La primera vez que vi en enero Nintendo Labo me quedé con la boca abierta. Es increíble que, por muchos años que pasen, Nintendo sigue teniendo esa facilidad para seguir sorprendiendo, innovando y presentando productos que a nadie se le podía pasar por la cabeza. Algo tan simple como unos cartones acaba convirtiéndose en un videojuego para Nintendo Switch.
Todos los vídeos que han salido a la luz hasta ahora nos han ido mostrando algunas de las posibilidades que ofrecerá Nintendo Labo, hasta el punto de parecer que el único límite estará en la imaginación de cada uno. Aun así, una de las principales dudas que me generó en un principio fue el saber cómo funciona exactamente y también si resultará una experiencia lo suficientemente divertida para todo tipo de usuarios.
Gracias a Nintendo hemos podido acudir recientemente a su showroom de Madrid para probarlo personalmente y de paso realizar nuestras primeras creaciones. A continuación, os dejamos nuestras impresiones, aunque ya os podemos adelantar que el rato que estuvimos se nos pasó en un suspiro y estamos deseando tenerlo en casa para exprimirlo al máximo.
Crea, juega y descubre
Así reza el lema de Nintendo Labo. Tres palabras que definen por completo las actividades que podemos llevar a cabo con estos cartones, ya que primero tendremos que darles la forma que queramos, después unirlos a nuestra consola y de cara al futuro pensar en otras posibilidades. Esto mismo se ha visto reflejado recientemente en un vídeotutorial que hemos publicado que nos enseña a crear nuestra propia guitarra.
La sencillez de todo esto es precisamente lo que hace que este producto sea tan especial. Sin embargo, ¿cómo es posible que los cartones funcionen con los mandos de nuestra Nintendo Switch? Gracias a tres elementos muy importantes: la vibración HD de cada uno de los Joy Con, su sensor de movimiento y también la cámara infrarroja que tiene el mando de control derecho. Así pues, dependiendo del juego o el uso que le queramos dar, empleará un apartado u otro.
Aún así, también hemos visto casos en los que no es necesario utilizar ninguno de estos factores. Sin ir más lejos el de la guitarra que comentábamos solo utiliza la pantalla táctil de la consola, pero esto es tan solo para situaciones muy concretas, porque a la hora de sacar partido a los cartones sí que son importantes esos tres elementos. Por nuestra parte, pudimos echar un vistazo rápido, pero lo suficiente completo, al Kit Variado y al Kit Robot, los dos packs que saldrán a la venta de lanzamiento.
Nintendo Labo está pensado para que sea una experiencia en familia por el hecho de que cualquiera puede jugar a estos títulos por lo simpleza que radica en ellos. No obstante, a la hora de montar los cartones, sí que se recomienda que se tenga una determinada edad dado que los niños pequeños pueden no entender bien cómo hay que colocar las piezas y pueden acabar doblándolas más de lo necesario. Los pasos a seguir a la hora del montaje están explicados a la perfección en cada uno de los juegos.
Todos ellos disponen de su propia plantilla en la que aparecen todas las piezas que deberemos extraer y utilizar posteriormente. De hecho, cada una cuenta además con dos piezas de cada por si se nos llegase a romper alguna o para tener directamente dos unidades. Aun así, como decíamos, cada juego dispone de su propio videotutorial que nos muestra la plantilla en 3D y paso por paso nos va diciendo qué piezas debemos extraer, cómo doblarlas, cómo unirlas a las demás, etc., pudiendo acelerar la guía, pausarla o incluso volver atrás por si nos ha faltado algún detalle.
He de reconocer que al principio empecé a extraer las piezas muy despacio y a doblarlas con mucha delicadeza porque no dejan de ser cartones y tenía miedo de que se llegasen a romper. Mi sorpresa llegó cuando descubrí que son increíblemente resistentes y no es complicado en absoluto realizar los montajes. El tiempo que nos llevará cada uno de estos procesos depende del juego. Por ejemplo, el Antenauta es uno de los más fáciles y en unos 10-15 minutos lo tendremos listo, mientras que el Robot podemos tardar entre cuatro y cinco horas en darle forma. En cualquier caso, los tiempos no dejan de ser estimados.
