No tengo ningún problema en reconocerlo: tardé demasiado en apostar en serio por un PC Gamer, pero la cada vez mayor -y mejor- colección de juegos digitales que estaba colmando mis discos duros, la incipiente oleada de títulos de estrategia y la siempre seductora posibilidad de abordar los shooters de Bethesda, y Activision (Blizzard) con ratón y teclado acabaron siendo el impulso que necesitaba. Aquello salió bien y medio año después terminaría reincidiendo, esta vez con un portátil.
Eso nos lleva hasta hoy, o -para ser justos- hasta hace aproximadamente un mes: Acer nos dio la posibilidad de poner a prueba su Predator 15 G9-593 y, tras unos treinta días de testeos para fundamentar nuestras impresiones en torno a su aspecto, rendimiento y especificaciones, la primera conclusión a la que llegamos es que este equipo no sólo se ha diseñado para los más jugones en términos de exigencia técnica, sino para aquellos usuarios curtidos que tengan en mente sesiones maratonianas de juego.
Pongámonos en contexto: sobre el papel, el reclamo principal del Predator 15 reside en su más que acertada combinación entre un procesador i7-6700HQ con una velocidad de 2,60 GHz, sus 32GB DDR4 de RAM y su flamante GeForce GTX 1070 (la auténtica joya de la corona). Unos engranajes estupendos para esta máquina de entretenimiento que ofrecen una experiencia tremendamente holgada de juego para cualquier título actual y los que saldrán durante los próximos años; por mucho que los desarrolladores, inflen sus requisitos recomendados.
Pero lo que de verdad marca la diferencia es la manera con la que Acer resuelve los mayores problemas de estos dispositivos: la serie Predator combate a base de diseño y tecnología el calentamiento del equipo, el consecuente desplome del rendimiento e incluso se atreve con la acumulación de polvo bajo la carcasa. Y tras algunas sesiones de prueba tenemos muy claro que es una promesa cumplida.
Un diseño agresivo que contrasta con un teclado terriblemente confortable
Mi primera impresión a la hora de sacar el Predator 15 de su caja fue el contraste de peso con respecto al portátil que suelo usar habitualmente para mis partidas de 'Civilization', 'Street Fighter' u 'Overwatch': a pesar de que sus dimensiones apenas varían, sus 3,4 Kg lo convierten en un equipo bastante más pesado, pero una vez revisado el aspecto final y averiguar de dónde venían esos kilitos de más, estaba justificada esa diferencia.
De entrada, nos encontramos con un diseño que sabe enfatizar un punto agresivo sin que le cueste un ápice de sobriedad al conjunto, y no nos referimos al logotipo y los leds de presiden el frontal cuando lo miramos de frente, sino a la manera en la que el equipo sabe presumir del sistema Predator DustDefender bajo éste, así como los márgenes de los altavoces. Dos enormes aciertos de los que hablaremos más adelante.
El tacto, por otro lado, denota que el Predator 15 está pensado para que lo llevemos con nosotros sin tener que preocuparnos -demasiado- por el deterioro de su carcasa. No hemos querido poner a prueba la resistencia de su textura, obviamente, pero se trata de un acabado robusto y de calidad, sin llegar a ser áspero (ni liso) y que casa muy bien con lo que se podría esperar de él por su impresión visual.
Ahora bien, donde realmente se nota la primera gran brecha de calidad del Predator 15 si lo comparamos con alternativas más asequibles es en su teclado: por la parte de diseño es posible apreciar unas teclas de tamaño y separación acentuado (este equipo está diseñado para disfrutar, aunque hacer hojas de calculo tiene que ser una gozada) sin que eso impida la inclusión de un teclado numérico. Un poco más adelante hablaremos del sistema Predator ProZone, pero es interesante recalcar que podremos ajustar sus cuatro zonas de retroiluminación.
Por último, uno de los grandes aciertos del diseño es que los leds no se encuentran en la parte inferior del teclado, sino que aprovechan de manera efectiva la bisagra de la pantalla y esto obedece a un doble propósito: no solo no despeja la zona del panel táctil sino que da mayor protagonismo a su sistema de sonido. Y es que el depredador de Acer ruge al encenderse, literalmente.
