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Live a Live marca el camino a seguir a la hora de reforjar los clásicos de Square Enix, pero también tiene lo necesario para ser tu próximo JRPG favorito

Ningún juego ha entendido tanto y tan bien el potencial del 2D HD como Live a Live, y eso le da un valor único a su exquisita propuesta rolera. De hecho, es en esencia la misma fórmula Made in Japan que ha obsesionado a generaciones enteras, triunfando al experimentar con diferentes tópicos -sin romperlos- hasta convertirlos en una genialidad rebosante de carácter. Un hito merecidamente celebrado en el Cerebro de la Bestia que se consagra de manera atemporal a través de su remake de Nintendo Switch.

Porque Live a Live es heredero legítimo de la Squaresoft más inspirada de la época de los 16 bits. La que promovía que el jugador no se limite a atravesar los escenarios de punta a punta intercalando batallas por turnos; sino que logra que sus actos y decisiones, los pequeños y los grandes, tengan un impacto en los acontecimientos. El original fue una de las confesas fuentes de inspiración de Octopath Traveler, y que regrese con un apartado artístico y jugable igual o mejor que éste es tanto una oportunidad como un regalo. Sobre todo, cuando se trata de un clásico inédito más allá del país del sol naciente.

¿El próximo imprescindible de Square Enix para Switch? En VidaExtra hemos tenido acceso a la versión completa del nuevo Live a Live, nos hemos puesto en la piel de todos sus protagonistas y hemos exprimido al máximo cuatro épocas con un encanto único: el Ocaso del Periodo Edo, la China Imperial, el Salvaje Oeste y el Futuro Lejano. La sensación hasta ahora está muy definida: el tercer caramelito 2D HD de Square Enix ya tiene lo necesario para ser tu próximo JRPG favorito. Y no solo eso: como ocurre con Chrono Trigger, se presta de maravilla a ser rejugado.

Sería un error fatal considerar Live a Live un lanzamiento menor al compararlo con los otros grandes títulos de Square Enix que saldrán este mismo año: su propuesta de JRPG se va directa a hacia lo mejor de Nintendo Switch de 2022. Y, en el proceso, marca el camino y las pautas de cómo se deben revitalizar los clásicos de Squaresoft, Enix y cualquier JRPG pixelado. Manteniendo su esencia original intacta al tiempo que le regala el ojo al jugador.

Y, en el proceso, presentándonos a ocho protagonistas con un carisma especial que perfectamente podrían protagonizar sus propios videojuegos. Algo que, en cierto modo, ya hacen en Live a Live.

Ocho aventureros de épocas distintas, un destino común movido por el odio

Tal y como ocurre con Octopath Traveler, en Live a Live no hay un protagonista, sino ocho. Un joven de la prehistoria, un anciano maestro de la China Imperial, un ninja del Japón feudal, un forajido del Salvaje Oeste, un luchador profesional que vive en el presente, un rebelde determinado a sobrevivir en una distopía no muy lejana y un cyborg al que le gusta llevar patines, gafas y la gorra al revés. Originalmente tendremos acceso a siete de ellos, uniéndose posteriormente un caballero medieval a la pantalla de seleccionables.

A partir de aquí algo esencial: cada época y personaje son únicos. El tratamiento que recibe cada uno de los héroes e historias de Live a Live es el que recibiría un JRPG individual. No a nivel de ambientación o argumento, que también, sino que las temáticas, las motivaciones, la manera de exprimir cada mapeado y hasta determinadas mecánicas de juego son absolutamente únicas. Y ojo, en Live a Live no necesitaremos acabar una trama para empezar otra.

Dicho de otro modo: si elegimos empezar a jugar como El Niño del Anochecer -o el nombre que queramos darle al cowboy de la historia del Salvaje Oeste- no solo protagonizaremos un western descaradamente inspirado en Los Siete Magníficos (que a su vez es una réplica de los Siete Samuráis), sino que habrá elementos únicos incluyendo un sistema de progresión en el que deberemos liderar al pueblo y armarlo antes de que los bandidos de turno irrumpan soltando plomo a discreción. Algo que, por cierto, incluye cuenta atrás que adelanta su llegada en forma de ocho campanadas.

Sin embargo, si preferimos abordar la historia del ninja Oboromaru no solo cambia todo el conjunto del juego, invitándonos a infiltrarnos en un castillo del Japón feudal, sino que gana técnicas y habilidades únicas que puede aplicar más allá de los combates por turnos, incluyendo una especie de capa de invisibilidad para sortear a guardias y vigilantes. ¿Qué otra cosa se podía esperar de un ninja?