Otro de los aspectos que también me sorprendió muy gratamente fue que las piezas se ajustan a la perfección unas con otras, lo que garantiza que no se vaya a desmontar tan fácilmente y muestra el gran producto que ha fabricado Nintendo. Por otro lado, algunos juegos requerirán otros elementos adicionales además de los cartones, como cuerdas o unas pegatinas de color blanco. Así pues, una vez completado este paso, pasemos a ver cómo son cada uno de los Toy-Con.
El Antenauta
El más fácil de montar de todos estos productos es a su vez uno de los que más opciones nos ofrece. El Antenauta es un robot que empleará la vibración HD de los Joy-Con para girarse de un lado a otro siguiendo las órdenes que demos desde la pantalla táctil, aunque en cualquier momento podemos regular su intensidad para que se desplace o gire más rápido o más despacio.
La cámara infrarroja del Joy-Con Derecho servirá también para detectar nuestros movimientos, de manera que, al colocar la mano delante de él, haremos que el Antenauta siga nuestra mano y gire y avance automáticamente a nuestra posición. Además, también podemos emplear esa cámara para ver a través de la pantalla de la consola lo que tiene delante.
Y por si fuera poco, como la plantilla nos permite crear dos Antenautas, dispone de un modo para dos jugadores en el que en la pantalla aparecerán los cuatro Joy-Con a controlar. Así, desde la pantalla de nuestra Nintendo Switch podremos realizar combates por ver quién logra derribar a la figura del contrario.
La caña de pescar
Este fue uno de los Toy-Con que nos pareció más complejos de montar y uno de los que mejor emplea las cuerdas que os comentábamos anteriormente, dado que se atarán a unas piezas unidas a la consola para ofrecer una mayor sensación de que estamos pescando de verdad. Con el carrete haremos que el sedal del juego suba o baje y también podremos moverlo hacia los lados con el sensor de movimiento.
Una vez que pesquemos un pez, será el momento de pegar un tirón con fuerza y girar la caña mientras recogemos el anzuelo. La vibración y los sonidos que emiten harán que nos metamos de lleno en la situación, pudiendo incluso competir contra nuestros amigos, ya que cada pez nos otorgará una puntuación distinta en base a su dificultad o a su peso. Os podemos asegurar que los que están situados a mayor profundidad son realmente complicados de pescar.
La moto
De nuevo, gracias a los manillares o a los botones con los que cuenta este Toy-Con, tendremos la sensación de estar pilotando una moto. Quizás se le puede echar en cara una falta de velocidad para tratarse del vehículo que es, pero aun así nos permite competir en varios circuitos contra la inteligencia artificial por ver quién es el más rápido en llegar a la meta.
Su otro modo de juego empleará la cámara infrarroja de nuestro Joy-Con para generar un escenario en base a lo que enfoquemos con ella, pudiendo captar la cara de una persona para que se convierta en un terreno con montañas. Una vez realizado este paso tan curioso y que puede dar toda clase de resultados, en este modo se competirá por atrapar una mayor cantidad de monedas antes de que se agote el tiempo.
La casa
Este Toy-Con fue uno de los que más me impactó por el hecho de que la casa cuenta con tres agujeros repartidos entre los laterales y la parte inferior. En el tejado estará insertado el Joy-Con derecho, que es el que hará las veces de cámara infrarroja. Aquí es donde entran en juego las mencionadas pegatinas que decíamos anteriormente que servirán para que el mando detecte qué pieza es la que hemos insertado por los agujeros de la casa.
Cada una de estas partes tendrá su propia función, como por ejemplo hacer que aparezcan objetos por la casa, un grifo que inunde todo, un ventilador, un tiovivo y muchas cosas más. Además, dependiendo del orden o las piezas que insertemos, los resultados también variarán, incluso dando pie a algunos minijuegos muy divertidos.
El piano
Personalmente he de reconocer que este Toy-Con ser convirtió en mi favorito. De nuevo el Joy-Con derecho utilizará su cámara infrarroja para detectar las pegatinas situadas en cada una de las 13 teclas distintas para que así el juego sepa en todo momento cuál es la que hemos pulsado.
El piano suena de maravilla y también contaremos con la opción de modificar sus efectos sonoros. De este modo, cada vez que toquemos una tecla veremos a un gato maullar en diferentes tonalidades o también podemos hacer que aparezcan unos empresarios con cara de pocos amigos. Otra de las opciones que permite es que podemos grabar nuestras propias melodías para así practicar perfectamente. Pero lo más llamativo es que en su parte superior dispone de una ranura desde la que podemos introducir una cartulina o cartón de color blanco que tengamos a mano.
