Mientras que la simulación al volante vive uno de esos momentos de máximo esplendor en los que incluso ramas olvidadas, como la del mundo del rally, vuelven a florecer, no podemos decir lo mismo del carril opuesto. Relegada a juegos para móviles que demuestran no haber entendido nada, la conducción arcade no pasa por su mejor momento y, pese a ello, aún tiene fuerzas para entregar alguna que otra alegría.
La de ‘Trackmania Turbo’ es de las que se celebran con vítores y guirnaldas, de las que se ganan algo más que una palmadita en la espalda y un buen recuerdo. El título de Nadeo aterriza en PS4 y Xbox One (en PC no es sorpresa) ganándose una atención que, por lo que más queráis, no debería abandonarse nunca.
¿Trackmania en consolas? VIVA
No hay que venderle nada al usuario de PC, ya conoce bien la franquicia y sabe de las maravillas que echan a girar cada vez que una nueva entrega pone sus ruedas en el asfalto, pero al de consola hay que recordarle que ‘Trackmania’ sólo pasó por Wii y DS de visita, y que ahora que también está en las máquinas de Microsoft y Sony hay que mimarlo para que vuelva siempre.
Hay 200 razones para hacerlo, una por cada pista de apenas unas decenas de segundos incluida en esta entrega, y aquellos a los que la cifra se les quede corta pueden conformarse con la edición de niveles para intentar compensar esa falta que creen ver.
Pero ‘Trackmania Turbo’ no llega donde llega por una cuestión de tamaño aunque puede estar orgulloso de ese ámbito.
Podría ser pequeña y seguiría importando exactamente lo mismo, así que la clave está en el cómo hace uso de unas posibilidades que, como ya habréis imaginado por mi entusiasmo, no son precisamente pocas.
Un estilo de otra época
Control, ritmo, contenido y reto se dan la mano en un arcade que desde el principio nos pide volver a otra época, una en la que ‘Need for Speed’ no juegueteaba con la trazada y sí con el freno de mano, en la que ‘Ridge Racer’ era algo más que un muerto viviente y al hablar de ‘OutRun’ no se hacía para referenciar al enésimo clon de móvil con tan buenas intenciones como pocos aciertos.
‘Trackmania Turbo’ eres tú, una carretera plagada de curvas, saltos imposibles de físicas absurdas y la música machacona que hace de Celestina entre ambos. No hay más. No hay otros vehículos dándote por saco, no hay licencias oficiales ni una variedad de coches que supere las cuatro alternativas. Y no lo hay no por falta de recursos, no lo hay porque todo eso nos debería traer sin cuidado.
A sus creadores les basta con un crono colgando sobre tu nuca y un control tan accesible como desafiante para que el repetir una y otra vez se convierta en tu nueva adicción. Consigue medallas según tu tiempo y continúa desbloqueando pistas hasta que, hacia el final, la curva de dificultad te ponga contra las cuerdas para seguir adelante.
Se me ocurren un millar de situaciones en las que algo así podría salir mal, y todas tendrían que ver con la agilidad del juego para saltar de una pista a otra o colocarte al principio de ellas cuando las cosas salen mal. Menús de otra época, más por lo simples y directos que por falta de adornos, y botones de acceso rápido tanto al último punto de control como al reinicio de la pista, consiguen que ese querido “una más y lo dejo” se presente como hacía mucho que no lo hacía.
Por si enfrentarse al retorno de los derrapes imposibles y la importancia de los microsegundos fuese poco, el juego en solitario se combina con un multijugador que hará las delicias de usuarios online y de sofá, de los que quieren ponerse a prueba contra decenas de fantasmas y los que prefieren la intensidad de una pantalla partida.
Trackmania: una saga a tener en cuenta
Cierro con dos detalles de esos que suponen la guinda sobre el pastel, las típicas nimiedades que no venden juegos pero indudablemente te hacen sacar una sonrisa. Por un lado, y recuperando la idea del multijugador, el modo para dos pilotos controlando un único coche, que nos obliga a comunicarnos con nuestro compañero para que ambos giremos en la misma dirección si no queremos estrellarnos. La risa.
El otro es el tratamiento que hace el juego con la música, sirviendo nuestro rendimiento de ritmo para la misma. Estréllate y la canción decaerá, sigue adelante y poco a poco la velocidad de tu coche marcará el crescendo. Lógicamente hay temas para todos los gustos, pero me ha parecido un acierto la forma en la que a través de la intensidad de sus canciones el juego te bonifica o acompaña tu bajón.
En su contra juega la idea que muchos pueden tener hoy en día de un juego de carreras, más cercana a la competición con una veintena de coches en pista que a la de nosotros contra nuestro propio fantasma o el de la máquina que aquí se ofrece, pero más allá de esa valoración que pueda tener el jugador no se le puede echar en cara que el juego sea menor por ese esquema de mecánicas.
Con todo ello 'Trackmania Turbo' es una de esas opciones que, pese a no entrar en la categoría de imprescindible por ser uno de esos títulos que encantará o desagradará a partes iguales, es una alternativa muy recomendable para todo fan de la conducción y, sobre todo, para todo fan del género arcade.
A favor
- El retorno del espíritu más arcade
- Vicio asegurado
- Un apartado visual brutal
- El control de los coches es una gozada
En contra
- Que no cuente con más bazas para el juego en solitario
- Su esquema de juego contrarreloj puede no ser del gusto de todos
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