equipo si quería derrotarla.

En definitiva, esto no ha sido más que una pequeña toma de contacto y todavía me quedan infinidad de tareas por cumplir y misterios por descubrir. A pesar de haber jugado tan solo una hora me estoy mordiendo las uñas de las ganas que tengo por jugar a la versión final de Pokémon Escarla y Púrpura, porque tiene toda la pinta de que la región de Paldea será la más grande de todas las de la franquicia y nos dejarán con una aventura realmente inolvidable.

  • Plataformas: Nintendo Switch
  • Multijugador: Sí (1 a 4)
  • Desarrollador: Game Freak
  • Compañía: The Pokémon Company
  • Lanzamiento: 18 de noviembre de 2022

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