Nintendo, Pokémon Shuffle no es el camino (al menos no el que queremos nosotros )

Nintendo, Pokémon Shuffle no es el camino (al menos no el que queremos nosotros )
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Ayer llegaba a Nintendo eShop la nueva entrega de la saga 'Pokémon', esta vez bajo la sombra del free-to-play con un juego de puzles llamado 'Pokémon Shuffle'. Se trata de un nuevo intento de la compañía por rentabilizar este controvertido modelo de negocio tras el lanzamiento de 'Steel Diver: Sub wars'.

Tras varias horas con él lo lógico sería plantar aquí un análisis del juego, pero sé que en ese texto voy a hablar más de lo que yo creo adecuado para el futuro de Nintendo en vez del juego en sí, así que mejor unir ambos conceptos para contaros por qué 'Pokémon Shuffle' no es el camino.

Análisis de Pokémon Shuffle

Diré de antemano que, pese a que estaríamos ante algo que un jugador de toda la vida calificaría como "placer culpable", devoro casi cualquier juego de puzles de móvil que me planten delante de mis narices. Tengo mis vetados, por supuesto, pero por lo general la moda de los match-3 me ha venido de perlas para matar el tiempo o desconectar un rato.

Siendo fan de la franquicia era de esperar que no tardase mucho en engancharme a este 'Pokémon Shuffle' y, para qué nos vamos a engañar, eso ha sido exactamente lo que ha ocurrido. Las mecánicas básicas las tengo más que conocidas, así que mi mayor curiosidad era saber hasta qué punto ha conseguido Nintendo darle su toque.

Más allá de los tutoriales cansinos lo cierto es que tal cosa no aparece por ningún sitio, y es que pese a ser un juego divertido con una curva de dificultad que agradecerán los más experimentados y maldecirán los que vengan con la intención de encontrarse con una experiencia 100% aleatoria, la originalidad brilla por su ausencia y se limita a la posibilidad de Megaevolucionar a nuestro equipo si tenemos la piedra adecuada o un modo en el que el límite de tiempo sustituye al de movimientos.

La idea es superar distintas fases con un límite de movimientos en las que deberemos alinear tres o más Pokémon de un mismo tipo para hacerle daño al rival. Este último es simplemente otro bicho que podrás sumar a tu equipo para que gane experiencia con el transcurso de las partidas, pero la puntuación final y los turnos restantes al vencerlo marcarán la tasa de probabilidad de captura cuando le lances la Pokéball.

El espíritu free-to-play de Nintendo

Me he encontrado con partidas donde esa tasa parecía rota, reventando la vida del Pokémon a capturar con un único movimiento gracias a las cascadas de combos, y luego encontrándome con una probabilidad de acierto que a duras penas superaba el 50%. Toca decir que parecía pertenecer a una de las fases medidas por los desarrolladores para que el final sea ese y no otro, pero tampoco consigo entender los valores que toma el juego en otras situaciones similares.

Eso no sería un problema de no ser porque el juego va con vidas, cinco en total que se recargan unidad a unidad cada 30 minutos, y como ya habréis imaginado se gastan al entrar en la partida, por lo que no importa si ganas o pierdes, siempre corres el riesgo de quedarte sin opciones antes de poder saltar a la siguiente pantalla.

Shuffle2

Para eso hay que ser muy manco, dicho sea de paso, porque al menos durante las primeras partidas la única clave está en pensar detenidamente cada movimiento para maximizar el ataque o los posibles combos que puedan derivar de él. Con esa pizca de paciencia me las he apañado bastante bien para alcanzar la tercera zona del juego, así que el único límite encontrado hasta ahora está en las citadas vidas.

Para recargarlas tenemos lo habitual, una serie de cristales que ganamos al vencer jefes finales (o pasando por caja pagando hasta 45 euros por el pack de 75) y nos permitirán comprar más corazones o sacos de monedas con los que conseguir nuevas Pokéball, para aumentar la probabilidad de captura, o poderes especiales como mejorar experiencia o eliminar las trabas del enemigo durante la partida.

Por qué Pokémon Shuffle no es el camino

Va a sonar radical, pero no es el camino porque de lo que deberíamos estar hablando ahora mismo es de lo bien que nos lo estamos pasando en Nintendo 3DS y Wii U con la llegada de 'Pokken Tournament' a dichas plataformas, pero no, porque al menos por ahora se queda en los arcades nipones. En cambio la noticia es un free-to-play que (recemos lo que no está escrito para pedir que no siente precedente) no tiene ningún sentido en consolas.

Puede que 3DS sea portátil (aunque tengo mis dudas en el caso de los modelos XL) pero ni de lejos es igual de cómodo encarar un juego así desde ahí en vez de en un móvil. No vas a llevar la consola en el bolsillo para poder jugar una partida de escasos minutos cada media hora, y si optas por volver al juego al llegar a casa te encontrarás con una sesión que a duras penas superará los 15 o 20 minutos.

Distinto sería si esos 45 euros de los que hablábamos sirviesen para desbloquear el juego completo y poderte olvidar de las vidas, las monedas y la madre que parió al free-to-play. Francamente, es un juego con el que podría estarme horas hasta alcanzar esa cúspide en la que te metes en la cama y acabas viendo caritas de Pokémon por todos lados.

Nintendo no me da esa opción porque el negocio pretende ser otro muy distinto al que una compañía como la de los nipones debería perseguir, el de mimar a sus seguidores y alejarse del carácter zafio de otras empresas al incluir paquetes de pago destinados a explotar la inocencia y la compra compulsiva. Esa no es la Nintendo con la que he crecido como jugador.

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