A los que son amantes de los JRPG siempre que aparece la noticia de que un título de este género va a cruzar las fronteras de Japón y va a acabar aterrizando en occidente es inevitable que les haga sonreír de oreja a oreja. Por suerte, en los últimos meses esta situación se ha convertido en algo cada vez más común, algo que en ocasiones nos da ganas de aplaudir y en otras de darnos de cabezazos contra la pared por las cosas que nos llegan.
Square Enix es una de las compañías que más empeño están poniendo en que los jugadores de todo el mundo tengan la opción de jugar a los mismos juegos, sin importar donde residan. Es por ello que ahora ha lanzado 'Star Ocean: Integrity and Faithlessness', la nueva entrega de esta popular serie de juegos de rol de ciencia ficción que está desarrollada por tri-Ace.
Los responsables de juegos como ‘Resonance of Fate’ o la saga ‘Valkyrie Profile’ se supone que deberían sorprendernos con este nuevo ‘Star Ocean’, sobre todo con motivo de los 20 años que cumple la franquicia, pero lamentablemente no ha sido así en absoluto. Por desgracia nos hemos encontrado con muchos más "peros" que aspectos positivos a destacar y a tener en cuenta, aunque lo mejor es que pasemos a ver todo esto con más detalle.
Una historia que acaba estrellada
El punto de partida de este argumento nos lleva a una historia que se sitúa entre ‘Star Ocean: The Second Story’ y ‘Star Ocean: Till the End of Time’, la segunda y tercera entrega de la saga. Para los que se adentren por primera vez en esta serie esto podría suponerles una barrera, pero no han de que preocuparse, porque los detalles que hacen mención a esta precuela y/o secuela no son demasiado perceptibles y se podrá avanzar sin problemas sin conocerlos.
Los acontecimientos tienen lugar en el planeta Faykreed, donde se ha producido un conflicto entre dos de las naciones del mundo. En una de ellas vive nuestro protagonista, Fidel Camuze, un espadachín que se encarga de proteger y adiestrar a los habitantes de Sthal, su ciudad natal. Por desgracia un día los ataques que se producen en ella son tan devastadores que eso obliga a Fidel y su compañera Miki a emprender un viaje en busca de refuerzos.
La verdad es que al principio el argumento promete ofrecernos unas buenas dosis de épica y fantasía medieval y al final hay más falta de lo primero, aunque por suerte no tanto de lo segundo. En todo momento las situaciones son demasiado previsibles, no hay prácticamente ningún momento sorprendente y cuando llega de los cielos una nave espacial en la que aparece la joven Relia, una niña con amnesia que no recuerda nada de su pasado, todo parece que va a mejorar drásticamente, pero no es así en absoluto.
Durante las más de 20 horas que dura la historia principal (sin contar los objetivos secundarios) es inevitable estar pensando "venga, que seguro que ahora pasará algo importante". Un momento que no acaba por llegar. El comportamiento de los siete personajes diferentes que controlaremos no sirve de ayuda tampoco, con diálogos que no terminan de llenar por completo y con unas formas de ser que ya hemos visto hasta la saciedad en otros JRPG del mismo estilo.
Entre los protagonistas no faltará el típico héroe dispuesto a todo, la chica que le acompañará en la aventura pase lo que pase, un guerrero muy serio y experto en el combate, una chica voluptuosa o un mujeriego. Pese a ser un grupo muy completo y variado no se termina de empatizar con ninguno de ellos, al contrario que ocurre en otras aventuras similares.
Combates tremendamente caóticos
Si la historia no es desde luego el punto fuerte de 'Star Ocean: Integrity and Faithlessness' uno podría pensar que entonces su aspecto más positivo reside en su jugabilidad y en parte es así, pero de nuevo nos encontramos con algunos puntos a favor y en contra. El motivo se debe principalmente a lo que ya hemos citado anteriormente, como es el hecho de que haya siete personajes distintos.
Durante cada batalla los jugadores tomarán el control del grupo entero, no como en otros RPG que hay que elegir a unos o a otros para que vayan subiendo de nivel. Aquí los siete se lanzarán a la vez contra los enemigos que se crucen en su camino en combates que transcurrirán en tiempo real. Nosotros solo moveremos a uno de ellos, aunque dispondremos de la opción de escoger a cualquiera de los cinco restantes (no se puede seleccionar a Relia) mientras luchamos por salir vivos.
Os podéis imaginar el lío que se puede llegar a formar en pantalla cuando siete personajes empiezan a dar espadazos, golpes, utilizan magias y se produce todo un espectáculo de efectos y luces, eso sí, con un resultado visual fantástico. Naturalmente a esto hay que sumar a los numerosos enemigos a los que habrá que enfrentarse, lo que al final acaba siendo todo un caos porque es imposible aclararse bien de donde está cada personaje.
Esto no debería suponer un mayor problema si se tratase únicamente de atacar a los enemigos sin más según se van acercando y ya está, pero la mecánica va mucho más allá de esto. El juego utiliza un sistema de piedra-papel-tijera en el que los ataques débiles bloquean a los fuertes, estos a la defensa y esta a los débiles. Es una idea que a priori está bien pensada pero llevada a la práctica terriblemente por lo difícil que es aclararse a veces de lo que está pasando en pantalla, lo que supone que en más de una ocasión nos veamos obligados a aporrear los botones que queramos sin importar nada más.
