Dragon Ball Daima - Episodio 2. Crítica sin spoilers. La chispa de la aventura ha sido prendida

¡Cómo se echaba de menos al Goku pequeño! Siempre inquieto, un poquito revoltoso y con esa inocencia que, seamos justos, jamás llegó a perder incluso siendo el saiyan más poderoso. El segundo episodio de Dragon Ball Daima sirve de trampolín para el inicio de la gran aventura y, en el proceso, nos recuerda por qué los orígenes de la obra de Akira Toriyama eran tan divertidos. Alineando el anime solo un poquito al espíritu de Dr. Slump y Sand Land para, desde ahí, preparar al espectador para el mayor viaje de nuestros diminutos héroes.

Si el primer episodio de Dragon Ball Daima sirvió tanto a modo de carta de presentación como para que la audiencia se ubicase dentro de la cronología del Dragon World, el segundo funciona a modo de reencuentro con el pequeño Son Goku al que conocimos hace 40 años en las páginas de la Shonen Jump. Un chiquillo con los pelos alborotados y tremendamente impaciente que en lugar de achantarse ante la adversidad, ve la oportunidad de meterse en nuevos líos. Y, en el proceso, como ya advirtió Toriyama hace más de un año recupera su mítico bastón. Puro fanservice.

Y es que en "Glorio", el nombre del segundo episodio de Dragon Ball Daima, se da un segundo paso de valiente pero en la buena dirección: Akira Toriyama, quien además de crear la obra original hizo de guionista en este anime, nos recuerda que Dragon Ball no iba siempre de combates épicos, sino de momentos capaces de generar una complicidad especial con el lector y el espectador. Logrando que lo sencillo, lo inesperado y aquello que nos es familiar brillen de manera especial en pantalla.

El segundo episodio de Dragon Ball Daima sirve de trampolín para el inicio de la gran aventura

Encauzando a Goku y sus amigos hacia su próximo gran destino cuya naturaleza y prometedoras posibilidades están presentes desde el propio título de la serie: el Dai ma - kai. O, como diría Miguel de Cervantes, el reino de los demonios.

Lo ocurrido hasta ahora...

"Goku y sus amigos han empequeñecido a causa del plan de Gomah. Descubren que deben ir al mundo demoníaco y empiezan a prepararse. Goku recoge su Bastón Mágico y se enfrenta a la aventura con ilusión. Entonces aparece el joven Majin Glorio."

Más allá de los doce universos conocidos está el Dai ma - kai. Durante mucho tiempo estos misteriosos dominios estuvieron gobernados por el supremo rey de lo demonios Dábra, quien no solo era poderoso y un experto en magia oscura, sino excepcionalmente malvado.

No hace demasiado, el hechicero Bábidi usó un conjuro para someter a Dábra. Este conjuro excepcional se basaba en aprovecharse de la maldad de cada ser para convertir al objetivo en su títere, aunque el plan del hechicero no era reclamar el reino de los demonios, sino despertar al Monstruo Bu en el planeta Tierra. Algo que, por cierto, cobrándose la vida de Dábra.

Por suerte para todo el universo, tanto Bábidi como Bu fueron detenidos por un luchador excepcional llamado Son Goku con la ayuda de sus amigos, los habitantes de la Tierra y hasta los mismísimos dioses.

Goku no tenía el más mínimo interés en viajar al reino de los Demonios. De hecho, desconocía su existencia. Pero Gomah, el sucesor y nuevo monarca del Dai ma - kai ,entendía que la existencia de seres tan poderosos como Dábra y el Monstruo Bu era una potencial amenaza, de modo que tomó la determinación de ir a la Tierra y librarse de estos peligrosos mortales usando un deseo de las dragon balls.

Como las dragon ball de la Tierra emplean magia blanca, éstas no pueden aniquilar a Goku y sus amigos. En lugar de ello, Gomah decide emplear su deseo al dragón sagrado en convertir a todos los que tuvieron un papel en la lucha contra el Monstruo Bu en inofensivos niños pequeños. Lo que el nuevo regente del Dai ma - kai no sospecha es que el travieso de Goku ya era un luchador formidable cuando apenas era un mocoso.

Sin entrar en detalles, el episodio "Glorio" devuelve a Goku, Krillin o Piccolo la apariencia de niños con las que debutaron en el manga y el anime al tiempo que nos muestra una divertida versión rejuvenecida del resto de protagonistas de Dragon Ball Z. Y pese a que algunos parecen contentos con esta nueva juventud, el gruñón de Vegeta está deseoso por ajustar cuentas con el culpable.

