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Hemos jugado a Dragon Quest XI S Edición definitiva: novedades exclusivas y una presentación -casi- impecable para un imprescindible absoluto

Adoro los JRPGs como el que más, pero confieso que se me hace demasiado cuesta arriba empezar por segunda vez y desde cero un título de largo recorrido. Temía que eso me pasara con Dragon Quest XI en Switch. Pero, contra todo pronóstico, Square Enix ha conseguido que me volviera a rendir ante la aventura del Luminario. ¿La claves? Más allá de una presentación -casi- impecable, su nuevo contenido hace que regresar sea demasiado tentador. 

Pongámonos en situación: tras dar ciertos rodeos innecesarios, la adaptación del imprescindible Dragon Quest XI: Ecos de un pasado perdido llegará a las consolas de Nintendo con un año de desventaja frente a PS4 y PC. Una deuda pendiente que se salda con la inclusión de la mayoría de exclusividades de 3DS que se quedaron en territorio nipón y varios reclamos extra.

Ahora bien, el periplo del Luminario es mucho más que un cúmulo de contenidos. Es una historia con alma, el humor y los diseños de Akira Toriyama y toda la esencia de una saga que se ha consagrado por méritos propios como la máxima autoridad en cuestión de JRPGs, siendo esta entrega la mejor de todas. Y por todas me refiero también al legendario Dragon Quest VIII.

Con el doble aval de un título que al mes de su lanzamiento ya había cautivado a más de cuatro millones de jugadores y la inminente participación del héroe Luminario en Super Smash Bros. Se nos presentan tres preguntas bastante razonables:

  • ¿Qué ganamos con la llamada Edición Definitiva en Switch? 
  • ¿Qué cambios y contenidos se han visto afectados frente al resto de ediciones?
  • ¿Merece la pena embarcarse en esta gesta por segunda vez?

Bueno, tras llevarnos por delante una generosa tanda de monstruos y volver a sumergirnos su vasto mundo, redescubriéndolo a través de un estilo visual que evoca a los clásicos de SNES, tenemos nuestras primeras conclusiones, respuestas y sensaciones. Y son especialmente positivas.

Dragon Quest XI S: la próxima alegría (visual) de Nintendo Switch

Square Enix anunció dos versiones de Dragon Quest XI: una aprovecharía el despliegue técnico de PC y PS4 mientras que la otra condensaba la misma aventura en 3DS con un apartado visual acorde a la máquina de Nintendo, añadiendo en contraprestación funcionalidades exclusivas. En esencia, la versión de Switch reúne todo lo anterior y se queda con lo mejor de ambas.

Dragon Quest XI es una apuesta férrea por mantener la integridad de los clásicos JRPGs y, a su vez, acomodar su esencia a los jugadores actuales. Un delicado equilibrio que fue ejecutado con maestría el año pasado y que queda más acentuado en esta ocasión al recuperar las exclusividades de las dobles portátiles de Nintendo. Eso sí, la primera sorpresa la tenemos al toparnos con su apartado técnico.

El aspecto del Luminario y su troupe en Switch es todo lo que se puede esperar de la consola y un poquito más. A la hora de comparar Dragon Quest XI S con las ediciones ya disponibles veremos como flaquea en cuestión de resolución y detalles, y las briznas de hierba sufren de popping. Sin embargo, es el próximo ejemplo de lo que se puede esperar del hardware de Nintendo y la versatilidad del Unreal Engine.

Dragon Quest XI S reúne lo mejor de la versión de PS4 y aquello que echamos de menos de Nintendo 3DS

Así, veremos por segunda vez que los diseños de Toriyama en cell-shading le quedan que ni pintados a una Switch, sin sacrificios en cuestión de diseño, ambición ni jugabilidad. Los combates siguen siendo fluidos como la seda y la ambientación nos invita a explorar y hasta perdernos. Quizás no luzca exactamente igual, pero la brecha es asumible. Sobre todo cuando no se ha perdido un ápice de su grandeza.

Sin embargo, Square Enix no se limita a hacer su tareas y recuperar en Switch todo el contenido original de Dragon Quest XI. Además de todas esas mejoras que pudimos encontrar en las ediciones occidentales, como el modo foto o el sprint, esta versión se ha ganado por méritos propios la coletilla de Edición Definitiva.  

