Juego especialmente enfocado al multijugador con una campaña de la que se ha hablado poco. Se podría decir que se olía el pastel de lejos, que ‘For Honor’ tenía todas las papeletas para salir del paso con una historia al estilo del primer ‘Titanfall’, tan corta como insulsa.
Lo que no me esperaba anoche antes de empezar a jugar la campaña de ‘For Honor’ era que no sólo iba a disfrutar de lo lindo de lo que Ubisoft tenía escondido, también me iba a enganchar hasta que la madrugada me pillase despierto.
Una campaña con cara y ojos
Como decía, Ubisoft tenía fácil solucionar la papeleta de ‘For Honor’, bastaba con meter un resumen de los distintos héroes disponibles jugando en distintas partidas multijugador contra la IA o algo por el estilo. Nada que ver con lo que hay aquí, en cambio.
Con tres capítulos distintos, de seis niveles cada uno, nos acercamos a las historias de caballeros, vikingos y samurais utilizando el mismo sistema de control que en el multijugador, pero en escenarios especialmente creados para la ocasión.
Hablo de mapeados con recorrido, coleccionables, secuencias guionizadas en las que se caen árboles a nuestros pies, nos asaltan jefes finales (con sus propias estrategias a entender y contrarrestar) y tenemos que lidiar con combates que pueden ser sobre un lago helado a punto de quebrarse bajo nuestros pies o a bordo de un caballo en una persecución.
Tal vez fuese yo el único que pensaba que la cosa iba a ir por otros derroteros, pero me alegro de haberlo visto así hasta ahora porque la sorpresa al llegar a la campaña de ‘For Honor’ ha sido mayúscula.
Ojalá el resto siga siendo igual de bueno
Habiendo completado el capítulo de los caballeros y empezado el de los vikingos, no sé hasta qué punto aguantará el tipo durante las cuatro o seis horas de juego que me quedan por delante (unas tres me ha costado completar el primer capítulo).
Con una historia interesante y ofreciendo secciones de jugabilidad bastante diversas, hasta los combates tienen su gracia al plantarnos ante distintos tipos de enemigos que son más o menos difíciles de despachar dependiendo de su importancia, no veo qué podría salir mal de aquí en adelante.
Me parece importante recalcar estas sensaciones porque es uno de los típicos juegos que parece llegar corto de contenido y, con una campaña así de divertida sobre la mesa, la cosa cambia por completo para muchos de los que dudábamos sobre su adquisición.
Puede que no sea ‘Ryse: Son of Rome’ lo que tenemos por delante, pero puestos a ser sinceros, el juego de Crytek era igual de pasillero y eso no impidió que lo disfrutásemos como enanos. Ojalá ‘For Honor’ siga aguantando el tipo en las próximas horas para que podamos celebrarlo en nuestro análisis.
Ver 6 comentarios