Por su parte, Goku no pierde el tiempo y, oliéndose que hay una gran aventura por delante, decide recuperar el bastón con el que emprendió sus primeros viajes en busca de las dragon balls. Porque quizás sus puñetazos y patadas hayan perdido fuerza y alcance, pero su espíritu y su pasión de saiyan siguen siendo enormes.

Y es entonces, en un punto del proceso en el que se comienzan a hacer averiguaciones, cuando el nombre del episodio se manifiesta en sus narices: como Dábra y Gomah, el misterioso joven Glorio es también un habitante del Dai ma - kai. No tiene un aire amenazador y las dos únicas cosas que lleva consigo son su pistola y una nave capaz viajar entre la Tierra y el reino demoníaco. ¿Casualidad? En absoluto: este demonio ha ido expresamente a buscar a Goku.

Goku no pierde el tiempo y decide recuperar el bastón para su próxima aventura

Dado que en la Tierra todavía no existe tecnología para llegar a este reino (cierta científica prodigiosa ya está trabajando en ello) Glorio se ofrece a llevar al pequeño Goku al Dai ma - kai un poco antes que el resto de sus amigos. Y pese a que nuestro valeroso héroe con bastón apenas ve inconvenientes, el resto no puede evitar preguntarse si este misterioso demonio aparecido por sorpresa es alguien realmente de fiar.

El regreso del bastón mágico es sinónimo de aventuras

Como ya comentamos, el episodio "Glorio" deja apartada la acción frenética asociada a Dragon Ball de manera intencionada, y hace bien: pese a que los protagonistas de la obra de Toriyama apenas tuvieron minutos en pantalla en el capítulo inaugural, ahora regresan retomando la historia allí dónde la dejaron hace casi treinta años en el final del manga. Bueno, no al final del todo sino justo tras la batalla contra el monstruo Bu.

Merece la pena reincidir en que la animación, por cuenta de Toei Animation, es plenamente consciente de las exigencias de los fans de todo el planeta y de cualquier edad. Siendo, a todos los efectos, una producción que con tan solo dos episodios emitidos irradia un extra de mimo tanto en pantalla como a través del trabajo de voz del reparto japonés. Acomodándose a los espectadores jóvenes, pero también a quienes vieron el anime hace ya tantos años. Y eso, a los que vivimos a este lado del mundo, nos genera la pregunta más obvia: ¿cuándo veremos a Goku hablar en otros idiomas?

Lo que sí te puedo decir es que el tono de este episodio recupera dos aspectos que siempre han estado presentes en Dragon Ball pero que de un modo u otro habían estado reservados para los momentos menos relevantes:

Esa dinámica de grupo con elementos de humor exquisitamente sencillo que vimos en los primeros trabajos de Akira Toriyama y que le impulsaron hasta Dr. Slump, su primer exitazo.

Esa exquisita sensación de moverse entre lo familiar y lo misterioso. Porque llegados a este punto es legítimo empezar a hacer comparaciones con Dragon Ball GT, pero hay elementos y nuevas piezas en el tablero que hacen que el conjunto se sienta especial y diferente. Y todavía es temprano para ver cómo de original acabará siendo.

Lo que está claro es que el hecho de que Goku haya decidido recuperar su emblemático bastón mágico no es una cuestión de diseño y tampoco sabemos si acabará siendo algo sustancial para la trama, pero queda más que patente que la intención de Toriyama era recuperar el espíritu y la sensaciones de gran aventura en un gran mundo con elementos de comedia y acción que está deseando mostrar a sus fans y los nuevos espectadores. Con nuevos personajes que, poco a poco, darán matices a la trama y con héroes muy queridos que redescubriremos no solo por su aspecto "mini", sino por verlos por primera vez metidos en diferentes tipos de líos.

Y entre una cosa y otra, una sensacional premisa: volver a ver al temerario Goku con su Bastón y a la Bulma más inquieta embarcarse hacia una nueva búsqueda junto a viejos y nuevos amigos. Siendo, a todos los efectos, tanto un homenaje sensacional a los 40 años desde que se comenzó a publicar Dragon Ball, como un punto y seguido para las aventuras de los personajes que fascinaron a generaciones enteras retomando una costumbre muy especial: la sensación de quedar satisfecho con lo visto y que lo mejor siempre llegará la próxima semana.