Me apasionan los JRPGs, pero me abruma tener que empezarlos. Sin embargo, ‘Octopath Traveler’ fue amor a la primera partida. Y no tiene que ver con su formidable aspecto, el cual combina lo más celebrado de los clásicos de SNES con un toque de identidad propio, sino con su manera de reinventar las bases del género para hacerlas realmente disfrutables de principio a fin.
Pese a que el alma del nuevo título de Square Enix y Acquire, a quienes conocemos por las sagas ‘Tenchu’ y ‘Way of the Samurai’, reposa en el carácter contrastado de sus protagonistas y el exquisito aspecto de su mundo, uno se acaba dando cuenta en el momento en el que despegan las tramas (en plural) que el secreto de que todo funcione tan bien se encuentra en un muy cuidado equilibrio de contrastes, latente desde sus primeros compases y que nos acompaña de manera sutil a lo largo de toda la experiencia.
En este aspecto, Acquire ha conseguido sacar ventaja de moverse entre lo nuevo y lo clásico, o entre la nostalgia y la innovación, invitándonos a que nos perdamos explorando y, a la vez, consiguiendo que no nos desviemos demasiado de las historias principales. Porque si bien en ‘Octopath Traveler’ encontraremos misiones secundarias que nos encantará resolver, lo que de verdad hace tan especial su propuesta es que no tendremos por delante una historia, sino ocho.
Un RPGs en el que todos son los protagonistas de la historia
Square Enix se ha consolidado dentro de los JRPGs gracias a una fórmula que ha ido perfeccionando durante más de tres décadas, pero el primer error es pensar que estamos ante otra aventura de fantasía pixelada al uso o una versión más modesta en lo técnico de ‘Bravely Default’, un título del que hereda alguno de sus conceptos. Pero de eso hablaremos más adelante.
Como revela su propio nombre, ‘Octopath Traveler’ nos da la oportunidad de vivir ocho aventuras que entrelazan los destinos de sus protagonistas de manera gradual. No estaremos ante un elegido que debe proteger el mundo o rescatar un reino, ni tampoco un joven al que la vida convirtió en un héroe: las motivaciones con las que partiremos serán la venganza, el descubrimiento, el honor e incluso un trato que deberemos cumplir a regañadientes.
Olberic, Cyrus, Therion, Ophilia, Primrose, Alfyn, Tressa y H’aanit. Ninguno de nuestros héroes es un protagonista secundario. De hecho, los ocho aportan un nuevo matiz a cada lugar, a cada combate y a prácticamente todos los personajes y bestias que nos salgan al paso, bien a través de un propio sistema de batalla, o a través de sus talentos, unas habilidades únicas a través de las cuales descubrir todos los aspectos del amplio reino de Orsterra.
Claro que no es posible partir con los ocho a la vez: comenzaremos eligiendo a uno de ellos y reclutando al resto mientras descubrimos sus motivaciones. En mi caso, tenía claro que empezaría por Therion, el ladrón. Un antihéroe casi de manual con el que esperaba encontrarme algo distinto a las incontables aventuras de defensores de la justicia y el honor.
Y en consonancia con el propio juego, me encontré con que los píxeles de Therion resultaron tener muchas dimensiones.
Es inevitable asociar las habilidades y personalidad de los ocho protagonistas con determinados clichés. Cyrus, el erudito, ve la vida como Sherlock Holmes: dispone de una habilidad para descubrir información asombrosa a base del método deductivo, con la que podremos resolver misiones secundarias e incluso detectará los puntos débiles de nuestros enemigos en combate, pero sus habilidades sociales no están tan afinadas. Y eso se plasma con acierto en su historia.
En el caso de Therion, bueno, digamos que podemos meter la mano en el bolsillo de prácticamente cualquier aldeano y hasta desvalijar a los propios monstruos que nos salgan al paso. De hecho, si lo hacemos a la ligera incluso la reputación de nuestro equipo quedará resentida en la ciudad o aldea en la que estemos. Pero con el tiempo veremos que Acquire acaba hilando una serie de acontecimientos reservados para nuestro amigo de lo ajeno.
Sería un error entrar demasiado en las diferentes tramas argumentales, ya que son parte del encanto de cada personaje, pero es suficiente con saber que éstas se van expandiendo en la misma medida que nuestro héroes, sus habilidades y la porción de mapa abarcable, llevándonos a toda clase de ciudades, aldeas y entornos recreados con un mimo muy especial y que merece ser tratado en proporción.
2D-HD, el impoluto acabado artístico que no se limita a dar identidad al juego
Cuando ‘Octopath Traveller’ fue presentado su aspecto no pasó inadvertido sin llegar a considerarse impresionante. Pero lo que realmente estaba mostrando era toda una declaración de intenciones. Dicho de otro modo, a base de imágenes en movimiento estábamos descubriendo la tónica general del proyecto: un declarado homenaje a los clásicos que añadía una nueva dimensión a la fórmula.
Square Enix denominó el estilo visual de ‘Octopath Traveller’ como 2D-HD, pero eso no significa que se trate de sprites en alta resolución: cada tramo de Orsterra está recreados a base de entornos tridimensionales y texturas que nos devolverán a los juegos de hace décadas, evitando cualquier cliché de los proyectos en pixelart actuales. ¿El secreto para conseguirlo? Aunque no lo parezca, Square Enix ha apostado por el Unreal Engine.
Porque su apartado artístico no se limita a ser un recalcado guiño a tiempos pasados, sino que se integra dentro del conjunto de manera extraordinaria, presentandonos efectos de iluminación, desenfoques y hasta juegos de contrastes que además de reforzar la narrativa y la ambientación, convierten cada paseo en un festín para el ojo del jugador.