Y lo mejor de todo es que, como comentamos, si en cualquier momento queremos alternar entre ambas historias o empezar una nueva solo tenemos que ir al menú de juego y seleccionar cambiar de personaje. Tan sencillo como suena. Algo interesante ya que, pese a que cada trama podría pasar por un JRPG diferente -pese a sus similitudes esenciales- al final acaban convergiendo en una todavía mayor. Algo de lo que ya hablaremos en nuestras impresiones finales.

El regreso por la puerta grande de un clasicazo de Squaresoft

Si bien, cada una de las tramas argumentales del primer tramo de Live a Live podría dar pie a que se hiciese un juego completo, lo cierto es que no dejan de ser capítulos suelos dentro de una misma historia, lo cual da una pista de la duración que podemos esperar de cada uno de ellos por separado. Con todo, lo verdaderamente interesante de esta joya de Squaresoft es la rejugabilidad que ofrece.

Live a Live declina elementos recurrentes de los JRPGs que extienden de manera artificial su duración, como el uso de dinero para comprar artículos y mejoras o la gestión de los puntos de magia o habilidad. El motivo es que se centra por completo en la narrativa de cada capítulo y cómo el jugador interactúa con ella. Promoviendo decisiones que afectarán tanto al desarrollo de cada historia como al desenlace de las tramas individuales.

Estamos hablando de líneas de diálogo, pero también de cómo encaramos una investigación, el modo en el que gestionamos la preparación para la venida de los maleantes en el Salvaje Oeste o nuestro favoritismo a la hora de entrenar a los discípulos del maestro de artes marciales de la China Imperial. Todo suma, desde luego, pero la decisión final y el resultado siempre está en manos del jugador y se manifiesta en partida de una manera muy natural.

En lo relativo a los combates, como dijimos, no hay gestión de puntos de magia sino un sistema de velocidad de recarga: se trata de batallas por turnos en tableros por los que podremos movernos sin complicaciones, en las cuatro direcciones. En función de la habilidad que escojamos podremos volver a atacar antes o después, pero eso condicionará también la dirección, el área de efecto o la cantidad de daño. Podría dar la impresión de que es un Tactics, pero es un JRPG muy bien ensamblado y con las prioridades claras.

Ahora bien, pese a ofrecer ingredientes que revalidan la grandeza del clásico de SNES (o, más bien, Super Famicom) es imposible no entrar a valorar aquello por lo que gana tantos puntos adicionales: Square Enix no solo dota al juego de 1994 de un apartado artístico nuevo y espectacular, sino que perfecciona el estilo 2D HD de manera espectacular.

Ofreciendo entornos tridimensionales con aspecto exquisitamente pixelado que replican el aspecto de miniaturas tangibles, personajes con un pixel art clásico pero llenos de emociones y expresividad (aunque el ninja y el cowboy sean algo más comedidos por motivos obvios) y aportando elementos narrativos jamás vistos en un JRPG clásico. Porque, pese a su aspecto renovado, el nuevo Live a Live hereda y está a la altura de los clásicos de Squaresoft.

Live a Live marca el camino a seguir a la hora de reforjar los clásicos de Square Enix

Uno de los reclamos adicionales de Live a Live es que jamás fue publicado más allá de Japón. De hecho, fue reeditado en las consolas virtuales de Nintendo, pero un juego así debía ser convenientemente localizado -lo cual no es sencillo- a través de unas líneas de diálogo que afianzan el carácter de los protagonistas, pero también definen el tipo de final que tendrá cada uno de sus capítulos. Viendo lo logrado con este remake y su tratamiento, tanto en lo artístico como a nivel de contenidos y diálogos, tengo claro que esta debe ser la estela a seguir de cara a revitalizar los clásicos de Square Enix.

Un tratamiento que merecía dársele a los Final Fantasy clásicos, pese a que tuvieron una revisión reciente, y que se le dará a Dragon Quest III próximamente. Pero tras jugar largo y tendido no puedo evitar frotarme las manos con un remake de Chrono Trigger así. No solo a nivel artístico, sino por el mimo puesto en todos y cada uno de sus apartados. Así da gusto recuperar un clásico.

Todavía es temprano para ofrecer nuestras impresiones finales, nos tememos, pero no tardaremos en volver a hablar de Live a Live: la próxima joyita del 2D HD tras Octopath Traveler y Triangle Strategy se jugará en Nintendo Switch el 22 de julio de 2022. Redondeando un verano excepcional para la consola dos en uno, en especial para los apasionados por el rol con denominación Made in Japan.

  • Plataformas: Nintendo Switch
  • Multijugador: No
  • Desarrollador: Square Enix / historia Inc.
  • Compañía: Square Enix
  • Lanzamiento:  22 de julio de 2022

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