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Curioso y atípico caso el que se da en torno a ‘ilomilo’. Una obra del estudio Southend Interactive que no se pondrá a la venta hasta principios del 2011 (el 5 de enero, más concretamente), pero que gracias a un pequeño secreto muchos hemos podido probar con antelación y sin ningún tipo de impedimento. Un pequeño pero reconfortante anticipo navideño en forma de rompecabezas que despierta el niño que todos llevamos dentro.
Y es que sin duda ‘ilomilo’ entra por los ojos, por esa ternura e inocencia que desprenden ilo y milo, absolutos protagonistas de la peculiar aventura de este título para Windows Phone 7 y XBLA, con una apariencia engañosamente infantil (y digo engañosa porque nos encontraremos con puzzles muy complicados) y una banda sonora de lo más pegadiza. ¿Queréis saber si merece la pena esta obra? Pues no os rompáis más la cabeza ante la duda y acompañadnos en el análisis de este rompecabezas. Bendita ironía.
Introducción de ‘ilomilo’
“Había una vez dos amigos, uno rojo y otro azul, que vivían en cada parte del parque. El nombre del amigo rojo era ilo… y el amigo azul se llamaba milo. Cada mañana se encontraban junto a un árbol que había en medio del parque para beber té de manzana y saborear galletas de hojas de arce. Por las noches volvían a casa, para volver a reunirse al día siguiente. Pero encontrarse por las mañanas era más difícil de lo que parecía. Porque parecía que cada día alguien volvía a organizar el parque con todas sus calles y árboles. O a lo mejor era la memoria de ilo y milo, que no era muy buena. De todos modos, como es lógico, esto dificultaba la amistad entre ilo y milo…”
La historia comienza de un modo simple, a modo de cuento infantil, pero nos sirve como excusa para ponernos en antecedentes en tan solo unos pocos segundos. Tenemos cuatro capítulos, con doce fases cada uno, siendo tres de ellas de bonificación, y en todas ellas el objetivo será el mismo: juntar a ilo y a milo. Toda fase la empezaremos con los dos protagonistas separados, y será con la resolución de los puzzles la forma en la que los iremos juntando fase tras fase hasta llegar al final de la odisea.
Tú a Boston y yo a California, versión ‘ilomilo’
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Esto, que al principio puede parecer muy sencillo, se irá complicando a medida que avancemos por las distintas fases de cada capítulo. Poco a poco iremos descubriendo los distintos cubos que podremos manipular, teniendo algunos que ocuparán una fila o incluso tres (estos, a su vez, pueden colocarse de manera horizontal o vertical), otros que se moverán solos y que también girarán sobre su eje, e incluso unos que volarán. A medida que progresemos los puzzles se irán complicando sobremanera y jugaremos (o sufriremos, más bien) con las tres dimensiones en todos sus planos, encontrándonos en algunos casos con ilo en un plano horizontal y a milo justo delante, pero en un plano vertical, con lo que no se podrán encontrar. Parece ridículo, pero para que progresemos en cada fase ambos personajes se tendrán que encontrar en el mismo plano.
Esto se aplica también a las diferentes piezas que podremos conseguir en la aventura, desde trocitos de recuerdo (habrá cuatro recuerdos por fase que necesitarán un montón de trocitos para ser desvelados) a piezas musicales o imágenes a desbloquear, pasando por los indispensables safkas, unos personajillos que nos desbloquearán fases adicionales más complicadas.
En cada fase habrá tres safkas de distinto color, pero para pasar al siguiente capítulo tan solo tendremos que completar seis o más fases. Se pueden rejugar sin ningún problema para completar cada una al 100%, por si nos dejamos algún vinilo o incluso el llamado ilomilo shuffle, un minijuego en el que tendremos que evitar que ilo y milo caigan por un precipicio mientras consiguen puntos.
Además de las piezas que podremos recoger y los cubos que podremos manipular, habrá diversos seres que nos entorpecerán nuestros movimientos. Uno que me ha hecho mucha gracia es una especie de perro-calcetín que nos robará el cubo que llevemos en ese instante si pasamos por encima de él. Sobra decir que en algunos casos tendremos que aprovechar ese inconveniente para que automáticamente ese ser coloque, sin saber, el cubo justo donde queríamos para que nuestro compañero (ilo o milo, según sea el caso), pueda progresar por la otra ruta. Hay otros, como un perro cuadriculado adicto a las manzanas que podremos aprovechar como transporte al subirnos en su lomo. Será indispensable saber utilizar bien tanto los cubos como aprovecharse de las habilidades de los enemigos para seguir avanzando en la aventura.