Y luego tenemos la banda sonora, la cual se integra y da todavía más alma a cada una de las contrastadas localizaciones del reino. Yasunori Nishiki firma sus partituras tomando prestados acordes y trazos finos de otros grandes RPGs orquestados, ofreciéndonos una inmejorable compañera de viaje para nuestros ocho protagonistas y terminando de redondear la fascinante atmósfera del juego. Incluso en las situaciones más delicadas.
Un sistema de combate a prueba de rutinas
Pese a sus armoniosos paisajes, pasear por el reino de Orsterra será todo un desafío: todo tipo de criaturas salvajes y gente de mal vivir nos saltarán al paso en encuentros aleatorios y tarde o temprano nuestros héroes tendrán que hacer uso de sus armas y encantamientos a la hora de partir hacia su destino. Afortunadamente, los combates son uno de los puntos fuertes de ‘Octopath Traveller’
Square Enix retoma los combates por turnos en los que además de los ataques y las magias podremos integrar las habilidades de cada héroe en combate. Así, H’aanit contará con su arco, con su hacha y con sus propios hechizos, pero como cazadora podrá capturar toda clase de bestias e incluso invocarlas en futuros combates.
El sistema de progresión nos permite desbloquear nuestros hechizos así como habilidades de apoyo (de carácter pasivo) que reforzarán el carácter de nuestro equipo, de modo que si activamos las de Cyrus nuestro equipo no será abordado por sorpresa o aumentará su fuerza en ataques elementales, lo cual da pie a conjugar las diferentes posibilidades de nuestro equipo, compuesto por cuatro héroes, para que adaptemos la experiencia a nuestro estilo o a lo más favorable para el entorno en el que nos vamos a desenvolver.
Pero lo más interesante de los combates lo encontramos en su sistema de impulsos: nuestros enemigos disponen de una serie de debilidades y escudos junto a la barra de salud que nos permitirán dejarlos aturdidos. Cada vez que son atacados con un arma o hechizo al que son sensibles perderán un escudo, con lo que -en niveles avanzados- nos interesa que pasen la mayor parte del tiempo inconscientes para que nuestros protagonistas no pierdan grandes porciones de salud.
Ahora bien, a lo largo de cada turno iremos acumulando una serie de cargas denominadas "impulsos" con las que podremos reforzar el daño, el efecto o el número de impactos que provocaremos con cada ataque. Quizás nos interese potenciar poco y muy seguido una habilidad o esperar cuatro turnos y realizar un asalto enormemente contundente, una curación especialmente efectiva, prolongar varios turnos más un efecto o hacer un mejor uso de nuestras habilidades especiales.
El resultado de todo lo anterior es que, pese a no contar con espectaculares cinemáticas de fantasía, en conjunto las batallas están diseñadas para que experimentemos y evitar el efecto rutina. Y pese a que nos toparemos con enemigos cuya dificultad a veces es demasiado exigente, también es justo considerar que se nos dan suficientes combinaciones y estrategias como para dar la vuelta a cualquier situación sin que dejar margen al factor suerte.
Octopath Traveler no solo es un imprescindible, es un clásico instantáneo
Confieso que cuando empecé a jugar a ‘Octopath Traveler’ me temía que acabaría en las mismas que con ‘Xenoblade Chronicles 2’ o ‘Final Fantasy XV’, grandes promesas con cientos de horas por delante en las que finalmente adopté la filosofía de acabar lo que había empezado. Pero afortunadamente me encontré con un nuevo ‘Stardew Valley ‘. Una joya en la que no me importa invertir más horas de las que debería si consigo exprimir un poco más su mundo y que ha empujado mi pulgar al botón de captura de Switch más veces de las necesarias.
Square Enix le ha dado un giro a sus propios clichés y, desde esa posición privilegiada que mira hacia su legado y prevé lo que esperan encontrar los jugadores actuales, usando esta nueva actitud a su favor.
Dicho de otro modo, en ‘Octopath Traveler’ consigue que el continuismo sea una de sus mejores armas, pero evita cualquier tópico, incluyendo el del protagonista destinado a salvar el mundo, y consigue que no te lleves la mano a la cabeza cuando tienes que cruzar el mapa de punta a punta si hay combates aleatorios. Y, desde luego, sus paisajes no se vuelven repetitivos al cabo de un par de horas.
Sin embargo, también es cierto decir que, no puedo evitar compararlo con el filme ’Love Actually’: muchas historias narradas a la vez, una narrativa acertadísima en la que los héroes tienen voz, personalidad y su propia parcela de protagonismo frente al resto... y la sensación de es posible ahondar más y mejor en sus tramas e interacciones. Algo que, por otro lado, solo ocurre cuando disfrutas tanto de un título como para encapricharse de un poquito más.
Mirado desde lejos, ‘Octopath Traveler’ no despide ese aura de vendeconsolas, pero una vez más las apariencias no lo son todo: Nintendo Switch recibe uno de los mejores y más exquisitos JRPGs de Square Enix, capaz de encandilar de principio a fin a los fans del género a través de esas sensaciones que parecen reservadas a los clásicos de 16 bits, de los que -por otro lado- no tiene nada que envidiar.
A favor
- Un apartado artístico soberbio
- La combinación exacta entre nostalgia e innovación
- Héroes con carisma y múltiples matices
- El sistema de combate es todo un acierto
En contra
- Una dificultad con saltos repentinos
- Es posible sacar más partido del contexto de los protagonistas
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