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La fábula al más puro estilo Studio Ghibli es preciosa e implacable atacando tus sentimientos. Análisis de Neva

Nomada Studio regresa varios años después tras su aclamado éxito con GRIS

Hay quien reivindica que menos es más y los proyectos de Nomada Studio son un exponente reconocido en la industria de los videojuegos. Se puede contar con los dedos de una mano las ocasiones en las que un personaje de sus proyectos como GRIS o Neva pronuncian una palabra, pero no les hace falta nada más. El estudio barcelonés ha vuelto a demostrar una maestría en el arte de la narración y el despliegue visual.

Tras aquel doloroso, pero al mismo tiempo bello recorrido por las fases del duelo que vivimos en 2018, la comunidad se encontraba ávida de más fantasías de la compañía. Han sido seis largos años de espera y la paciencia ha dado sus frutos, pues la obra capitaneada por Conrad Roset se eleva hasta pisar unos estándares de los que ya no se debe bajar jamás.

Te quiero, Neva

No hay carta de presentación, no hay cartel anunciando los nombres de nadie, ni siquiera hay una contextualización excesiva y no se resiente Neva de esa ausencia de elementos narrativos desde un comienzo. La aventura nos pone en la piel de Alba, una joven muchacha que vive en los bosques y que ha enlazado una curiosa relación con una enorme loba y su pequeña lobata. La conexión con esta última se fortalecerá nada más comenzar el viaje, pues una serie de fuerzas oscuras acaban con la vida de la madre.

Así pues, Alba debe no solo enfrentarse a peligros que amenazan con deshacer el ecosistema tan precioso y que tan bien conoce, sino que debe cargar con la responsabilidad de crear a Neva para que le ayude en su cometido. Y no se trata de que el animal con cuernos incipientes se convierta en una máquina de guerra, ya que la unión entre ambos seres es tan pura como la que cualquiera pueda tener con  el perro que tiene como mascota. Desde los primeros compases, Neva se comporta como lo que es: un cachorro que quiere jugar. Se despista, corre, salta y tiene miedo de las alturas o de los enemigos que se cruzan por el camino.

El vínculo se estrechará con el paso de las estaciones, las cuales marcan el avance de la trama y se dividen en diferentes partes. El otoño, el invierno, el verano y la primavera mostrarán cómo los entes lo devoran todo a su paso, arrasando con los bosques, despedazando los prados y aniquilando por completo a aves, jabalíes y toda suerte de animales que se crucen por su camino.

Evidentemente, el paso del tiempo conllevará que Neva crezca y desaparezca su temor a la hora de combatir, por lo que se convertirá en una aliada de confianza a la que recurrir. Y es que su versatilidad es absoluta, pues es capaz de saltar en el aire, desplazarse a grandes velocidades, atacar de forma feroz con sus dientes y recurrir a un poder misterioso que emana de ella. No solo de las luchas vive Neva, pues servirá para que Alba se suba a su lomo para cubrir grandes distancias en un santiamén o se le puede ordenar que se abalance sobre un punto concreto.

Su importancia se traslada al terreno de las plataformas, pues hay muchas, y es necesario que se activen diversos mecanismos o se rompan partes del escenario. Esa unión de esfuerzos es constante y sirve para conectar de forma muy natural con esa relación que se forja poco a poco. Al final, es tremendamente sencillo cogerle cariño a Neva y reconozco que he invertido mucho tiempo en simplemente acariciarla porque se porta muy bien y me ayuda.

Más allá de GRIS

Si bien GRIS contaba con diversas zonas de plataformas y algún que otro puzle, su presencia era bastante reducida. El primer proyecto de Nomada Studio se sustentaba en un apartado sonoro y visual que lo confiaba todo a que la experiencia transcurriese por el cauce deseado, funcionando con acierto. Si bien la desarrolladora podría seguir apostando por esa línea, lo cierto es que ha decidido ofrecer un salto mecánico que se agradece.

La interactividad es mucho mayor que en el título predecesor, ya que aquí contamos con secciones de batallas y saltos, en algunos casos, intrincados. Lo que más llama la atención es que Alba posee una espada que le permite aniquilar a los viscosos seres oscuros cuya hambre no parece tener fin. Tres pulsaciones al botón para ejecutar un combo, un toque al gatillo del mando para esquivar cualquier arremetida y a liarse a golpes con todo lo que se mueva. Ni mucho menos se trata de una apuesta por la acción desmedida, pero desde luego que sí que hay que tener los ojos bien abiertos.

Alba cuenta con tres flores que representan su vitalidad y cada golpe que recibe conlleva que pierda una, aunque a cambio cada estocada que asesta recupera un pétalo de la misma. De esta forma, atacar siempre es bienvenido, pero todo depende de qué clase de contrincante tenemos delante. Debido a la naturaleza de los enemigos, resultan ser tremendamente moldeables, por lo que atacan de forma individual, con masas informes enormes, de forma aérea con alas y con transformaciones peculiares que terminan por convertirse en jefes finales.

Hay unos cuantos a lo largo de Neva y conviene medir bien los tiempos, pues en ocasiones exigen una primera fase en la que debemos esquivar sus golpes, para posteriormente enfrentarnos a cara de perro. Es perfectamente posible morir más de una vez, pues, aunque son evidentes sus intenciones, es necesario medir los movimientos con cautela. Además, el título es muy propenso a crear auténticas emboscadas repletas de rivales que llenarán la pantalla, por lo que no todo consiste en aporrear el botón hasta que desaparezcan.