Lo de “Ecos del pasado perdido” le sienta que ni pintado

Square Enix es consciente de que a la hora de publicar Dragon Quest XI en Switch habrá pasado poco más de un año respecto a las versiones de PS4 y PC. Por ello, no solo tiene ideas para recompensar a quienes esperaron pacientemente ésta prometida adaptación, sino que ha dotado a esta edición de contenidos y modos suficientes para redescubrir la experiencia.

Sobre el papel la novedad estrella es la posibilidad de alternar entre los gráficos originales y aquellos que evocan los clásicos de 16 bits. Un proceso de transformación que mantiene la experiencia intacta pero, a la vez, la transforma por completo, partiendo de su enfoque en Top-Down en ciudades y mapas, mientras que recupera los combates aleatorios y el aspecto de los enfrentamientos clásicos. Puede que sea un juego reciente, pero es nostalgia pura.

Inicialmente, el modo clásico era una de las exclusividades de la versión de Nintendo 3DS que nunca llegó a territorio occidental, y si bien es cierto que en una gran pantalla el juego agradece más el estilo original, las funcionalidades portátiles de Switch hacen especialmente interesante abordar esta segunda opción. A fin de cuentas, hace que los viajes por el mapa sean más sencillos y directos. Sin tantas maniobras de cámara y reduciendo las posibilidades de que los más despistados se pierdan innecesariamente.

El proceso para alternar entre del estilo actual y el pixelado es algo más complejo que darle a un botón como ocurría con Wonder Boy: tendremos que llevarnos a un punto de guardado (una iglesia por ejemplo) y realizar el cambio desde ahí. El juego prácticamente se reiniciará conservando todos los progresos y ofreciéndonos un resumen de los acontecimientos antes de proseguir nuestra gesta. Todo un detalle.

Nuestro repaso al replanteado apartado artístico de Dragon Quest XI más allá de la excelencia que ofrece su experiencia de juego no estaría completo si no mencionaremos su banda sonora, la cual por fin pasa a estar orquestada. Personalmente, la mayor alegría del lote.

No es que las icónicas partituras de Kōichi Sugiyama estén carentes de alma, todo lo contrario. De hecho, su talento es uno de los tres pilares de la saga principal junto con los pinceles de Toriyama o el toque de Yuji Horii. Pero el sonido en clave de midi no hacía justicia al conjunto. La orquestación del juego, tanto en exploración como en batalla, hizo que disfrutara todavía más de una aventura a la que ya me había rendido el año pasado.

¿Merece Dragon Quest XI S que le demos a Nueva Partida? 

Si te gusta el JRPG, Dragon Quest XI es una cita obligatoria. Si tienes una Switch lo vas a disfrutar tanto (o más) que en PS4 o PC a través de sus novedades y la tentadora posibilidad continuar la partida donde quieras y cuando quieras. A ser posible, con unos auriculares con los que disfrutar de su B.S.O. orquestada.

Si jugaste a cualquiera de las ediciones ya disponibles, Square Enix te lo pondrá fácil para volver a emprender la aventura: el modo de 16 bits no consigue ser el máximo reclamo del lote, pero consigue ofrecer una experiencia tan  diferente como fiel a la original. Idónea para revivir las más de 60 horas de aventura principal, las cuales se duplican si queremos exprimir hasta la última gota de la experiencia.

No será por cuestión de novedades. Hay nuevas monturas por descubrir, podremos alternar entre las voces en inglés y japonés. Y si nos da reparo empezar desde cero podremos aclimatar nuestra experiencia comenzando la partida activando la misión draconiana. Posiblemente, la mejor carta de bienvenida para aquellos que le dedicamos ingentes cantidades de horas al original.

La Edición Definitiva de Dragon Quest XI se presenta como el empujón final de un imprescindible que todavía no se ha estrenado en Switch, pero ya cuenta con el estatus de un clásico esencial. Uno que le sienta de maravilla a una consola que hoy puede presumir de juegos del calibre de Zelda: Breath of The Wild y pronto hará lo propio con The Witcher 3. Colocándose, al mismo tiempo, a la altura de ambos.

  • Plataformas: Nintendo Switch (Edición Definitiva)   
  • Multijugador: no
  • Desarrollador: Square Enix
  • Compañía: Square Enix
  • Lanzamiento: 27 de septiembre de 2019
  • Precio:  48,99 euros

Dragon Quest XI: Ecos de un Pasado Perdido

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