No creía yo que a estas alturas de la película me acabaría enganchando a un juego de cartas. Menos aún que el juego sería de Blizzard y F2P, ofreciendo un modelo completamente opuesto al que tantas alegrías le ha dado, el del pago inicial y la cuota mensual de 'World of Warcraft'. 'Hearthstone: Heroes of Warcraft' no sólo es gratuito, también ha demostrado que muchos de sus mejores jugadores no ha puesto un céntimo en el juego. Lo comentaba el otro día y me veo obligado a repetir lo mismo aquí. Si el F2P tiene que existir, mejor que sea así.
Triunfa ahí y en casi todo lo demás. Hacía mucho tiempo que no me encontraba un juego tan redondo, que no me enganchaba a algo que me ha tenido participando desde la beta pero que con su lanzamiento oficial y su continuo equilibrio nos ha ganado por completo. Que ya me haya puesto un objetivo para abandonarlo por completo al conseguirlo dice mucho del vicio que puede llegar a suponer.
Hearthstone: Heroes of Warcraft
Mi objetivo es conseguir esta carta de aquí al lado, crear un mazo competitivo con ella y disfrutar de varias partidas sin que alguien venga y me destroce por completo. Cuando llegue a ese punto abandonaré esta enfermedad. Como veis es irremediable acordarse de Magic. Y precisamente en esa relación es donde el juego consigue enganchar.
En su día pasé tímidamente por el juego de cartas de Wizards of the Coast, más por las barajas que me regalaban amigos para que me animara a jugar que por mi intención de dejarme la paga en sobres nuevos. Ellos siguieron, incluso hasta alcanzar torneos a nivel mundial, pero yo no tardé en abandonar aquél bolsillo roto que te obligaba a estar siempre pendiente de una colección casi imposible de terminar.
Lo comento porque es una sensación que no me he encontrado en 'Hearthstone', donde el uso de dinero real para comprar cartas puede ser una ayuda pero nunca algo imprescindible. Es como volver a aquella época y poder comprar un sobre cada día sin que tu bolsillo se resienta lo más mínimo. Jugar a Magic como si fueses un niño rico.
Los primeros pasos
No es fácil y requiere constancia cuando ya estás adelantado en el juego, nada que ver con sus inicios. Tras un breve tutorial que te introduce en las mecánicas básicas, la curva de maná y demás aspectos que trataremos después, el juego te invita a practicar con cada uno de los héroes disponibles, subirlos hasta el nivel 10 jugando contra la máquina y conseguir así diversos logros ocultos que nos darán un buen saco de monedas mientras desbloqueamos sus cartas básicas.
Conseguidas y elegido el héroe que mejor se adapte a nuestro estilo de juego (yo prefiero uno rápido, de acabar el juego cuando sólo lleva un puñado de turnos, pero hay otros más potentes que requieren aguantar hasta bien avanzada la partida) llega el momento de tomar ese mazo y saltar a las fauces de su multijugador.
Ahí tenemos tres opciones, pudiendo optar por una partida de aficionado con oponentes bastante asequibles, jugar con rango y tener emparejamientos de tu mismo nivel o saltar a la Arena, un sistema que merece un apartado propio.
Lo primordial es que tras unas pocas horas de juego y sin haber pasado aún por caja a comprar uno de los sobres de 100 monedas del juego, ya tendrás cerca de 900 monedas y una colección de cartas que supera la centena. Eso en Magic no pasaba, os lo aseguro.
¿Cómo se juega a Hearthstone?
Intentaré explicarlo para el que nunca se haya acercado a un juego de cartas y seguro que los fans de Magic entienden la diferencia en un momento. Contamos con una baraja de 30 cartas en la que pueden encontrarse hechizos de daño, de curación, esbirros, armas... siempre dependiendo del héroe escogido y sus características.
En cada turno ganamos un cristal de maná que podremos utilizar para jugar las cartas. Esta que tenéis aquí al lado nos servirá de ejemplo para entenderlo.
Arriba a la izquierda podéis ver el número de cristales necesarios para poder lanzarla, así que sólo podremos jugarla sobre el tablero cuando estemos en la ronda cuatro o en adelante (escuchando la coletilla de la carta en cuestión y completamente doblado a nuestro idioma), cuando lleguemos hasta los 10 cristales de maná por turnos y podamos jugar varias cartas de golpe.