A la hora de combatir otro detalle importante a tener en cuenta, quizás uno de los más positivos, es que a los personajes se les puede asignar diferentes roles. Dependiendo de si van a ejercer de guerreros, curanderos o magos, se les puede asignar hasta cuatro roles distintos para que hagan más daño a los enemigos, utilicen ciertas magias en momentos muy concretos, se especialicen en acabar más fácilmente con un tipo de criatura en especial, etc.
La verdad que se agradece que el juego otorgue ese nivel tan profundo de personalización, pudiendo seleccionar entre decenas de roles diferentes, así como ataques especiales que pueden ejecutar los personajes dependiendo del botón que pulsemos. Sin embargo, la inteligencia artificial de nuestros compañeros tampoco es que sea una gran ayuda.
Si bien es cierto que por un lado no combaten mal, en el otro lado nos encontramos con que en determinadas ocasiones acaban haciendo lo que les da la gana. Esto supone que la personalización que les hemos aplicado con algunos roles al final acaba quedando en un plano totalmente secundario, porque se ponen a correr por todas partes o los que deberían estar lejos se quedan cuerpo a cuerpo. En cambio, los enemigos no disponen de estas pegas y ellos son más listos que nuestros héroes y sabrán perfectamente cómo actuar en todo momento.
Un mundo a medio hacer
En los JRPG otros protagonistas que suele haber siempre son los escenarios y una vez empezamos a jugar a 'Star Ocean: Integrity and Faithlessness' nos llama la atención lo inmensos que son, con numerosos pasillos por lo que desplazarse y en los que se esconden tesoros ocultos en algunos de ellos. El juego permite así una gran exploración para todos aquellos que quieran visitar todo el mapa del juego.
No obstante, el gigantesco tamaño de los escenarios es a su vez otra gran pega y es por el simple motivo que dan la sensación de estar vacíos allá por donde vayamos. Nos pasaremos más tiempo yendo de un lado para otro que haciendo otra cosa. Es más, el juego nos obligará en ocasiones a desplazarnos a zonas que hemos dejado atrás hace mucho tiempo y tener que darnos el paseo a pata una y otra vez o pasando constantemente por los mismos lugares, algo que al final acaba siendo realmente tedioso.
Lo único que a veces abunda en el mapa son los enemigos. Como bien dijimos antes los combates transcurren en tiempo real y en cuanto veamos a uno de ellos o a un grupo en el mapa podremos lanzarnos de cabeza y dará comienzo la batalla al instante, sin ningún tipo de pantalla de carga. Esto provoca que la acción y el ritmo no se paren en ningún instante, pero cuando llega el momento de proseguir el camino hacia la siguiente ciudad es cuando regresa el momento de desesperación.
Pero lo que acaba siendo horrible a veces son los puntos de guardado, que no solo destacan por su ausencia, sino que están fatal repartidos. Serán los únicos momentos en los que podremos salvar la partida y no sería de extrañar que nos topemos con una batalla que nos ponga en peligro, nos eliminen y tengamos que repetir todo lo que hemos realizado en la última media hora o más.
En las ciudades, aparte de haber puntos de guardado, será casi en los únicos sitios donde también podremos curarnos. Además, en ellas también habrá carteles en los que nos encomendarán misiones secundarias a cumplir a cambio de obsequios. Cuando empecemos a completarlas lo haremos muy animados y con ganas, pero cuando empecemos a comprobar que se repiten constantemente y serán en su mayoría casi idénticas ya nos dará más pereza llevarlas a cabo.
Los aspectos técnicos no salvan la situación del todo
Sinceramente no es que 'Star Ocean: Integrity and Faithlessness' destaque por unos gráficos sorprendentes, pero tampoco están tan mal, con unos modelados en los personajes correctos, buenas animaciones y efectos. En cambio, en los escenarios al ser tan inmensos veremos cómo los elementos se van cargando poco a poco según avancemos y lo que personalmente comprobé nada más empezar y ya me dio muy mala espina fue el hecho de poder atravesar a cualquier personaje del mapa como si de fantasmas se trataran.
De la banda sonora se ocupa el gran Motoi Sakuraba, quien ya ha compuesto las músicas de numerosos juegos del mismo género con un resultado magistral y en esta ocasión no es menos. Por su parte las voces se pueden seleccionar en inglés o en japonés, siendo estas últimas las más recomendables para escuchar por ponerle más énfasis a los diálogos, mientras que las otras no destacan en casi ningún momento.
Desgraciadamente aquellos que no sepan nada de inglés no les agradará nada saber que el juego no viene localizado al castellano. Esto supone que, como de costumbre en los RPG que ocurre esto, sea difícil seguir la trama al no entender nada de lo que dicen. Por si fuera poco, muchas de las conversaciones transcurren en tiempo real durante los viajes por el mapa o incluso en las batallas, así que es más que comprensible que el idioma eche a más de uno para atrás en la compra de este juego.
En definitiva, 'Star Ocean: Integrity and Faithlessness' tiene sus pros y sus contras. Si bien es cierto que nos mantendrá entretenidos durante unas cuantas decenas de horas (si queremos descubrir todo), sus aspectos negativos hacen que desde luego no vaya a ser una entrega que sea recordada para siempre. Si sois amantes de los JRPG os puede llegar a gustar, pero también es cierto que actualmente hay mejores opciones en el mercado.
A favor
- Unas batallas épicas cargadas de acción
- La gran cantidad y variedad de roles que existen
En contra
- Los combates suelen ser un caos en multitud de ocasiones
- El argumento no termina de llenar en ningún momento
- Las zonas son inmensas, pero desgraciadamente muy vacías
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