El género de los FPS competitivos es uno de los más trillados de la industria. Podría decirse que ya hemos visto casi de todo, desde juegos de tiros con superhéroes hasta otros centrados en el humor. Puede que precisamente por eso ver ideas frescas como la de Quantum League resulte tan emocionante.
Ante nosotros un juego que aprovecha la excusa de los tiros para plantarnos en la cara una mecánica de paradojas temporales en la que la estrategia acaba primando tanto como la habilidad. Una locura divertidísima a la que merece la pena seguirle la pista.
Un cruce entre Overwatch y los viajes en el tiempo
Quantum League nos plantea un combate entre dos equipos de uno o dos jugadores. Una lucha en una arena en la que, además de intentar que no nos maten, para puntuar debemos alcanzar un núcleo central y permanecer ahí hasta que se acabe el tiempo.A nuestro alcance todo tipo de armas como fusiles, escopetas e incluso lanzagranadas.
Hasta aquí todo normal, pero al terminar la ronda volvemos al inicio del bucle temporal y toca hacer lo mismo una vez más, esta vez acompañado de una sombra que repite todo lo que ya has hecho en el anterior bucle.
Tras ello, una tercera vuelta con tus dos sombras anteriores y el único objetivo de ser tú el que puntúas antes de que las tres versiones de ti mismo se frenen por culpa del crono.
Por supuesto, lo que hagas en cada uno de esos bucles acabará afectando a los siguientes y modificando el desarrollo de la partida. Pongamos por ejemplo que tu última acción en la primera ronda fue saltar desde una zona elevada hasta dentro del núcleo objetivo. Lamentablemente, el enemigo consiguió frenarte a tiempo y te disparó cuando aún estabas en el aire.
En el siguiente bucle, utilizas tu nueva copia para ventilar a ese enemigo lo antes posible, evitando así que mate a tu copia anterior y consiguiendo que esta llegue al núcleo sana y salva. Lo que antes era una victoria por los pelos, ahora es una victoria asegurada.
Estrategia y planificación para un shooter muy divertido
La estrategia que plantea Quantum League, centrada no sólo en lo que está ocurriendo ahora sino también en lo que hiciste o hicieron tus enemigos en el bucle anterior, da para momentos realmente interesantes.
Toca calcular, por ejemplo, cuánto daño llegaste a hacerle a un rival en el primer bucle. Puede que sólo un par de tiros sean suficientes para que, sumando los que tu copia anterior le hará unos segundos después, caiga en combate y evite la muerte de una de tus otras versiones.
Por interesante que parezca es inevitable tener la sensación de que le falta algo. Más allá de ser conscientes que estamos ante un juego indie, no he podido evitar tener la sensación de que falta algo. Tal vez unas patas muy cortas en lo que a profundidad se refiere por estar centrado única y exclusivamente en esa mecánica. Es indudablemente buena, pero no sé si capaz de soportar el peso de varias partidas durante semanas.
La posibilidad de conseguir nuevas skins para los personajes es un añadido canónico, sí, pero más allá de eso me resulta difícil imaginarme jugando a Quantum League durante meses. Y hay ganas de poder hacerlo, ojo, así que espero con ansias descubrir qué otras sorpresas tienen preparadas de aquí a que el juego se ponga formalmente a disposición del público.
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