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Aunque en ‘ilomilo’ haya dos personajes, el juego se puede jugar tanto en solitario (manejando a los dos, por turnos, con un simple botón) como en compañía, siendo en este último caso también por turnos y en una misma consola (modo local). A pesar de la decepción en este sentido, el modo cooperativo me ha parecido muy simpático ya que podremos ponernos pesados con nuestro compañero para que nos deje seguir con el otro personaje por medio de la pulsación de los botones ‘X’ e ‘Y’, apareciendo dos músicos que le molestarán un poco la visión hasta que finalmente ceda.
A pesar de tener a dos personajes, el ritmo de juego no se ve resentido en ningún momento. El cambio de personaje es muy fluído (botón ‘X’), y si en vez de cambiar queremos saber dónde se encuentra nuestro compañero, con un botón (en este caso la ‘B’) lo sabremos, viendo a ilo y milo saludarse efusivamente. Incluso si queremos tener una visión más amplia de cada zona, con la simple pulsación del botón ‘Y’ veremos una mejor panorámica de la situación para saber si tenemos que cambiar de plano “aquí” o “allá”. Y es que llega a ser un verdadero lío en fases avanzadas con tanto cambio de plano, cubos y enemigos. Sobretodo si queremos conseguir las imágenes y vinilos para desbloquear, algo que nos recompensará con la friolera de 48 imágenes y 29 canciones en la galería del menú principal, encontrando diseños y bocetos francamente bonitos.
Algo en lo que destaca también es en la banda sonora. Casi desde el primer momento tarareamos las melodías que pueblan en él. Sencillas, con un toque alegre, desenfadado. En algunos casos hasta tendrán partes con notas desafinadas, como suelen hacer algunos músicos de jazz, y no pararemos de silbarlas. Tampoco será de extrañar quedarse unos minutos en el menú principal para conseguir el logro musical al tocar un solo sobre la canción que suena en él.
Y es que, a lo tonto, ‘ilomilo’ conseguirá una sonrisa en nuestra cara, tanto por su estética, como sus puzzles, sus canciones, e incluso sus guiños, como el del ‘World of Goo’, convirtiéndose, por lo tanto, en un título muy recomendable para los fans de los rompecabezas.
Ficha Técnica: ilomilo
Curioso y atípico caso el que se da en torno a ‘ilomilo’. Una obra del estudio Southend Interactive que no se pondrá a la venta hasta principios del 2011 (el 5 de enero, más concretamente), pero que gracias a un pequeño secreto muchos hemos podido probar con antelación y sin ningún tipo de impedimento. Un pequeño pero reconfortante anticipo navideño en forma de rompecabezas que despierta el niño que todos llevamos dentro.
Y es que sin duda ‘ilomilo’ entra por los ojos, por esa ternura e inocencia que desprenden ilo y milo, absolutos protagonistas de la peculiar aventura de este título para Windows Phone 7 y XBLA, con una apariencia engañosamente infantil (y digo engañosa porque nos encontraremos con puzzles muy complicados) y una banda sonora de lo más pegadiza. ¿Queréis saber si merece la pena esta obra? Pues no os rompáis más la cabeza ante la duda y acompañadnos en el análisis de este rompecabezas. Bendita ironía.
Introducción de ‘ilomilo’
“Había una vez dos amigos, uno rojo y otro azul, que vivían en cada parte del parque. El nombre del amigo rojo era ilo… y el amigo azul se llamaba milo. Cada mañana se encontraban junto a un árbol que había en medio del parque para beber té de manzana y saborear galletas de hojas de arce. Por las noches volvían a casa, para volver a reunirse al día siguiente. Pero encontrarse por las mañanas era más difícil de lo que parecía. Porque parecía que cada día alguien volvía a organizar el parque con todas sus calles y árboles. O a lo mejor era la memoria de ilo y milo, que no era muy buena. De todos modos, como es lógico, esto dificultaba la amistad entre ilo y milo…”
La historia comienza de un modo simple, a modo de cuento infantil, pero nos sirve como excusa para ponernos en antecedentes en tan solo unos pocos segundos. Tenemos cuatro capítulos, con doce fases cada uno, siendo tres de ellas de bonificación, y en todas ellas el objetivo será el mismo: juntar a ilo y a milo. Toda fase la empezaremos con los dos protagonistas separados, y será con la resolución de los puzzles la forma en la que los iremos juntando fase tras fase hasta llegar al final de la odisea.
Tú a Boston y yo a California, versión ‘ilomilo’
Esto, que al principio puede parecer muy sencillo, se irá complicando a medida que avancemos por las distintas fases de cada capítulo. Poco a poco iremos descubriendo los distintos cubos que podremos manipular, teniendo algunos que ocuparán una fila o incluso tres (estos, a su vez, pueden colocarse de manera horizontal o vertical), otros que se moverán solos y que también girarán sobre su eje, e incluso unos que volarán. A medida que progresemos los puzzles se irán complicando sobremanera y jugaremos (o sufriremos, más bien) con las tres dimensiones en todos sus planos, encontrándonos en algunos casos con ilo en un plano horizontal y a milo justo delante, pero en un plano vertical, con lo que no se podrán encontrar. Parece ridículo, pero para que progresemos en cada fase ambos personajes se tendrán que encontrar en el mismo plano.