Los números inferiores nos indican el ataque y la vida a izquierda y derecha, y bajo el dibujo leemos qué acciones especiales ofrece.
En este caso Grito de batalla se refiere a una habilidad que se juega al lanzar la carta, ofreciendo 2 de ataque y 2 de vida a otro esbirro que tengamos en juego y otorgándole provocar. Eso significa que el resto de enemigos tendrán que acabar con el esbirro con provocar antes de atacar a mi héroe u otro personaje.
Se agradece que el juego no sea especialmente cansino al explicarte todos esos términos, lo que no aprendes durante un muy bien llevado tutorial lo adquieres después con las partidas, pasando el ratón por encima de las cartas para poder entender mejor su funcionamiento y las diferentes opciones de sus habilidades.
De aficionado a leyenda sin pasar por caja
Luego, mucho más tarde, llegan partidas como las que veréis a continuación, en las que combinaciones de cartas pueden ser devastadoras incluso cuando ya hayamos agotado tres cuartos de vida de nuestro héroe. No pretende ser un gesto para asustaros, sino uno destinado a ejemplificar la progresión y profundidad que ofrece un juego como 'Hearthstone'. Es capaz de la mejor partida y de la peor, dependiendo de la estrategia y la suerte con las cartas, así que nunca sabes qué va a ocurrir.
Que cualquiera pueda acceder a una baraja así a través de la experiencia es una auténtica gozada y además no tendrá que romperse los cuernos ganando sobres a espuertas (cada uno con cinco cartas para diferentes clases o neutrales, que pueden usar todos los héroes). La suerte se abandona aquí con la posibilidad de crear cartas mediante polvos arcanos.
Eliminando cartas ya conseguidas puedes conseguir suficiente polvo para crear otra directamente desde el álbum. Eso sí, teniendo muy presente que desencantar una carta normal como mucho te dará 5 unidades de este ítem y que crear esa misma carta puede requerir desde 40 hasta 3.000 dependiendo del tipo de carta y su condición.
Eso facilita que si quieres crear una baraja específica con unas cartas que no puedes conseguir gastando monedas para sobres, tengas la opción de hacerlo simplemente ahorrando polvos arcanos y pulsando sobre la carta que te falta para completarla. Una vez más, el equilibrio lo es todo y ese mazo que te acaba de destrozar en el modo online está sólo a unas cuantas partidas de juego.
Cómo crear el F2P perfecto
No todo en su condición de F2P es bueno, conseguir dinero para comprar sobres o entrar en la Arena puede ser relativamente fácil al principio, pero luego acabas relegado a completar misiones diarias o ganar tres partidas seguidas para ganar oro. Las misiones (gana X partidas, elimina X esbirros) te entregarán alrededor de 40 monedas y cada tres partidas ganadas recibirás una bolsa con 10 monedas de oro.
Acaba siendo lento y, en parte, limitando el uso que quieres darle. Funciona además como barrera, porque evita que te canses del juego demasiado rápido al requerir una atención constante. Dos o tres partidas ya te entregan la suma de oro que ganarás por hoy (a no ser que quieras seguir jugando y ganando monedas de diez en diez), así que llegado a ese punto cierras el juego y esperas a la misión del día siguiente confiando en que ya tendrás dinero suficiente para un nuevo sobre.
Es algo negativo, sí, pero acabas acostumbrándote a su método y, viendo cómo cuida al jugador en todos los otros aspectos, es un problema fácilmente perdonable. Veremos cómo se traslada eso a su modo campaña, que ofrecerá enfrentamientos de pago contra la IA del juego y una oportunidad para conseguir nuevas cartas.
La Arena: fuente de oro y cartas
Mientras que el coste de los sobres es de 100 monedas (para comprar packs hay que saltar al pago con monedas, desde los 2,69 euros de 2 sobres hasta los 44,99 euros de 40 sobres) el modo Arena obliga a ahorrar un poco más, o 150 monedas del juego o 1,79 euros.
Una vez dentro se nos presentarán tres héroes aleatorios a escoger y luego crearemos un mazo escogiendo cartas. El juego nos presenta tres y tendremos que elegir la que, creemos, mejor funcionará con el mazo que estamos creando. Y así sucesivamente hasta completar las 30.
