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'KRUNCH' para PC: análisis

KRUNCH surgió como un prototipo para la competición Ludum Dare. Sus creadores, Lou LeGrudge y Dirk Rugged, lo han pulido tras ese tiempo y nos brindan ahora un juego que requerirá de paciencia y destreza a partes iguales. ¿Pero es un buen indie o se queda a medio camino? Analicémoslo.

No hace mucho hablamos por primera vez de KRUNCH, viendo un adelanto suyo para conocer mejor su mecánica, pero sobre todo degustar su banda sonora, obra de Dirk Rugged y Disasterpeace (‘Fez’). Fue por esto último por lo que me llamó la atención y me animó a realizar su reserva. Su banda sonora la fui degustando hasta que llegó el día en el que el juego se puso a la venta, y ahí llegó la prueba de fuego. Probar en profundidad KRUNCH y ver si su complicada mecánica cumplía con lo esperado.

KRUNCH: escapando del mal sin posibilidad al fracaso

La premisa de KRUNCH nos queda clara desde que iniciamos la partida tras introducir nuestro nombre. Tenemos que escapar a toda costa del sitio en el que estamos encerrados. Para ello tendremos que sortear un montón de obstáculos, con trampas o mecanismos con muy mala fe que requerirán de nosotros mucha pericia a los mandos para no acabar aplastados, quemados, cortados o desintegrados, por decir tan solo unas pocas maneras de alcanzar la muerte. Cosa que sucederá.

Pero tranquilos, que en KRUNCH hay vidas infinitas. Estamos ante otra muestra del estilo de “ensayo y error”, poniendo a prueba nuestra paciencia y habilidad, ya vista en clásicos imperecederos como ‘Super Meat Boy’ o VVVVVV. Salvo que aquí no habrá que saltar plataformas, sino que “volaremos” por circuitos cerrados, yendo del punto A (una tubería) hasta el punto B (otra tubería) con el objetivo de alcanzar la salida final. Algo que no sucederá hasta completar las más de 100 fases a lo largo de cuatro mundos. Dependiendo de la habilidad de cada uno, esto se traducirá en algo más de una hora de juego, hecho a todas luces escaso. A mí, sin ir más lejos, completar KRUNCH me llevó 73 minutos tras fallecer 294 veces, consiguiendo por el camino 1.873 krebs, una especie de moneda que logrará que consigamos mayor puntuación, pudiendo compartir resultados por Facebook o Twitter.

La pena es que KRUNCH no ofrece más que eso. Es muy parco en opciones, de hecho. Iniciar partida, continuar y ver créditos. Tras finalizarlo no habrá nada desbloqueable. Y para más inri, sólo podremos jugarlo con teclado, salvo que utilicemos algún programa especial. En mi caso he usado el Xpadder y genial. De lo contrario me habría costado inmensamente más completarlo. Bastante más.

OST de lujo para un indie que no llega a la excelencia

Está bastante claro que el gran defecto de KRUNCH es su escasa vida de juego y su parquedad en opciones. Su mecánica, eso sí, convence, aunque resulta frustrante por momentos. Principalmente por la inercia, ésa que siempre nos llevará ante las bolas desintegradoras para matarnos al instante, o ante las malditas sierras mecánicas (las odio) para rebotar sin descanso y morir al poco rato. KRUNCH es muy puñetero en este sentido. En determinadas fases un rebote supondrá una muerte segura, porque el muro que nos persigue nos aplastará irremediablemente al haber perdido unos segundos.

En KRUNCH hay que tener buenos reflejos y saber sobreponernos ante cualquier adversidad. Saber escoger el mejor camino y actuar en consecuencia, calculando bien los tiempos para que esos muros o ese fuego no haga que repitamos la fase de nuevo. Y nos cabrearemos, vaya que sí. Con los rebotes y las sierras, principalmente. Pero con paciencia y destreza será un camino que podremos salvar. Tan solo hay que fijarse bien, utilizar sabiamente el botón para ir más rápido, e intentar no agotar nuestra vida antes de llegar a la meta. Porque ésa es otra. Nuestro personaje en cada fase se irá moriendo poco a poco, reduciendo su vida al utilizar el turbo o chocar contra las sierras o el fuego. Pero ya decimos, podremos reintentarlo tantas veces deseemos al morir. ¿Queréis un detalle curioso? Cada fase tendrá un nombre, muy al descriptivo estilo ‘VVVVVV. No en vano Lou LeGrudge y Dirk Rugged no ocultan su influencia, aparte del ‘Mega Man’. Influencia esta última no tan evidente.

Por cierto, que en KRUNCH deberemos hacer frente a varios enemigos finales. Pero no podremos acabar con ellos, sino que simplemente tendremos que escapar de ellos. Cada uno regentará el final de su mundo, y como decimos hay cuatro. Aunque el cuarto técnicamente no sea un enemigo final en sí, sino una prueba especial. Y como hemos recalcado, tras completarlo no habrá nada más.

Suerte que, donde sí que no defrauda KRUNCH, pese a no ser mal juego en absoluto (pero es corto y parco en opciones, insistimos), es en su banda sonora, de auténtico lujo. Tanto Dirk Rugged como Disasterpeace han parido once temas de corte chiptune que nada tienen que envidiar a otras producciones. A destacar en especial el tema “The Incrementalists”, uno de los finales. Por lo demás, ya decimos, un juego indie que se ha quedado a las puertas de la excelencia del gran VVVVVV.

KRUNCH | PC

  • Plataformas: Linux, Mac y PC (versión analizada)

  • Desarrollador: Lou LeGrudge y Dirk Rugged

  • Distribuidor: LeGrudge & Rugged Studios

  • Lanzamiento: 21 de diciembre de 2012

  • Precio: 7,90 euros

   <p>&#8216;<span class="caps">KRUNCH</span>&#8217; es otra vuelta de tuerca más en los <i>indies</i> que se empeñan en poner a prueba nuestra paciencia y habilidad a los mandos. Destaca sobre todo por su gran banda sonora, ya que por lo demás es muy limitado.</p>

Sitio oficial | KRUNCH

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