Casi cinco años después del lanzamiento del ‘Dead Space’ original, Visceral Games ha vuelto para ofrecernos ‘Dead Space 3’, la entrega más compleja y completa de la saga.
Antes del lanzamiento de ‘Dead Space 3’, y a medida que se iba acercando el momento, se había ido instalando una cierta sensación de miedo ante los presuntos efectos negativos que podría suponer la inclusión de un modo cooperativo y la apuesta por introducir algo más de acción, pero también debido a la integración de un sistema de micropagos. Por suerte para nosotros, Visceral Games lo ha hecho muy bien y ninguno de estos elementos entorpecen el correcto avance de la historia en el modo en solitario, el cual sigue siendo la esencia y el corazón de la franquicia.
’Dead Space 3’: el horror que llegó del frío
Antes de mostrarnos el estado actual de Isaac Clarke, un hombre destrozado tras el incidente de la estación espacial Sprawl que vive en secreto en una colonia lunar, el juego nos brinda la oportunidad de echarle un vistazo al pasado. Nos traslada por primera vez, y nada más ponernos a los mandos, a un planeta helado llamado Tau Volantis en el que doscientos años atrás pasó... algo. Y ese algo es el desencadenante de toda la saga y de nuestro viaje en ‘Dead Space 3’. Es el motivo por el que Isaac Clarke se ve expulsado de su apartamento y lanzado a una misión en la que tanto Ellie como Tau Volantis y las Efigies son sus principales objetivos.
‘Dead Space 3’ es consciente de lo que esperamos de él. Ha querido jugar con la introducción de unos cuantos gramos más de acción a la mezcla, pero a pesar de un inicio poco inspirado a los mandos de Isaac Clarke en el que nos tenemos que liar a tiros con otros humanos en las mugrientas calles de la colonia lunar donde reside el protagonista, pronto nos devuelve a ese punto de confort en el que nos sentimos contradictoriamente cómodos al ser asediados (y asustados) por los malditos necromorfos.
Hay sustos en ‘Dead Space 3’, claro que hay sustos. Desconfiad de quien diga que el juego no acojona o que se ha convertido en un shooter al uso. Es falso. Lo que sí es cierto es que, a raíz de la introducción de una serie de novedades en cuanto a la gestión del armamento y los ítems (lo veremos más adelante), los enemigos se han tenido que adaptar. Son más rápidos y ya no basta con desmembrarlos como antaño para aniquilarlos. Esto nos obligará a ir modificando nuestra forma de enfrentarnos a los combates, que suelen ser algo más frenéticos que en las anteriores entregas, a medida que vayamos avanzando. Lástima que los enemigos, pese a contar con un aspecto más oscuro y podrido, resulten demasiado familiares. Algún que otro engendro nuevo se cruzará en nuestro camino, pero en líneas generales la sensación es la de que ya nos conocemos. Los enemigos finales, no demasiado numerosos, resultan muy estimulantes.
No ha desaparecido la sensación de agobio, ni los paseos en gravedad cero (tanto en el espacio, delicioso, como en el interior de ciertas localizaciones), ni los saltos del sillón propiciados por la aparición abrupta de un necromorfo a través de una ventana acompañada de una subida de volumen importante. Todo eso sigue ahí. También las zonas que no podremos abandonar sin acabar antes con una legión de enemigos. Y cuando digo legión quiero decir que, en ciertas ocasiones, el juego abusa de nosotros vilmente y nos reta a aniquilar a grupos de 10 o 12 necromorfos muy rápidos que nos atacan sin cesar. Su velocidad y su furia, unidas a sus constantes gruñidos y alaridos, lograrán romper nuestros nervios. Y nos harán morir en más de una ocasión, cosa que, teniendo en cuenta que el nivel normal de dificultad es tirando a sencillo, se agradece.
Hacia el tramo final del juego es donde encontraremos la mayoría de los enfrentamientos contra humanos. Digamos que estos combates se han introducido al principio y al final, con alguna aparición que otra en la parte central de la historia. A pesar de no contar con un sistema de cobertura propiamente dicho (por suerte), Clarke puede agacharse para esquivar mejor los disparos enemigos. Estos son los momentos donde el juego luce menos, pero repito: ‘Dead Space 3’ es en esencia un ‘Dead Space’ y se disfruta como tal al 100%.
Fabricación de armas y objetos. ¿Y los micropagos?
La novedad más relevante que introduce ‘Dead Space 3’ en la saga es la necesidad, no sólo la posibilidad, de fabricar nuestras propias armas. Este hecho conlleva la incapacidad de equiparnos con más de dos armas, pero también lo que comentaba antes sobre la adaptación de los enemigos. Podemos crear armamento altamente destructivo, pero los necromorfos son más rápidos y numerosos. Tenemos un mayor poder de decisión y una gran potencia de ataque, pero los enemigos no van a quedarse sentados en el sofá esperando a que les caiga una lluvia de proyectiles.
