Análisis de God Eater 3, batallas apoteósicas con espíritu de manganime

Análisis de God Eater 3, batallas apoteósicas con espíritu de manganime

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Análisis de God Eater 3, batallas apoteósicas con espíritu de manganime

La conquista mundial de Monster Hunter World da otro color a aquellas licencias próximas a su estilo de ARPG que parecían solo cuajar en el mercado asiático. De hecho, no es casualidad que la saga God Eater despegara también en PSP. Pero, al igual que la saga de Capcom, su verdadera prueba de fuego en occidente se decidirá en las actuales sobremesas y PCs.

God Eater 3 llega a nuestras PS4 y Steam con un razonable margen de dos meses frente a su lanzamiento nipón, pero -pese que la licencia a pasado a manos de Marvelous- su presentación y puesta en escena sigue muy en la línea de la entrega anterior. Un arma de doble filo que hará las delicias de los fans. ¿Y aquellos que quieren una alternativa al Nuevo Mundo?

Partiendo de lo esencial, seguimos con marcadisima estética de manganime que le da una enorme identidad al conjunto y, hasta cierto punto, casa con el esquema narrativo: un héroe que pasa del anonimato a luchar contra las mayores amenazas de la humanidad, haciéndose más fuerte con cada batalla. Y tiene sentido, en God Eater 3 no somos cazadores: somos armas biológicas.

Por delante, un mundo post-apocalíptico que literalmente está siendo consumido por las cenizas, hordas de Aragami, bestias de todas las formas y tamaños con una imponente habilidad destructiva, y nuestra cuadrilla de Adaptative God Eaters como último recurso de la humanidad. Eso sí, estaremos armados hasta los dientes.

¿Una cacería? Más bien una limpieza de escenarios tremendamente vistosa

Si vienes de cualquier entrega de Monster Hunter, la fórmula que nos propone God Eater 3 te hará sentirte como en casa: personalizar a nuestro héroe, elegir el arma con la que estemos más cómodos y recorrer escenarios con el propósito de cumplir misiones en un tiempo determinado. Misiones que, por regla general, consisten en acabar con los Aragami que nos salgan al paso.

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Pero las similitudes no van mucho más allá. Dejando de lado la ambientación futurista, la cual refuerza los excelentes diseños de los protagonistas y las bestias que sembrarán el caos, el ritmo de juego es muy diferente. Los combates son ligeros y energéticos, más próximos al hack’n slash que a los ARPGs tradicionales. Ganando intensidad con cada nueva mejora, actualización o nueva arma. Algo esencial, ya que los enemigos también siendo cada vez más intimidantes.

El precio a pagar, en este caso, es la exploración. Nada de seguir pistas, ni de secretos en los escenarios, ni tampoco esperes grandes descubrimientos. La idea es entrar en el terreno de juego y limpiarlo de amenazas, obteniendo de vez en cuando alguna pieza o material entre asaltos.

En God Eater 3 no somos cazadores: somos armas biológicas.

La sensación de juego -al igual que su apartado visual- es correcta, sin más. God Eater 3 ofrece unos controles y unas físicas que iremos aprovechando cada vez mejor, añadiendo habilidades a nuestro héroe, aprovechando las sincronizaciones con otros personajes e intentando no ser derribados ante unas enormes amenazas sin barra de salud, pero con rutinas que nos darán pistas de en qué fase del enfrentamiento estamos.

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Sin embargo, también es cierto que Marvelous ha perdido la oportunidad de hacer evolucionar la propia serie para que se mide de tú a tú con Monster Hunter de Capcom o la saga Toukiden de Omega Force. Es decir, God Eater 3 no es una alternativa menor, pero era la oportunidad perfecta para llevar la saga un paso más allá. Y eso tiene consecuencias.

God Eater 3, o cuando el molde de la jugabilidad se acaba imponiendo a todo lo demás

La propuesta de acción de Marvelous y Bandai Namco tarda en arrancar más de lo deseado. Si bien los primeros compases se podrían catalogar de un tutorial, incluso tendremos que llevar a cabo toda clase de misiones por los cenizales, reclutando nuevos compañeros que serán controlados por la IA del juego, desbloqueando armas, usando materiales y, cómo no, abatiendo Aragamis cada vez más poderosos.

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Si bien la trama es prácticamente una sucesión de clichés y su apartado visual no despunta teniendo en cuenta que es la primera entrega diseñada para la actual generación de consolas y PCs, también es cierto que esos elementos no son lo que vinimos a buscar en un God Eater. Pero claro, cuando todo el peso del juego lo pones en los combates, al final acaba imponiéndose la rutina.

God Eater 3 añade nuevos movimientos en forma de fintas y ataques aéreos, pero las armas celestiales son indiscutiblemente el punto fuerte del juego. Nueve alternativas de combate, incluyendo novedades creadas para la ocasión, que podremos convertir en armas de fuego o escudos con simples gestos. Aunque su verdadero poder nace al combinarlas con las de nuestros compañeros de cuadrilla, claro.

En este aspecto, lo que le da un carácter extra a la experiencia de God Eater 3 acaba siendo su aspecto multijugador online: cuatro jugadores compartiendo misiones y peligros y hasta ocho si nos dedicamos al modo asalto. La excusa perfecta para seguir dando tajos y mandobles hasta acabar con todos los Aragamis que nos salgan al paso y darle un punto extra de variedad que, definitivamente, reclama el juego pasado su ecuador.

La opinión de VidaExtra

God Eater 3 es una entrega con mejoras, sí, pero que peca de ser demasiado de continuista frente a las reediciones publicadas en PS4 y PC. Aunque he de reconocer que también es ese tipo de juego al que le acabas echando más horas de las que te propusiste inicialmente. Probar ese nuevo arma que acabas de forjar o intentar superar el Aragami que se te resiste al final consiguen prorrogar indefinidamente que sueltes el mando.

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La nueva entrega de God Eater es también su mejor embajador, pero su propuesta se ve eclipsada en varios puntos clave frente a la cacería épica de Capcom. Ahora bien, como comentamos al principio, sus novedades, el siempre adictivo sistema de progresos, mejoras y desafíos de los ARPGs y su experiencia multijugador son alicientes para que aquellos que han disfrutado de las entregas anteriores vuelvan a apostar por esta.

God Eater 3 peca de ser demasiado de continuista, aunque es ese tipo de juego al que le acabas echando más horas de las que te propusiste inicialmente

Porque God Eater 3 no es el revulsivo que posiblemente ya necesita la saga, pero desde luego cumple con sus fans.

A favor

  • Más armas, nuevos trucos y nuevas bestias con un diseño espectacular
  • El multijugador online
  • Ofrece a los fans justo lo que vienen a buscar

En contra

  • Una trama argumental que no te calará demasiado
  • Pese a su sistema de progresos, el avance acaba haciendose rutinario
  • No es el salto que la saga empieza a necesitar
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