Que mientras Tony Stark va en su avión diciendo chascarrillos le asalte un grupo de drones, le destrocen el avión y tenga que saltar al vacío mientras la armadura se va acoplando a su cuerpo, es algo que a estas alturas no le sorprendería a nadie. Que todo eso ocurra en Iron Man VR y el fan del personaje quede encantado ya es menos común.
PlayStation VR tiene en la adaptación a realidad virtual del héroe de Marvel la excusa perfecta para masificar la atención hacia el casco de PS4 y PS5 y, como ya ocurrió con Half-Life Alyx en PC, una franquicia de éxito con la que llevar la idea más allá del usuario habitual de esta satisfactoria tecnología.
¿La siguiente joyita de PlayStation VR?
Consciente de lo mucho que se estrellan algunas propuestas VR en su intento de captar no sólo mi atención, sino también mi dedicación más allá de la tímida sorpresa inicial, no las tenía todas con lo que Camouflaj y Sony tenían entre manos con Iron Man VR.
Tras aquél agradable République que se paseó por todas las plataformas hace más de cinco años, el estudio parecía haber desaparecido del mapa hasta el anuncio de esta colaboración. De un juego de sigilo a volar por ahí siendo Iron Man en realidad virtual. Imagino que no me culparéis por dudar de él.
Sin embargo debo reconocer que, una vez completada la demo, mi percepción sobre la propuesta ha cambiado bastante. Sigue sin parecerme el bombazo que necesita la VR para acabar de despegar -como si Sony lo necesitase con los números que tiene-, pero es una de esas experiencias que me voy a merendar contentísimo como ya lo hice con Blood & Truth.
Un buen control que mejoraría con más opciones
Y eso que el encanto ha costado en llegar. Me veo a más de uno abandonando a mitad del tutorial, la primera de las dos misiones principales que vienen en la demo, pese a estar ante una buena inmersión y acertadas ideas en lo que respecta al control.
No les culparía porque está lejos de ser perfecto. La milonga de los mareos va a seguir persiguiéndonos para siempre y, pese a que vas volando por ahí mirando hacia todos lados, los giros sólo resultan precisos a golpe de botón. ¿Estaría genial poder volar y controlar hacia qué lado giras moviendo la cabeza? Sí. ¿No es el caso y toca de tirar de reposicionamientos de 45 o 90º? También.
Con los brazos estirados y girando las manos los propulsores de Iron Man nos dirigen hacia arriba, hacia adelante, nos frenan. Está muy bien pensado y es muy fácil hacerse con la dinámica. Pero claro, atravesar cañones de rocas mientras la cámara se reposiciona cada vez que tienes que girar es un auténtico dolor de muelas.
Dentro de una peli de Iron Man
Tras la prueba de vuelo y disparo toca la acción de verdad, la escena del avión que comentábamos al principio. Es aquí cuando, entre las nubes y sin obstáculos que te impidan moverte a tu aire, Iron Man VR saca su cara más prometedora. Una en la que los cortes entre escenas y las pantallas de carga son el único impedimento para un inmersión muy bien lograda.
Vuela alrededor del avión disparando o pegando puñetazos a los drones que lo atacan, revienta piezas que salen despedidas por culpa de la explosión para que no choquen contra ti, acércate al motor para extinguir las llamas, abre las puertas del tren de aterrizaje que se ha quedado atascado…
Una buena mezcla de acciones que evitan que sea una mera galería de patos con Iron Man como escopetilla de feria. Muy buenas sensaciones que, si la suerte nos acompaña, pueden dar para quitarle el polvo al casco de PlayStation VR cuando Iron Man VR aterrice el próximo 3 de julio.
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