Por otro lado, las plataformas que hay que superar no son moco de pavo. Nomada Studio ha conseguido ir uno o dos escalones en lo que a dificultad se refiere, respecto a la impresión que puede provocar Neva. El videojuego podría calificarse como una balsa de aceite en el primer impacto, pero está lejos de ser un paseo por el parque... constantemente. Evidentemente, los momentos de relajación y contemplación del paisaje existen, pero en otras ocasiones hay que calcular qué pulsaciones realizar para superar una zona.

Neva juega con las perspectivas, con diversos mecanismos propios de su mundo y aprovecha reglas como la ingravidez de ciertos objetos para crear plataformas en el aire. En algún que otro momento me he visto obligado a detenerme y pensar qué debía hacer antes de seguir saltando alegremente, pues la obra exije planear con acierto para no verse abocado a repetir todos los saltos anteriores. Por si fuera poco, hay que tener en cuenta que la amenaza oscura también crea obstáculos artificiales a superar.

De este modo, la propia Neva colabora rompiendo bloques para que Alba pueda continuar, así que su importancia no se olvida en este apartado. La unión de ambas hace la fuerza necesaria para salvar el bosque. También existen motivos para rebuscar más allá, pues la obra pone en liza la recolección de una serie de flores un tanto inaccesibles de primeras. No hay ninguna recompensa instantánea por recogerlas, pero desde luego que os sentiréis más inteligentes tras haber conquistado el lugar donde se encuentran.

Puro arte

Que apenas haya hecho mención al arte y al sonido de Neva no responde a otro motivo que el de ganarse su propio espacio en este análisis. Sin tapujos: es una auténtica maravilla lo que ha conseguido Nomada Studio, pues prácticamente puedes detenerte en cualquier fotograma del videojuego y convertirlo en el fondo de pantalla más bonito en tiempo.

Los trazos de Neva, Alba, los animales y el entorno sigue destilando ese toque a acuarela que vimos en GRIS, sin llegar a crear líneas extremadamente definidas. Todo lo que vemos se siente vivo, ya que posee ese típico temblor de la animación antigua dibujada completamente a mano. La paleta de colores no tiene ningún temor a lanzarse con todas las gamas cromáticas imaginables, resultando en una explosión visual fantástica.

Qué decir de Neva, una lobata que claramente toma inspiración de La Princesa Mononoke, pero el estudio afincado en Barcelona sigue la senda marcada por Hayao Miyazaki en Studio Ghibli. Los seres siniestros que lo destruyen todo son claramente una referencia al espíritu Sin Rostro de El Viaje de Chihiro, los cuales se nutren de todo aquello que encuentran, igual que el que abordó el hotel fantasmal.

Todo el viaje respira ese aire de fábula llena de emoción, muchísima, y transmitida magníficamente con gestos, miradas y escenas impactantes. Desde un comienzo muy amigable con la amenaza a la vuelta de la esquina, pasando por baches y auténticas tragedias, Neva no se deja ninguna sensación en el tintero para poner encima de la mesa su propia reflexión que muestra un reflejo directo de los seres humanos.

Para acompañar, la banda sonora sabe qué tecla tocar en cada situación. Su ausencia es significativa cuando sucede, ya que su presencia es constante durante la mayor parte de la partida. Son melodías que se adecúan perfectamente a la situación, sin recurrir a cantantes, y elevando las notas cuando es necesario.

La opinión de VidaExtra

Neva es un derroche de sensaciones y uno de los mejores indies de 2024. No se colará entre los pesos pesados del año, pero no tiene ningún reproche que hacerse a sí mismo y Nomada Studio da el do de pecho con su propia fórmula a la hora de dar vida a sus ideas. Y todo ello dando pasos hacia delante respecto a lo que supuso GRIS.

Mientras que aquella producción era un viaje personal e introspectivo de una persona atormentada, en este caso el foco se amplía enormemente para realizar una crítica directa hacia la humanidad. Una visión cruda de cómo el mundo es un lugar bello que parece que solo sirve para nuestros egoístas propósitos, pero que también se permite crear un espacio a la esperanza. El ciclo de la vida tan cacareado por Mufasa es imparable y eterno, tanto para lo bueno como para lo malo, por lo que el equilibrio es justamente lo necesario.

Por si fuera poco, a nivel jugable existía un margen con el que trabajar y la desarrolladora ha explorado el terreno sin distanciarse de forma abrupta. La introducción del combate, más allá de su lógica narrativa, es acertada y dinámica, con suficientes desafíos como para que siempre haya un reto, aunque limitante en la oferta de movimientos. A su vez, las plataformas no se conforman con ser una mera distracción, sino que exigen cierta coordinación para superarlas con éxito. Por su parte, los rompecabezas sí que se quedan un paso atrás.

Y todo ello regado por una lección constante de cómo contar con muy poco, de cómo mostrar hasta que duela la vista de la preciosidad que tienes ante tus ojos. Neva es un caramelo, una joyita que dura apenas tres horas y a la que no le hace falta ni un minuto más, pero tampoco le sobra. Un tesoro de cualquier catálogo si me preguntan, vaya.

Precio de Neva

Puedes hacerte con Neva tanto en formato físico como en digital. En el primer caso puedes optar por la versión de PS5 por 32,95 euros o la de Nintendo Switch por 32,95 euros. Si deseas hacerte con la edición digital, puedes encontrarlo en PS5, PS4, Xbox Series, Nintendo Switch y PC por 19,99 euros.

Duración de Neva

La duración aproximada de Neva es de algo más de tres horas para llegar hasta los créditos finales. Si deseas conseguir el 100% de la aventura, no deberías tardar más de cuatro horas.

NEVA

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