Dentro de las películas estrenadas en 1982 se encuentra ese clásico de culto llamado Cristal Oscuro, creado por Jim Henson y Frank Oz. El problema es que fue difícil condensar tanta información de su complejo universo en tan solo 90 minutos de metraje. Al menos gozó de diversas novelas desde 1982 en adelante.
Pero faltaba algo, de ahí que surgiese la necesidad de crear una precuela en 2019 por medio de Netflix en formato serie (Cristal Oscuro: La Era de la Resistencia), que acabó logrando superar en calidad a la obra original y que los profanos en la materia tuviesen tiempo suficiente para amoldarse a su historia. Y ahora le toca el turno a su videojuego oficial, The Dark Crystal: Age of Resistance Tactics.
La resistencia gelfling tiene que reunirse
Como gran amante de los SRPG, me alegró saber que estaba en desarrollo un videojuego de este estilo de Cristal Oscuro. Pero a la vez me invadió cierto temor por si se simplificaba demasiado, haciéndolo demasiado comercial y sencillo, como ocurrió con Stranger Things 3: The Game, editado también por BonusXP.
Por suerte este Cristal Oscuro: La era de la Resistencia hace mejor uso de la licencia de Jim Henson, respetando al máximo su universo, aunque sin ofrecer demasiada información más allá de las cinemáticas, a modo de viñetas (de gran calidad), y de los propios diálogos de la historia. Porque se echa en falta algún glosario para empaparse de su terminología por si andamos algo perdidos.
Lo que propone el estudio En Masse Entertainment es una variante más de los juegos de rol tácticos por casillas, donde Final Fantasy Tactics se hizo tan popular a mediados de los noventa, pese a haber infinidad de juegos en ese estilo. Digamos que, por similitudes, me recordó por momentos a esa versión menos profunda de Vandal Hearts con Vandal Hearts: Flames of Judgment. Porque hay que tenerlo presente de entrada: este juego de Cristal Oscuro no puede competir con los grandes. Ni tampoco lo pretende. Cumple con su cometido sin alardes.
El periodo de adaptación inicial es algo más lento de lo habitual, por ciertas decisiones de diseño que hacen que la propia evolución de los personajes se realice poco a poco. Por resaltar varias decisiones: ganamos experiencia (global) únicamente al finalizar cada misión, sin importar cuántos enemigos hayamos derrotado o el número de turnos; mientras que en las misiones de desafío (repetibles hasta cierto punto y accesibles tras completar algunas de la historia) ganaremos dinero a mansalva, aparte de experiencia, para mejorar nuestro equipo.
El duro oficio de acertar en Cristal Oscuro
The Dark Crystal: Age of Resistance Tactics promueve bastante el farmeo, de hecho, puesto que es ridículamente insignificante la cantidad de experiencia y dinero que se nos concede si seguimos tan solo las misiones de la historia. Además, es reducido el número de personajes que podemos llevar en las batallas.
Se sube de nivel por cada 100 puntos de experiencia y nos suelen conceder entre 40 y 80 por batalla, lo que significa que, por lo general, cada dos batallas subimos de nivel. Ahora bien, los que no llamamos a filas no reciben puntos de experiencia, por lo que al final los que acabaremos usando se cuentan con los dedos de una mano y el resto no estarán nada preparados, quedando relegados al olvido.
Cabe decir que este SRPG tarda bastante en mostrar su potencial, por lo que al principio nos parecerá un juego de rol táctico más que se aprovecha de una licencia. De inicio tan solo habrá tres oficios (clases) con muy pocas habilidades a nuestra disposición, casi todas ellas inútiles. Y como el progreso es lento (pese al farmeo), será obligatorio alcanzar el nivel 10 para poder promocionar a nuestros personajes y que cuenten con un oficio secundario para ver diferencias de peso.
Es ahí cuando pasamos de los oficios Soldado, Guía y Auxiliar a vertebrar en otras clases más complejas, como Paladín, Centinela de piedra, Granuja, Avizor, Sapiente de zarzas o Secuaz, que a su vez derivan en tres especializaciones más (Danzante de tumbas, Estratega y Cuentacanciones). Y todo esto en lo relativo a los gelfling, porque también podremos reclutar, por ejemplo, a un podling, con cinco oficios nuevos, o incluso un fizzgig, que en este caso sólo tiene uno.
La era de la resistencia, una táctica cumplidora
El problema es que esa complejidad a la hora de desarrollar un personaje en The Dark Crystal: Age of Resistance Tactics no está bien llevada en el juego y se hace muy pesada, porque tan solo el oficio principal gana experiencia. Esto nos obliga, inevitablemente, a librar muchas batallas de desafío para poder subir un oficio hasta el nivel deseado para desbloquear el máximo de habilidades (o al menos, hasta donde nos interese) y así cambiar después a otro oficio. Y siempre teniendo en cuenta que del oficio principal usamos tres habilidades y del secundario, dos.
Ese absurdo límite, impuesto probablemente por la rueda de habilidades por la que ha optado En Masse Entertainment para los combates, hace que haya, como mucho, cinco habilidades por personaje, lo cuál nos obliga a sacrificar muchas interesantes para que el resto de héroes puedan complementarse mejor.
Al final uno se acaba acostumbrando, al igual que esa ausencia total de objetos (no, no hay pociones curativas), a excepción de los tres que podemos equipar por personaje (arma, protección y abalorio). Esto último, junto con el oficio, es lo que acaba determinando los parámetros de cada gelfling y cía. Pero hay una diferencia más que puede pasar desapercibida: las habilidades únicas de cada clan. Por ejemplo, los Grottan son inmunes a ceguera y los Drenchen lo son para el veneno.
Los combates son muy directos, como si fuesen pequeñas píldoras de estrategia, ideales para partidas rápidas o en diversas sesiones. Ofrece retos en algunas batallas, especialmente por los estados alterados que nos pueden provocar los enemigos, pero en ningún momento sobresale. Cumple sin más, sin estridencias, a poco que le demos una oportunidad. Y lo cierto es que puede llegar a enganchar.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, el juego de Cristal Oscuro: La era de la resistencia no deja en mal lugar a la licencia de Jim Henson, pese a no ser un SRPG sobresaliente. Si eres fan de la película de 1982 o de la reciente serie, te alegrará saber que se rescatan muchos personajes de ahí y que sus viñetas están muy cuidadas, acompañando la acción con una banda sonora a la altura. Pero no esperes la octava revolución.
Cristal Oscuro
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