Tras ello nos batiremos en duelo contra otros jugadores y sus mazos recién creados, pero sólo tendremos tres vidas. Si mantenemos la racha podemos llegar hasta las 12 victorias y conseguir un gran premio, pero si perdemos tres veces sólo tendremos acceso a un sobre de cartas más un puñado de monedas, polvos arcanos o alguna carta especial.
Pese a ello vale la pena, y dada la dificultad de crear un mazo equilibrado, incluso aunque el juego te ofrezca algunas de las mejores cartas para poder incluirlas, el modo Arena ofrece un reto al que estás deseando volver a entrar.
Con vicio, pero aún manco en algunas estrategias, lo máximo a lo que he conseguido llegar es a cuatro victorias, y ya me supo a gloria en su momento, así que si llegases a aburrirte de las cartas que tienes y las partidas que te ofrece el modo con rango, aquí encontrarás otro desafío con grandes premios en el que perder una tarde, o una noche entera. Y si encima lo haces desde el iPad y en el sofá, más peligroso todavía.
Lo mejor de Hearthstone
Un juego equilibrado en el que un aficionado puede alcanzar un nivel experto con relativa facilidad, gratuito y plagado de una ristra de cartas que, aunque virtuales, consiguen despertar ese ansia de coleccionismo que muchos aún mantenemos. Y después de todo eso aún hay algo que me tiene aún más encandilado, su interfaz de usuario.
'Hearthstone' podría haber tirado por otro camino, por uno más oscuro o con personajes saliendo de la carta para realizar su ataque pertinente, pero ha optado por mantenerse en una óptica casi de dibujos animados, algo entrañable.
Iniciamos el juego y la magnífica banda sonora empieza a sonar mientras el álbum desde el que escogeremos las distintas opciones, muy al estilo Jumanji, se abre ante nuestros ojos con una animación. Luego llegamos al álbum para ver cómo se pasan las páginas o alcanzamos el tablero de juego y nos ponemos a jugar con algunos de los detalles que lo pueblan.
Una catapulta que podemos utilizar sin molestar al adversario, una puerta que se abre, una cometa que sale volando si rompemos su anclaje a tierra... tonterías, sí, pero esa clase de detalles que reflejan mimo por parte de sus creadores y consiguen empacar el juego en un aspecto soberbio.
Ese sumo cuidado se traslada incluso a la forma de comunicarte en los combates. Nada de lidiar con pesados que se impacientan durante tu turno o rabiar porque te han dado la paliza de tu vida. Saluda, pide perdón, amenaza o admite que te has equivocado, pero siempre con mensajes predefinidos para cada héroe y sin posibilidad de ir más allá de un simple "saludos, viajero".
Hearthstone: droga de la buena
Me he enganchado yo y estoy intentando hacer lo mismo con Alex, que va por el mismo camino afirmando que es el único juego que le ha apartado momentáneamente de 'Titanfall'. Yo desde el ordenador y él desde el iPad (pronto podrá jugarse en iPhone y Android) echamos en falta un sistema más simple con el que compartir información entre amigos o simplemente enseñarle esa última carta que acabo de conseguir, pero no hay quejas más allá.
'Hearthstone' es un juego redondo, un F2P que invita a esconder las antorchas y promete tenernos enganchados durante mucho tiempo, con nuevas actualizaciones de cartas y héroes manteniendo ese aspecto totalmente desenfadado, de referenciar a personajes y criaturas de 'World of Warcraft' optando por el guiño en vez de tomarse demasiado en serio, con cartas como Harrison Jones o Leeroy Jenkins que pongan la nota de humor pero, sobre todo, con una profundidad que te obliga en todo momento a querer más y más.
No sé qué le convertiría en el juego perfecto, qué incluría para mejorarlo sin romper el equilibrio que ha creado Blizzard para este F2P. Tal vez eso, en una época en la que siempre nos estamos quejando porque habríamos preferido que este juego fuese de una u otra forma, diga mucho más de 'Hearthstone' que todo lo anteriormente relatado.
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A favor
- Un juego tremendamente adictivo
- Colección de cartas enorme
- Un aspecto magnífico
En contra
- Que conseguir monedas sea algo lento
- La dificultad de añadir nuevas cartas sin romper el equilibrio
- Que sus campañas adicionales nos obliguen a ahorrar oro
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