Queda algo menos de una semana para que llegue a las tiendas ‘Uncharted: El Legado Perdido’, y todo poseedor de una PS4 debería estar como loco por hincarle el diente. No es una nueva entrega numerada de la saga, no tiene a Nathan Drake como protagonista y podría catalogarse como un DLC venido a más, pero sigue entregando todo lo bueno que ha hecho grande a esta saga.
Naughty Dog recupera la franquicia que les ha catapultado a la fama como ninguna otra y, lejos de ser una despedida, es la prueba fehaciente de que la saga ‘Uncharted’ es mucho más que su protagonista. Es una forma de hacer videojuegos que, cuando toma el camino correcto, no encuentra rival. Sería una pena que esto no fuese un punto y seguido.
Mucho más que un DLC
Soy consciente de lo complicado que resulta dictar algo así, más aún en una época en la que las sagas que ofrecen una entrega tras otra van decayendo hasta no dar más de sí, pero ‘Uncharted: El Legado Perdido’ vuelve a poner sobre la mesa la evidencia de que debe continuar. No hay nada igual en el medio. No hay juego que haga sombra a la mejor cara de Naughty Dog y no nos gustaría perder este formato en el que los personajes carismáticos se suman a un guión de acción y la calidad técnica pone la guinda. Sería una gran pérdida para todos los que hemos disfrutado de él.
Aún más complicado es decirlo teniendo en cuenta que ‘Uncharted: El Legado Perdido’ no es, ni de lejos, la mejor entrega de la saga. De hecho cuenta con uno de los inicios menos espectaculares que recuerdo (si obviamos lo mal que ha envejecido el ritmo del primero), y sus novedades no son más que meras excusas para que dicha palabra aparezca en este tipo de textos.
Chloe y Nadine consiguen que no se eche en falta a Nathan Drake
La posibilidad de utilizar ganzúas, utilizadas para abrir puertas clave en la trama o cajas de munición en las que recoger suministros y mejores armas, y el uso de un mapa para marcar los destinos en vez de verlos reflejados en pantalla flotando en el horizonte, resultan ser las únicas dosis de innovación dentro de la saga. Además ninguna de ellas brilla en especial y, aunque son añadidos interesantes, no son nada que haga decantar la balanza.
Tan continuista es en su ejecución que, con Chloe y Nadine a la cabeza formando un tándem en el que no se echa en falta en absoluto al protagonista habitual, ‘Uncharted: El Legado Perdido’ juega a intentar intensificar y mejorar todo lo visto en ‘Uncharted 4’. Lo hace consciente de sus limitaciones, separando la aventura en dos tramos muy marcados en los que, por un lado hay hueco para la experimentación y, por el otro, celebra por todo lo alto lo que siempre ha hecho bien.
Un primer tramo poco inspirado
La primera parte de la aventura, la relativa a ese tramo de experimentación, intenta explotar por todos los medios la opción de subirte a un coche y explorar un escenario más o menos abierto en busca de tesoros y secretos que te permitan avanzar.
Lo de acercarse a los mundos abiertos no es el futuro que me gustaría ver en Naughty Dog
Sin embargo, mientras que en ‘Uncharted 4’ se convertía en una pausa bien ejecutada entre sobredosis y sobredosis de acción, aquí ocupa algo más de la mitad de las 6 o 7 horas que dura la campaña. Acostumbrados a un ritmo frenético, aquí entorpece por completo el avance de la aventura. Te tiene dando vueltas por un mapa circular en el que las paredes invisibles las conforman matorrales que acabarían destruidos si pudiésemos pasar por encima con el coche.
Resulta ser un escenario algo tramposo, con caminos enrevesados que te hacen dar más vueltas de la cuenta para alcanzar varios puntos clave. En ellos encontramos puzles y enfrentamientos la mar de divertidos, pero el mero hecho de ir de aquí para allí me transmitió la sensación de que ese punto, el de intentar explorar la opción de un mundo abierto, no es el futuro que me gustaría ver en Naughty Dog.
Tan lento se me hizo que, tras encontrar la opción de seguir explorándolo para encontrar un objeto especial (tras activar una decena de puntos dispersos por el mapa), no pude evitar pasar de él y obviar el aviso de Nadine para que la historia continuase su curso. Doy las gracias a Chloe y su compañera, por cierto, que con sus conversaciones ampliando la trama sobre el pasado de ambas consiguieron que el camino se hiciese mucho más llevadero.
Naughty Dog en modo soy inalcanzable
Todo esto puede suponer un jarro de agua fría, pero no nos llevemos las manos a la cabeza todavía. Si el primer tramo de ‘Uncharted: El Legado Perdido’ es un vistazo a la cara más floja de la saga, sigue siendo más espectacular y cuidado que la mayoría de superproducciones de su estilo que te puedan venir a la cabeza. Digamos que, lejos de ser una mala aventura, es mejor que todas las otras que intentan hacerle sombra, pero por debajo (o como mínimo por otro camino) de lo que estamos acostumbrados a ver.
