Forza Horizon 2: análisis

Forza Horizon 2: análisis
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Soy consciente de que a veces el hecho de leer un análisis no necesariamente acaba reflejando si tus gustos casan o no con el juego, por muy bueno que sea, así que para hablar de 'Forza Horizon 2' empezaré diciendo que mi juego de conducción ideal mezclaría los eventos guionizados de 'Need for Speed: The Run', la locura de 'Burnout Paradise' y la sensación de velocidad de 'Need for Speed: Shift'.

¿A qué viene esto? Pues simplemente para decir que 'Forza Horizon 2' intenta acariciar con la punta de los dedos la maestría que reflejaron en dichos ámbitos esos títulos sin mucha suerte, y pese a ello, el conjunto, la suma de todos esos pequeños intentos, consigue que la nueva entrega de la saga esté más cerca de mi juego de conducción arcade favorito de lo que creía antes de insertar el disco en Xbox One.

Forza Horizon 2: el JUEGO de coches

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Como ya ocurriese en el primer título de la franquicia, el festival Horizon sirve de excusa para que un montón de niñatos arrasen con los pueblos de alrededor (en este caso cambiamos Estados Unidos por las campiñas francesas e italianas) y luzcan sus bólidos a gran velocidad serpenteando entre el tráfico.

Vamos, lo que la mayoría de nosotros querríamos hacer en la vida real pero no podemos por seguridad, no sólo la del resto de conductores, también la nuestra, ya que lo más probable es que acabásemos con los sesos reventados en el parabrisas a la primera de cambio.

'Forza Horizon 2' es, como ya habréis imaginado, un más y mejor de manual que, además de aprovechar tímidamente la potencia de Xbox One para ofrecer un apartado visual más lustroso, también ofrece algunas de las ideas más interesantes de los últimos años.

Imagino que todos estaréis hasta las narices de tener que tragar con sistemas de progresión que te obligan a pasar las primeras horas de juego a bordo de un Mazda Demio o carracas similares.

Es algo que se ha ido abandonando y los juegos actuales ya empiezan con más ritmo, pero aquí la idea de mundo libre alcanza todos los niveles, y eso incluye jugar a tu gusto y con la posibilidad de hacerlo a bordo de supercoches a la primera de cambio.

Gracias a un sistema de ganancias que poco nada tiene que ver con el de 'Forza 5', acumular vehículos potentes es tremendamente fácil. De hecho incluso te regalan un Ferrari a los pocos minutos de estar en el juego, así que nada te impide empezar a correr a más de 200 km/h si es así como pretendes disfrutar del escenario.

Eso se suma incluso a los campeonatos, donde en cada nueva parada de la ruta se te pide que escojas de qué forma quieres correr plantándote tres opciones distintas o entrando en un menú en el que se muestran todos los campeonatos disponibles. Si acabas de conseguir un Lambo, pues a por las pruebas de supercoches, y si te apetece levantar barro a las de rally. Todo se adapta a tus preferencias de ese momento.

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Domingueros en el campo

Hablábamos de rallies y toca centrarnos en otra de las novedades, una que pasó de puntillas por el anterior título pero que aquí se intensifica notablemente. Lo de correr a toda velocidad arrasando viñedos, esquivando árboles y realizando saltos en los que a duras penas puedes vislumbrar lo que viene a continuación (imprescindible, una vez más, jugar con la vista interior activada) es una experiencia formidable.

Es ahí donde probablemente brille con más fuerza este 'Forza Horizon 2', cuando el asfalto deja sitio a la grava y la sensación de velocidad es mayor. Las pruebas mixtas, con secciones de carretera y otras atravesando el campo, son todo un espectáculo en el que vienes de un derrape casi incontrolable y ganas el control al entrar a la zona asfaltada de un pequeño pueblo.

Los que nos emocionamos con facilidad al realizar un derrape perfecto por el interior que acaba en adelantamiento estamos de enhorabuena, porque 'Forza Horizon 2' se presta a ello cada dos por tres, convirtiéndose en la mejor forma de acumular puntos de experiencia para mejorar los premios de habilidades de conducción.

No son los únicos, también están las subidas de nivel general, las relativas a los campeonatos y puntuaciones de cada carrera que nos brindarán la oportunidad de girar una rueda en la que podemos ganar vehículos o grandes cantidades de dinero.

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Derrapando sobre mojado

Pero volvamos a los derrapes para hablar de otra de las novedades del juego, los cambios climatológicos. No sólo vamos a poder disfrutar de esa ambientación, especialmente cuando la lluvia deja paso a una puesta de sol memorable, también afectará a nuestra conducción provocando que los coches se vayan mucho más en las curvas, complicando los derrapes y las frenadas previas a una curva multiplicando los metros que el coche resbala antes de volver a agarrarse a la superficie.

Es una experiencia de conducción tan divertida como satisfactoria y fácilmente dominable. Estás en una carretera de costa volviendo de un festival de música a bordo de un cochazo. Si hay un momento para fliparse es precisamente ese, y 'Forza Horizon 2' hace lo posible para que lo consigas.

Puestos a sacarle punta retomo lo que os comentaba hace unos días con mis primeras impresiones. Era el momento perfecto para que Microsoft nos hiciese un 'Pokémon' y nos permitiese volver al escenario del primer 'Forza Horizon' para tener aún más carreteras por las que correr.

Es cierto que en ningún momento he tenido la sensación de que habían pocas pruebas o los circuitos se repetían, ahí el trabajo es formidable, pero sí sorprende encontrarnos con un escenario que, francamente, podría ser notablemente más grande.

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En una situación así, Anna, el sistema de GPS por voz que se aprovecha de Kinect para que no tengamos que estar entrando y saliendo del menú para marcar posiciones en el mapa, habría brillado aún más fuerte de lo que lo hace cuando te entiende a la primera.

Tampoco habría estado mal encontrarnos con un portento gráfico aún mayor. Es una gozada en los modelados de los vehículos, especialmente cuando te encuentras una fina capa de agua sobre el capó tras un chubasco, pero calles desiertas y edificios que no acaban de de despuntar rompen un poco con esa sensación de nueva generación que deberíamos empezar a notar a todos los niveles.

Conclusión

No dejan de ser las menudencias típicas de un jugador que no se cansa nunca de pedir más, y ni de lejos son algo que empañen la experiencia. Ni siquiera me ha molestado encontrarme con dos o tres pausas de carga en medio de una carrera, consiguiendo que el juego se congele durante una fracción de segundo. No deja de ser algo que pica en el momento, pero para nada borra la sonrisa de la cara.

Dicho esto, si te gustó el primer 'Forza Horizon', con 'Forza Horizon 2' vas sobre seguro. Es un juegazo de conducción arcade con contenido para aburrir incluso al más completista, aunque sea a base de destrozar carteles o encontrar coches clásicos abandonados, y con nuevas pruebas locas incluidas (corre contra un tren, contra un ejército de globos...).

Tienes horas de carretera por delante y no las pasarás parado en un atasco matinal, sino a bordo de un Tesla Model S cuyo silbido queda silenciado por el árbol que acabas de arrancar de cuajo al payés gabacho que llora desde una ventana. Dime qué es capaz de superar eso.

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A favor

  • Gran diseño de circuitos
  • El sistema Drivatar en las pruebas de rally
  • La huella de la climatología en gráficos y conducción

En contra

  • Fallos puntuales con pausas de carga
  • El GPS por voz no funciona todo lo bien que debería
  • La historia es anecdótica
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