Esto se aplica también a las diferentes piezas que podremos conseguir en la aventura, desde trocitos de recuerdo (habrá cuatro recuerdos por fase que necesitarán un montón de trocitos para ser desvelados) a piezas musicales o imágenes a desbloquear, pasando por los indispensables safkas, unos personajillos que nos desbloquearán fases adicionales más complicadas.
En cada fase habrá tres safkas de distinto color, pero para pasar al siguiente capítulo tan solo tendremos que completar seis o más fases. Se pueden rejugar sin ningún problema para completar cada una al 100%, por si nos dejamos algún vinilo o incluso el llamado ilomilo shuffle, un minijuego en el que tendremos que evitar que ilo y milo caigan por un precipicio mientras consiguen puntos.
Además de las piezas que podremos recoger y los cubos que podremos manipular, habrá diversos seres que nos entorpecerán nuestros movimientos. Uno que me ha hecho mucha gracia es una especie de perro-calcetín que nos robará el cubo que llevemos en ese instante si pasamos por encima de él. Sobra decir que en algunos casos tendremos que aprovechar ese inconveniente para que automáticamente ese ser coloque, sin saber, el cubo justo donde queríamos para que nuestro compañero (ilo o milo, según sea el caso), pueda progresar por la otra ruta. Hay otros, como un perro cuadriculado adicto a las manzanas que podremos aprovechar como transporte al subirnos en su lomo. Será indispensable saber utilizar bien tanto los cubos como aprovecharse de las habilidades de los enemigos para seguir avanzando en la aventura.
Aunque en ‘ilomilo’ haya dos personajes, el juego se puede jugar tanto en solitario (manejando a los dos, por turnos, con un simple botón) como en compañía, siendo en este último caso también por turnos y en una misma consola (modo local). A pesar de la decepción en este sentido, el modo cooperativo me ha parecido muy simpático ya que podremos ponernos pesados con nuestro compañero para que nos deje seguir con el otro personaje por medio de la pulsación de los botones ‘X’ e ‘Y’, apareciendo dos músicos que le molestarán un poco la visión hasta que finalmente ceda.
A pesar de tener a dos personajes, el ritmo de juego no se ve resentido en ningún momento. El cambio de personaje es muy fluído (botón ‘X’), y si en vez de cambiar queremos saber dónde se encuentra nuestro compañero, con un botón (en este caso la ‘B’) lo sabremos, viendo a ilo y milo saludarse efusivamente. Incluso si queremos tener una visión más amplia de cada zona, con la simple pulsación del botón ‘Y’ veremos una mejor panorámica de la situación para saber si tenemos que cambiar de plano “aquí” o “allá”. Y es que llega a ser un verdadero lío en fases avanzadas con tanto cambio de plano, cubos y enemigos. Sobretodo si queremos conseguir las imágenes y vinilos para desbloquear, algo que nos recompensará con la friolera de 48 imágenes y 29 canciones en la galería del menú principal, encontrando diseños y bocetos francamente bonitos.
Algo en lo que destaca también es en la banda sonora. Casi desde el primer momento tarareamos las melodías que pueblan en él. Sencillas, con un toque alegre, desenfadado. En algunos casos hasta tendrán partes con notas desafinadas, como suelen hacer algunos músicos de jazz, y no pararemos de silbarlas. Tampoco será de extrañar quedarse unos minutos en el menú principal para conseguir el logro musical al tocar un solo sobre la canción que suena en él.
Y es que, a lo tonto, ‘ilomilo’ conseguirá una sonrisa en nuestra cara, tanto por su estética, como sus puzzles, sus canciones, e incluso sus guiños, como el del ‘World of Goo’, convirtiéndose, por lo tanto, en un título muy recomendable para los fans de los rompecabezas.
Introducción de ‘ilomilo’
- Plataformas: WP7, XBLA (versión analizada)
- Editor: Microsoft
- Desarrollador: Southend Interactive
- Lanzamiento: 5 de enero del 2011
- Precio: 800 MS (~10 euros)
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-
Plataformas: WP7, XBLA (versión analizada)
-
Editor: Microsoft
-
Desarrollador: Southend Interactive
-
Lanzamiento: 5 de enero del 2011
-
Precio: 800 MS (~10 euros)
Vídeo | Youtube
En Vidaextra | ‘ilomilo’. Descarga su versión de prueba gracias a un código secreto… no tan secreto
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