La desaparición de los créditos y de los nodos conlleva la búsqueda y recolección de recursos. Con ellos podremos fabricar y mejorar armas en los bancos destinados para tal fin, pero también accesorios y otros objetos. El número de combinaciones posible es inmenso y el hecho de que cada arma puede efectuar dos tipos de disparo con sus respectivas mejoras hace que podamos ajustarlas a nuestro gusto. Yo he llegado al final con una cortadora de plasma convenientemente mejorada como arma derecha (no pude resistirme a llevar una de estas como homenaje a las otras entregas) y un trasto bastante salvaje que lanza fuego por el módulo inferior y proyectiles explosivos aderezados con ácido a través del módulo superior como arma izquierda. En todo caso tendréis que ver qué es lo que mejor funciona con cada enemigo o simplemente qué es lo que más os gusta. Hasta llegar a la forma final de esas armas que os he comentado fui haciendo pequeños retoques y mejoras continuamente.
También existen un buen puñado de diseños predefinidos que podemos montar si tenemos los recursos necesarios y que pueden ser posteriormente modificados a nuestro antojo. Lo mejor de todo es la flexibilidad de este sistema: un arma montada puede volver a ser desensamblada para aprovechar sus accesorios y montarlos en otra más potente si los necesitamos.
Los recursos los iremos encontrando en cajas, en el suelo, en los cadáveres de los enemigos, etc., pero también tenemos a nuestra disposición unos pequeños robots que recolectarán todo lo que encuentren a su paso. Son muy útiles. Basta ponerlos a trabajar y en diez minutos volverán al banco para depositar todo lo que hayan recogido.
Además de los métodos de recolección mencionados, tenemos la opción de comprar recursos con dinero real a través de micropagos. Antes de que el juego fuera lanzado se llevó unas cuantas críticas por incluir este sistema, pero Visceral Games lo ha hecho bien. No es necesario gastar ni un solo euro para poder fabricar armas potentes. Con los recursos recogidos a medida que avanzaba tuve suficiente como para fabricar 9 o 10 armas distintas y probar un buen puñado de combinaciones. Ahora bien, si alguno de vosotros es un impaciente que quiere desbloquearlo absolutamente todo de forma rápida ahí tiene la opción de rascarse el bolsillo. Totalmente opcional y sin ningún tipo de efecto negativo sobre ningún aspecto del juego.
’Dead Space 3’ y su modo cooperativo
La historia me ha llevado unas 15 horas aproximadamente habiendo realizado solamente un par de misiones secundarias, y el total está cerca de las 20 horas. Algunas de estas misiones secundarias solamente se pueden llevar a cabo en cooperativo, pero así de memoria solamente recuerdo una zona en la que no pudiera entrar por esta razón (habrá alguna más, pero no la recuerdo. Señal de que carece de importancia dentro de la historia). Es decir, el modo en solitario es como tiene que ser: controlamos a Isaac y en ningún momento necesitamos la ayuda de Carver (el personaje que controla el segundo jugador en el cooperativo), ni siquiera controlado por la IA.
El modo cooperativo está muy bien resuelto y nos ayuda a alargar la vida del juego un poco más, a la par que nos lo pasamos en grande enfrentándonos a los necromorfos en compañía o resolviendo puzzles de forma distinta a como lo tenemos que hacer en solitario. Además el jugador que controla a Carver tiene acceso a sus extrañas visiones. Nada que objetar.
Conclusiones
‘Dead Space 3’ es la entrega más completa y más compleja de todas, como decía al principio, y sin duda estamos ante el mejor trabajo de Visceral Games. El apartado gráfico es soberbio, la banda sonora original es deliciosa (en muchos momentos recuerda a la de la película 'Alien: el octavo pasajero'), el doblaje es excelente y la experiencia de juego, en definitiva, es muy satisfactoria.
Quizás las partes menos inspiradas son los enfrentamientos que tienen que ver con el malo de turno (humano) y sus secuaces, así como el abuso en determinados momentos del recurso de escalada/descenso por paredes verticales. El diseño de los enemigos es muy similar al de los anteriores juegos y quiás se echa en falta algo más de variedad. En todo caso, un grandísimo juego. Imprescindible para fans de la saga y de la ciencia ficción.
Ficha técnica
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Plataformas: PC, PS3, Xbox 360 (versión analizada)
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Desarrollador: Visceral Games
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Distribuidor: EA
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Lanzamiento: ya disponible (8 de febrero de 2013)
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Precio: 69,95 euros en consolas / 49,95 euros en PC
PD: si sois de los que os quedáis en el cine hasta que los créditos finalizan obtendréis vuestra recompensa en ‘Dead Space 3’.
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