Especificaciones técnicas: preparado para los pesos pesados, los maratones interminables y la Realidad Virtual
La carta de presentación del Predator 15 no puede ser mejor: su procesador, su memoria RAM y su tarjeta gráfica consiguen exprimir al máximo las posibilidades de cualquier juego, pudiéndose ajustar la configuración a los valores máximos de juegos exigentes como 'Battlefield 1', 'The Witcher III: Wild Hunt' o 'Dark Souls III' sin que le pase factura a su rendimiento. De hecho, sobre el papel incluso veremos como con futuros juegos como 'PES 2018' o 'Forza Motorsports 7' se deberían mover de manera holgada, aunque tendremos que esperar algunos días más para averiguarlo.
Modelo | Predator 15 G9-593 |
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Fabricante | Acer |
Dimensiones y peso |
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Sistema Operativo | Windows 10 Home |
Procesador | Intel Core i7-6700 HQ |
Memoria |
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Pantalla |
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Tarjeta Gráfica |
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Interfaces/Puertos |
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Batería |
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Almacenamiento |
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Tipo de Unidad Óptica | Grabadora DVD |
Cámara | HD |
Dispositivos Incorporados |
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Ahora bien, un punto que hay que tratar es que desde el Predator 15, o al menos desde su pantalla, no veremos juegos en Ultra Alta Resolución. La pantalla de 15.6 pulgadas alcanza una resolución máxima de 1920 x 1080 píxeles. Puede que no sea el equipo que buscamos si nuestra intención es ver a Geralt de Rivia en 4K, pero también es justo decir que gracias a su tecnología NVIDIA G-SYNC tendremos un mayor contraste a la hora de jugar y configuraciones personalizadas de audio y vídeo.
Y hablando de juegos y formatos: por sus especificaciones quizás se sobreentiende, pero Acer se ha asegurado de que el Predator 15 esté perfectamente preparado para conectar y disfrutar de dispositivos de Realidad Virtual como 'Oculus Rift' o 'HTC Vive', contando con los 5 puertos USB necesarios para que la experiencia esté totalmente en manos de los desarrolladores, (4 de ellos 3.0 y uno Micro USB) a los que sumamos un puerto HDMI -tal y como debe ser- e incluso apostando por un puerto Thunderbolt.
En cuanto a la autonomía, y sin haberlo descargado por completo, con unas tres horas de juego aproximadas seguiremos teniendo algo menos de un tercio de la carga aproximadamente y sin aprovechar al máximo sus posibilidades.
Ahora bien, lo conseguido por Acer a la hora de abordar el sistema de sonido me pilló por sorpresa: como ya comentamos, al arrancar el equipo veremos cómo literalmente nos da la bienvenida rugiendo, y lo hace presumiendo de sus dos altavoces incorporados frente a nosotros a los que hay que añadir el efecto de un subwoofer. En este sentido tengo que admitir que dejé colgados los cascos y me dedique a disfrutar de lo que podía ofrecerme este equipo a lo largo de este mes.
Como detalle extra, lo cierto es que no me esperaba que el equipo incorporase un lector de discos. De hecho, y según sus especificaciones, se trata de un grabador DVD. No es que este portátil esté pensado para ver películas en Blu-Ray, pero si eres de los que no se resisten a ediciones de coleccionista (a pesar de que en PC llegan con cuentagotas) podrás sacar partido a este inesperado añadido.
Más allá del músculo técnico: esos detalles que marcan la diferencia
Algo que me llamó la atención es el ingenioso sistema para dar prioridad a lo que estoy ejecutando en el equipo: el Predator 15 analizado vino con Windows 10 instalado y si entre las novedades del sistema operativo ya destacaba su Game Mode, la propia Acer nos da un recurso extra con la tecnología Killer DoubleShot Pro, la cual nos permiten elegir las aplicaciones que consumen el ancho de banda que usamos e incluso podremos dividir nuestras conexiones de manera simultánea.
