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Cómo es jugar a Final Fantasy XVI en PC con un mando de Xbox 360 y en Steam Deck

¿Está preparado tu PC para las épicas batallas de Clive Rosfield?

El buque insignia de Square Enix llega a PC, y eso es una nueva prueba de fuego: la llamada a ser la versión definitiva de Final Fantasy XVI llega a manos de los jugadores exigentes, quienes esperan encontrar en el viaje de Clive Rosfield un espectáculo técnico y jugable superior a lo ya visto en PS5. La trama se presta a la epicidad, que conste, y nuestro compañero Juan Sanmartín publicó en VidaExtra la crónica definitiva con lo mejor y lo no tan acertado. Pero, claro, la pregunta se hace sola ¿se ha aprovechado para dar un salto de calidad o estamos ante un relanzamiento?

La verdad por delante: llevo las primeras siete horas jugadas tanto en PC como en Steam Deck y hay tramos muy específicos que se me hacen realmente cuesta arriba. De hecho, oficialmente Final Fantasy XVI es un juego no compatible con la portátil de Valve (ya llegaremos a ello) y actualmente no te puedo recomendar la experiencia en ella. En PC, sin embargo, soy el primero en admitirte que me esperaba algo más. Algo más sorprendente. Lo cual no desmerece un ápice de su contenido y sus hitos, los cuales siempre están a la vista.

Antes de llegar a conclusiones precipitadas quiero dejar claro que Final Fantasy XVI no se ve nada mal en PC, pero tampoco me da la impresión de que Square Enix haya tratado de aprovechar las ventajas de los equipos de escritorio. De exprimir el poderío de las gráficas que valen más que las consolas. Sin embargo, ahora mismo no sabría decirte si esto se debe a que el juego ha llegado a su propio límite o simplemente no se ha querido llevar el resultado al siguiente nivel, sino mejorar las opciones y configuraciones.

Que no se me malinterprete: como juego Final Fantasy XVI castiga constantemente tu gráfica y la memoria a base de efectos, detalles y mucho más y, además, te pide sí o sí que lo almacenes en un SSD. Entre otras cosas, para lograr disimular esas cargas que se hacen al pasar entre muros, apartar un tronco o al abrir dos grandes puertas. Dicho esto, y pese a que tienes infinidad de pestañas para acomodar los detalles más pequeños a tu gusto, la versión de lanzamiento de PC también nos obliga a elegir entre resolución y fluidez.

Para que sirva de referencia, el equipo con el que estoy jugando a Final Fantasy XVI es un Intel Core i7-11700 @ 2.50GHz con 32,0 GB de RAM y mi tarjeta gráfica es una GeForce RTX 3060 Ti, lo cual implica que estoy bastante por encima de los requisitos. Y pese a ello, al contrastar los datos y componentes en la página de producto de Steam me encuentro con una nota adicional que no me esperaba, pero también me explica muchas cosas: lo que puedo aspirar con la configuración recomendada son 1080p a 60FPS.

¿Está preparado tu PC para las épicas batallas de Clive Rosfield? Los requisitos oficiales del juego son:


Mínimo

Recomendado:

Calidad

30FPS a 720p

60FPS a 1080p

Sistema operativo

Windows 10 / 11 64-bit

Windows 10 / 11 64-bit

Procesador

  • AMD Ryzen 5 1600
  • Intel Core i5-8400
  • AMD Ryzen 7 5700X
  • Intel Core i7-10700

Gráfica

  • AMD Radeon RX 5700
  • Intel Arc A580
  • NVIDIA GeForce GTX 1070
  • AMD Radeon RX 6700 XT
  • NVIDIA GeForce RTX 2080

Memoria

16 GB de RAM

16 GB de RAM

DirectX

Versión 12

Versión 12

Almacenamiento

170 GB de espacio disponible (requerido SSD)

170 GB de espacio disponible (requerido SSD)

Entonces, ¿merece la pena tocar los ajustes para  repartir mandobles y pirotecnias a gloriosas 4K? Realmente no mucho. Aunque también te digo que he decidido jugarlo con mi mando de Xbox 360 en lugar de con el DualSense de mi consola.