No sólo eso, tras ese calentamiento en el que Naughty Dog explora otras oportunidades a base de escenarios más grandes, exploración a mayor escala, y otro intento de apañar combates con caminos de sigilo y acción igual de válidos, lo que llega es un segundo tramo en el que el equipo del juego va directo a lo que mejor sabe hacer, la habitual mezcla de puzles, plataformas, disparos y escenas espectaculares con un ritmo endiablado.
Hasta ese segundo tramo llegas por las ganas de ver hasta dónde te puede llevar el juego, y a partir de ahí te mantienes pegado a la pantalla hasta el final porque, simple y llanamente, es imposible dejarlo.
Se palpa que las ideas se acaban tras todo lo que ya ha vivido Nathan Drake, volviendo a recoger conceptos como el de las persecuciones en vehículos o los combates a bordo de un tren, pero no significa que sea un simple remix de los mejores momentos de la saga. En realidad buscan recuperar esos mismos y tomar otras vías que, ahí ya es cuestión de gustos, pueden llegar a ser incluso más espectaculares que los de anteriores juegos.
En muchos de ellos se pierde el factor sorpresa, claro, y eso que la acción nos lleva por otros derroteros, pero todos ellos parecen estar un punto por debajo de lo que mayores aventuras pudieron llegar a entregar. Sea como sea, acercarnos a ellos conscientes de que estamos ante lo que en su día fue un DLC, inevitablemente consigue que te explote la cabeza.
Un futuro prometedor (por el camino adecuado)
Durante esas últimas horas he disfrutado de ‘Uncharted: El Legado Perdido’ como el que más. Sus escenas de acción, su historia y la belleza de sus escenarios (vaya tela aquí hasta qué punto siguen sorprendiendo), bien merecen cada euro invertido en el juego.
Lástima que el abrir las puertas a tiroteos menos controlados, por aquello de dar la opción de un sigilo que sigue sin parecerme igual de divertido que sus festivales de balas, frenen un poco la posibilidad de mantener vivo su habitual ritmo. El problema es que se me presentan dos ocpiones: o pierdo un tiempo precioso elaborando estrategias para acabar topándome con enemigos a los que tendré que alertar sí o sí, o me lanzo de cabeza a disparar frente a rivales con los que, por el daño que producen y sus estrategias despiadadas, resulta casi imposible dar vida a secuencias de disparos igual de épicas que las guionizadas.
Ese, y no el acercamiento a los mundos abiertos o el sigilo de estar por casa, debería ser el gran objetivo de Naughty Dog de cara al futuro de la saga. Ojalá crear tiroteos vivos en los que disfrutar disparando de la misma forma que lo haces cuando saltas de un vehículo en el último momento mientras una explosión adorna tu hazaña.
Por suerte ahí está el multijugador y el modo supervivencia para hacer las delicias de los que buscan más acción, pero lamentablemente los servidores no estaban disponibles durante nuestra prueba y no podemos hablar de ellos en profundidad. Tampoco creo que haga falta, ya que esto no deja de sumar y ampliar las opciones online de la anterior entrega y ya se demostró allí todo su potencial.
La opinión de VidaExtra
A día de hoy, con un conjunto tan bien ejecutado a un nivel tan impresionante, la falta de inspiración en los tiroteos es de las pocas cosas que podría echarle en cara a un ‘Uncharted: El Legado Perdido’ con el que es imposible enfadarse. Bien por la decisión de dar carpetazo a la historia de Nathan y cómo han demostrado que pueden continuar la saga sin él, pero si hay un cambio necesario para la futura continuidad de la franquicia, espero que sólo sea ese.
Chloe y Nadine se ganan nuestra atención con una aventura con unos compases más lentos de lo habitual, pero también escenas de acción memorables y unos escenarios que da gusto recorrer. Puede que estemos lejos de lo que Naughty Dog consiguió en ‘Uncharted 2’ en términos de ritmo, pero eso no debería restar importancia a lo conseguido aquí, un juego sólido, divertido y desafiante que es imposible abandonar.
En Naughty Dog saben hacer muchas cosas muy bien y, más allá de tener eso claro, me parece bien que exploren otras vías. Sólo deseo que sean conscientes de hasta qué punto dominan a la perfección lo que han hecho hasta ahora con ‘Uncharted’ y que, si siguen intentando abrir otras puertas, no lo hagan cerrando aquellas por las que la gran mayoría de los jugadores no nos cansaremos de pasar.
Imprescindible
Uncharted: El Legado Perdido
Plataformas | PS4 |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | Naughty Dog |
Compañía | Sony |
Lanzamiento | 23 de agosto de 2017 |
Precio | 34,90 euros |
Lo mejor
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Una maravilla técnica
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Los tramos de acción siguen siendo imbatibles
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Chloe y Nadine son una gran elección
Lo peor
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Algunas secciones pueden resultar algo lentas
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A los momentos de sigilo les falta algo más de chispa
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