El sistema para extraer el ventilador es muy sencillo. En cierto modo bastante similar al de extraer una tarjeta SD XXL, teniendo que accionar una pequeña pestaña.
Sin embargo, más allá de lo que sabemos que puede hacer, tenemos que tener en cuenta la manera en que Predator 15 lo hace: tal y como detallamos un poco más arriba, parte del peso añadido proviene de su ventilador Predator FrostCore fabricado a medida, el cual sirve para añadir un extra de refrigeración maximizando el rendimiento.
De hecho, este modelo va más allá y apuesta por hacer que ese ventilador sea extraíble con el propósito de poder intercambiarlo entre partidas si alguna vez nos damos un auténtico maratón de juego. Por mi parte tengo que admitir que no lo vi necesario a lo largo de mi experiencia, pero aquellos que hagan jornadas intensivas de 'Call of Duty' o 'League of Legends' tendrán que achacar sus fracasos únicamente a la fatiga acumulada.
Finalmente, Acer ha ideado un ingenioso sistema para acabar con el mayor enemigo de los PCs, y la kryptonita de los portátiles: el polvo. El hecho de que la refrigeración del equipo deje un generoso espacio a través de las aperturas traseras se compensa con el sistema Predator DustDefender, el cual está ideado para que la dirección del flujo de aire se alterne de manera interna. ¿El objetivo? Evitar que el polvo se precipite. De cualquier modo, lo cierto es que sería necesario un periodo de prueba más extendido para comprobar sus efectos.
La opinión de VidaExtra: mi experiencia como jugador
En el momento de escribir estas líneas se pone fin a la fase de testeo de 'Destiny 2' en PC, una beta que servirá para definir los requisitos mínimos y recomendados de la versión final y que será el debut de la saga en los sistemas de escritorio. Lo cierto es que opté por abordarlo desde mi portátil Gamer y eso ha servido para que de más valor a los pequeños detalles del Predator 15 por encima de sus grandes especificaciones.
Me explico: tanto las dimensiones, como la resolución máxima e incluso las tarjetas gráficas de ambos equipos están más o menos compensadas, pero el tacto del teclado o el sonido de la propuesta de Acer han resultado ser factores que, a corto y medio plazo se acaban echando en falta. Sin embargo, donde más he notado el contraste es en el sistema de refrigeración: incluso en un espacio bien ventilado y sin tener demasiados programas en ejecución -para eso está el Game Mode de Windows, en teoría- mi equipo habitual palidecía frente al Predator.
Vuelvo a repetir que en ningún momento vi la necesidad de cambiar el ventilador extraíble y la duración de su batería me pareció especialmente razonable. Pero se nota que esta es una máquina diseñada para los muy, muy jugones. Y no es que no me considere uno de ellos, sino que hasta ahora no había tenido el impulso de ver hasta cuantas partidas de 'Overwatch' puedo hacer sin que mi juego se vea afectado.
No podemos terminar este repaso sin hablar de un detalle cada vez más agradecido: podremos configurar nuestro equipo y teclado facilmente, y alternar entre las distintos ajustes, simplemente pulsando dos botones que se encuentran sobre la tecla principal, disponiendo de varios perfiles programables que incluso nos dejarán suavizar el detalle técnico o controlar la velocidad del ventilador. Pequeños detalles que marcan una gran diferencia.
El Predator 15 G9-593 es un modelo diseñado con los más jugones en mente: por un lado ataja las exigencias menos comedidas de aquellos que quieran hacerse un hueco a nivel competitivo, especialmente con la fiebre por los eSports; y por otro sirve para que disfrutemos de experiencias de Realidad Virtual o RPG gracias a sus puertos o su estupendo sistema de sonido.
Y lo consigue sin tener que complicarnos demasiado -con el plus añadido de no tener que preguntarnos si el ordenador estará sobre calentándose si tenemos los cascos de VR puestos-. Pero también es una apuesta segura para aquellos que deseen tener su primer PC Gamer y no quedarse a medio camino.
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