Final Fantasy XVI, el volantazo hacia el Action RPG de la franquicia

Como ya llevo varias confesiones por delante debo hacerte una más antes de seguir: he jugado a todas las entregas numeradas de Final Fantasy y no llegué a conectar con los dos últimos juegos. La saga está en un periodo de transición muy particular y el propio Sakaguchi, el creador de la saga, lo sabe muy bien. Dicho esto, Final Fantasy XVI también se convirtió en mi espinita: salió en PS5 el mismo mes que Street Fighter 6 y Diablo 4 y al resultar arrollado por ambos dejó de ser una prioridad.

Precísamente por ello, su llegada a PC fue una señal inequívoca para darle una segunda oportunidad.

Comprendo -o quiero entender- que la actual Square Enix no solo aspire a que su franquicia evolucione, sino también la redirija para darle el gusto a quienes prefieren darle su tiempo a los RPGs de acción que a disfrutar de la excelencia atemporal de los clásicos de culto que cimentaron las siglas. Para gustos los colores y los enamorados por las batallas por turnos y el pixel art tenemos las reediciones de los primeros juegos y maravillas como Octopath Traveler o Live a Live. La actual Final Fantasy ya es otra cosa.

Soy el primero en admitir que Final Fantasy XVI desborda ambición y se empeña constantemente en darle genuina emoción y momentos de auténtica epicidad al jugador a través del viaje emocional de Clive Rosfield. Sin embargo, también veo desde lejos todo aquello que sus creadores toman prestado de series como Juego de Tronos, las películas de El Señor de los Anillos o las novelas de The Witcher.

Eso sí, como obra Final Fantasy XVI orbitando mucho más en el plano narrativo que en la esencia de los juegos de rol y, a la postre, le regala a quien solo quiere ver la trama un modo Historia que, a base de objetos clave en el inventario, garantiza un espectáculo en pantalla libre de frustraciones.

A partir de aquí, un apunte: no voy a defender sus misiones secundarias como ponerme a servir tres platos o ponerme a recoger hortalizas mientras mi personaje experimenta su propia búsqueda de la venganza en tiempos en los que Baldur's Gate 3 da lecciones de cómo aprovechar los videojuegos como medio para crear historias de calado. Y pese a ello, cuando las pretensiones de Final Fantasy XVI se disparan y aparecen los coros de su potente Banda Sonora Original toca celebrar lo logrado.

Cómo es jugar a Final Fantasy XVI en PC con un mando de Xbox 360 y en Steam Deck

Con esas ideas claras supuse (antes de ver los requisitos) que la versión de PC de Final Fantasy XVI  condensaría la resolución y el rendimiento máximos a los que se puede aspirar en la más reciente entrega de la saga más mimada de Square Enix, y en teoría lo debería tener: al irme a opciones tengo 3840x2160. Sin embargo, la realidad es que  al final estoy jugando con los ajustes en medio y he sido tremendamente selectivo con qué efectos y detalles tengo activados. De hecho, como ya comenté, estoy jugando con mi mando de Xbox 360.

Vaya por delante que Final Fantasy XVI está tan acomodado al DualSense que incluso el mando de PS5 aparece como uno de los iconos dentro de los ajustes. Y está claro que le da matices extra a los combates y a la experiencia en sí. Pero a efectos prácticos llevo dos décadas haciendo combos en juegos de lucha y jugando a RPGs con el mismo mando y me encuentro más cómodo. Los botones en pantalla se acomodan al mando y, de hecho, sorprende lo bien que se adapta la vibración (dentro de los márgenes) al mando de Microsoft.

Dicho esto, el rendimiento del juego en los combates más casuales y en los más épicos oscila demasiado. A veces la fluidez es exquisita y en otros, cuando me quiero lucirme, se aplican demasiados efectos de manera simultánea. No le quedan nada mal al conjunto, que conste, pero si tengo que elegir entre un combate con un ritmo consistente y chispazos, me quedo con lo primero.