Para lo que servirá esto es para sacar partido de otra de las funciones del piano. Así pues, si le damos una forma en concreto a la parte inferior este trozo que hemos cortado, generará una onda que el juego detectará y reproducirá en forma de sonido. Lo mejor es que también cuenta con otro modo que hará que esa misma onda la transforme en un pez al que le podemos aplicar toda clase de efectos y colores para que luego aparezca en el juego de la caña de pescar.
El robot
Este juego es el único que se vende por separado con su propio kit, aunque es comprensible por ser el Toy-Con más complejo de montar de todos. Va a requerir una gran paciencia por parte de los usuarios por la buena cantidad de horas que llevará construirlo, pero eso sí, el resultado no podía ser más satisfactorio. Haciendo uso de varias cuerdas, pegatinas y multitud de piezas, construiremos un casco, una mochila, unos brazos y unos pies para generar el traje del robot del juego.
Los movimientos de nuestros brazos servirán para que el robot golpee a lo que tenga delante, algo que será detectado gracias a las cuerdas con pegatinas situadas en la mochila, donde estará colocado el Joy-Con derecho. Lo mismo sucederá con los pies a la hora de aplastar con ellos cualquier cosa que tengamos a nuestro alrededor y también para andar hacia adelante, mientras que con nuestro cuerpo haremos que la máquina se desplace hacia los lados.
Por si no fuera suficiente, si nos arrodillamos en el suelo haremos que nuestro robot se transforme en un tanque o vuele por los aires si situamos los brazos en forma de cruz. Para rematar la jugada, el casco dispone de una visera que, si la bajamos, el punto de vista del juego pasará automáticamente a ser en primera persona como si estuviésemos dentro del robot. Todo esto para masacrar alienígenas que están atacando la Tierra con sus ovnis.
El taller y sus posibilidades infinitas
Por último, no podíamos dejar pasar por alto el Taller Toy-Con, disponible en el Kit Variado. Este modo de juego será el que nos servirá para crear nuestras propias figuras e inventar de paso más formas de jugar para sacar partido a nuestros propios Toy-Con. Al tratarse de cartones, cada uno puede crear y darles la forma que quieran.
La forma de generarlos puede ser muy sencilla o muy compleja, dependiendo de lo lejos que quiera llegar cada uno. Para ello en la pantalla aparecerán unas cajas que podemos unir por medio de unos nodos y a las que podemos aplicarles efectos. De esta manera, podemos decir que, si pulsamos en la caja izquierda, en la derecha sucederá algo en concreto, o también que al pulsar un botón de nuestro mando acabe pasando algo en especial.
Esto es lo que vimos días atrás con la guitarra, aunque también se puede hacer que la pantalla se ilumine si movemos el stick del Joy-Con, reproduzca una explosión si lo agitamos varias veces o prácticamente cualquier acción-reacción que se os pase por la cabeza. Esto se debe a la inmensa cantidad de posibilidades diferentes que ofrece el Taller Toy-Con, dando la impresión de ser infinitas. Con el tiempo lo realmente divertido será ver de qué es capaz la comunidad y hasta la propia Nintendo no descarta que se pueda emplear como método educativo en las aulas.
Pero la vena creativa no se aplica únicamente en el funcionamiento de los Toy-Con. Cada uno de ellos se puede personalizar, pintar y decorar como uno quiera con rotuladores, pinturas, pegatinas u otros elementos que se os ocurran. Así se conseguirá que sea difícil de encontrar dos Toy-Con iguales o del mismo modo otorgarle un toque personal al nuestro, lo que hace también que sea más interactivo para la familia.
En definitiva, el par de horas que estuvimos con Nintendo Labo fueron más que suficientes para que nos conquistase por completo. Estamos deseando de que llegue el 27 de abril para tener nuestros propios kits con los que sacar partido a nuestra imaginación y poder explorar con mayor profundidad todas sus funciones. Lo que es innegable es que Nintendo lo ha vuelto a hacer y ha creado uno de los productos más divertidos y originales que podremos encontrar próximamente en el mercado.
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