Estas fiestas son el momento ideal para disfrutar de aquellos juegos que poco a poco se han ido acumulando durante el año y, con algo de suerte, descubrir alguna grata sorpresa. Una de las mías de estos últimos días ha sido ‘Reigns’, juego lanzado a mediados de año para Android, iOS y Steam en el que deberemos ponernos en la piel de un rey que debe controlar a su pueblo.
La gracia está en cómo lo hacemos, y es que aunque ‘Reigns’ parece esconder muy poco debido a una mecánica treméndamente simple y un aspecto desenfadado, es uno de los juegos más original, divertido y adictivo de todos los que he llegado a probar este año. Un autoregalo ideal si no tienes nada a mano a lo que jugar.
¿Cómo se juega a Reigns?
Basándose en el sistema de Tinder, la aplicación de citas en las que deslizando el dedo hacia la derecha decides si te gustaría conocer a esa persona y hacia la izquierda la descartas, el séquito del reino se presentará ante nosotros para realizarnos propuestas que modificarán la situación de la iglesia, el pueblo, el ejército y nuestra economía.
Construir una iglesia costará dinero pero mantendrá a los curas contentos, atacar un país vecino salvará a nuestra población pero mermará nuestro ejército, contratar a un alquimista podría reportarnos dinero y armas mientras cabrea a la iglesia…
La idea es que constantemente estemos tomando decisiones, casi siempre centradas en un sí o un no, que afectarán a los cuatro pilares básicos de nuestro reinado.
Hacerlo por diversión es parte de la gracia, simplemente por ver qué desencadenan nuestras palabras o con qué nuevas locuras nos sorprende su historia, pero el reto está en controlar las consecuencias de nuestros actos.
Un juego con elecciones que sí importan
Más que nunca en ningún otro juego, nuestras elecciones decidirán el futuro de nuestro reinado a corto o largo plazo, así que ‘Reigns’ se apoya en la estrategia de no agotar ni dar demasiadas alas a ninguna de las facciones que controlamos. Encontrar el equilibrio entre unas y otras es lo más complicado (y divertido), porque de lo contrario nuestro final será inevitable.
Y será algo que ocurrirá una vez tras otra, ya sea porque nos quedamos sin dinero y los nobles nos destronan o porque el ejército ha adquirido demasiado poder y montan un golpe de estado. Nos aguardan 26 muertes distintas que iremos descubriendo poco a poco, dando así lugar a un nuevo rey y a otras decisiones, muchas de ellas repetidas pero complicadas de prever.
Cada vez que decimos sí o no se nos muestra cómo va a afectar a nuestros pilares, pero no si lo hará de una forma positiva o negativa y tampoco en qué grado, así que la experiencia de fracasos anteriores y algo de suerte acaban convirtiéndose en nuestro mayor aliado.
Estrategia y risas por un puñado de euros
Para mantener nuestra atención de forma constante, el juego poco a poco va introduciendo nuevos personajes y retos, ya sea en forma de una condesa con la que entablar un amorío que obligue a renovar la religión o adentrándonos en una mazmorra en busca de tesoros con esqueletos y pinchos deseando poner fin a nuestra aventura.
Completar retos como engendrar un hijo o conquistar un nuevo mundo es sólo un añadido más en esa fiesta de posibilidades que ofrece, por lo que muchas veces nos veremos obligados a dilapidar nuestro futuro en favor de seguir desbloqueando nuevas cartas a las que hacer frente.
Con todo, que ‘Reigns’ pueda completarse en poco más de una tarde acaba siendo lo de menos, pues su rejugabilidad es casi infinita y el reto de intentar mantenerte en el trono durante el máximo tiempo posible siempre seguirá ahí.
Lo de que además pueda conseguirse por poco más de un euro es sólo la guinda del pastel.
A favor
- Divertido y rejugable
- Un juego fácil que esconde más de un reto
- Completamente traducido
En contra
- A algunos puede que se les haga algo corto
- Sus mecánicas son muy simples y puede que no enganche a todos por igual
Ver 4 comentarios