No es que Final Fantasy XVI esté mal optimizado. Desde las opciones puedes activar y hacer uso de las tecnologías DLLS 3, AMD FSR 3 o hasta la Xess 1.3 de Intel. Quiero pensar que hay que encontrar la mejor optimización y una herramienta de Benchmark le habría venido mucho mejor que un botón de ajustes automatizados que te invitará a volver a retocar tres o cuatro cosas. Pero quizás, solo quizás, se podía haber logrado un resultado realmente superior a lo que ya vimos el año pasado y no solo una mejora gracias a las nuevas opciones.

¿Y qué pasa en Steam Deck? Además de reclamar una enorme porción del almacenamiento interno, cuando lo instalé no lograba pasar de la secuencia inicial, la batalla entre el Fénix y el misterioso Eikon de Fuego, sin que se me reiniciase la portátil. Quizás las actualizaciones posteriores ayudaron, tal vez fueron los nuevos ajustes (más limitados) que añadí desde la versión de PC sumados a la configuración "Baja" por defecto, simplemente fue que avancé lo suficiente como para saltarme una escena tan intensa.

En cualquier caso, Steam Deck aguanta apenas una hora o menos de juego de Final Fantasy XVI y los últimos minutos y las grandes batallas son una mala opción. Sin embargo, se trata de un juego que oficialmente lleva la etiqueta de "No Jugable". Lo cual nos plantea si, quizás, a Square Enix le merecía la pena haber lanzado una versión que se acomodase mucho más y mejor a cualquier PC. Tanto a los que tienen una tarjeta gráfica de vanguardia como a los que parecen una videoconsola portátil.

Recogiendo papeles: ¿Merece la pena Final Fantasy XVI en PC? (Spoiler: sí)

Cuando se desarrolló Final Fantasy XVI la prioridad de Square Enix eran las consolas PS5. No es una apreciación, sino un hecho. El coloso nipón arropó la consola de Sony con sus grandes sagas y nuevas franquicias (incluyendo Foamstars o Forspoken) aunque la progresiva aparición de su saga estrella en sistemas de ratón y teclado no solo forma parte de sus planes, sino que es algo que los jugadores de PC tienen de un modo u otro asumido.

A partir de aquí un apunte: pese a que Final Fantasy VII Rebirth recibirá el sello de Mejorado para PS5 Pro, desconocemos si el gran viaje de Clive recibirá ese mismo tratamiento, si estaban esperando al lanzamiento de PC para trabajar en él o, quizás, sencillamente ya se ha logrado la obra que se quería ofrecer. Sin embargo, nada de esto desmerece sus puntos fuertes como videojuego y como Action RPG.

Final Fantasy XVI es un gran espectáculo cuyo combustible es la venganza, la cual se manifiesta cada vez más y mejor en unos combates que llenan la pantalla de momentos apoteósicos aderezados con secuencias que desbordan la epicidad. Y no solo eso: como Action RPG busca constantemente llegar a todos los perfiles de jugador, dándole un sistema de combos y mejoras a quienes quieran lucirse y todas las facilidades a los que sencillamente quieran saber qué va a pasar con Clive y compañía. Funciona de maravilla a dos velocidades, pero sabe apoyarse siempre en  dos pilares esenciales: la acción y el la fantasía.

Quizás de aquí a diez años o menos Square Enix apueste por darle un remaster a Final Fantasy XVI, pero hoy es un juego que tiene muy claro qué quiere aportar a la franquicia y a qué horquilla de jugadores llegar, ofreciéndoles a todos ellos eso que vinieron a buscar. Lo cual implica batallas colosales, giros dramáticos y un protagonista que no vino a hacer amigos, pero acabará arrastrando en su propia búsqueda de la venganza a todo un abanico de personalidades. Un perfil de héroe que, se mire como se mire, es muy de Final Fantasy. 

Y sin embargo, al final todo se reduce a un único concepto: Final Fantasy XVI llega a PC para reivindicar una más que merecida segunda oportunidad de brillar y conectar con muchos más fans. Tanto de la saga, como de los juegos de acción y fantasía. Y pese a que no te recomendaría jugarlo en Steam Deck, si lo que buscas es un gran Action RPGs bien regado de momentos de pura epicidad, vas a flipar con el viaje de Clive Rosfield. Mucho. 

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