Qué ganas tenía de algo así. En serio, me he criado entre plataformas y, con la llegada de las 3D, las horas a títulos como ‘Crash Bandicoot’ o ‘Spyro the Dragon’ se contaban por millares, pero hasta ahora me sentía abandonado por un género que parecía relegado a otra época. Afortunadamente la llegada de ‘Ratchet and Clank’ lo cambia todo.
Lo ha hecho, además, con una propuesta a la que la palabra remake le sienta más como un insulto que como algo positivo, creando algo nuevo a la vez que mantiene ese espíritu de antaño, el de los títulos que pueden disfrutar por igual grandes y pequeños y, pese a ello, son capaces de aspirar a ser uno de los mejores juegos de una plataforma.
Dos tardes para enmarcar
Dudo que el año que nos espera deje hueco a ‘Ratchet and Clank’ en la carrera de los GOTY, pero sería de locos no cederle una mención de honor cuando llegue el momento. Insomniac Games, una compañía con una saga que en su día no me hacía ni fu ni fa (siempre fui más de ‘Jak & Daxter’), se gana aquí el derecho no sólo a volver a empezar con dos personajes de la era de PS2 que estaban olvidados, también tiene toda mi atención para proyectos futuros.
En serio, perdonadme si me pongo pesado con el tema, pero es que me lo he pasado en grande con ‘Ratchet and Clank’. Tanto que las dos tardes que me ha costado superar su historia me han sabido a poco.
Tras ello quedan las misiones secundarias, los coleccionables el volver a superarlo en un modo + que mantiene todo lo desbloqueado hasta el momento pero incrementando la dificultad... pero incluso si todo lo que tuviese que ofrecerme fuesen esas dos tardes, la sensación sería la misma, de gozo puro y duro.
Tanto si jugaste al original de PS2 como si es la primera vez que te acercas al dúo que en su día fue mascota de la consola de Sony, lo importante es que lo hagas, que te lances a por ‘Ratchet and Clank’ con la certeza de que no te va a decepcionar ni a nivel visual ni jugable, sabiendo que el hecho de ser un remake poco o nada tiene que ver con el de una reedición HD. Y se nota a todos los niveles.
Ratchet and Clank: el remake con mayúsculas
Mitad shooter, mitad plataformas (aunque hay que apuntar que está mucho más cerca de lo primero que de lo segundo, sobre todo en originalidad), ‘Ratchet and Clank’ aprovecha la historia y planteamiento del juego de 2002 y se olvida de la retahíla de títulos que han venido detrás degenerando poco a poco su esencia.
Armas locas, minijuegos que rompen con la rutina habitual de saltar y disparar, cinemáticas extraídas de la película con unos valores de producción tremendos y, por encima de todo, la sensación de que estás jugando a algo con tal cantidad de detalles que, por momentos, parece que Nintendo y Sony se han dado la mano para crear un juego memorable.
El mimo de Insomniac por sus armas llega aquí a su máximo esplendor.
Además de unos bellísimos entornos que coquetean con la idea de mundo abierto con notables limitaciones, los detalles se amplían hasta casi cualquier parte del juego, desde las situaciones guionizadas en las que naves se estrellan a escasos centímetros de nuestro personaje hasta cómo nuestras armas interactúan con el entorno.
Las mejores armas de Insomniac
Hay un ejemplo clave para morir de amor con ese gusto por los detalles, y es la ya famosa arma del pixelizador que nos dejó a todos temblando en el pasado E3. Con ella, al disparar convertiremos a cualquier tipo de enemigo en una muestra de pixel art que seguirá intentando acabar con nosotros, pero lejos de limitarse Insomniac a cambiar el modelo por una serie de cubos, han creado un sistema en el que los personajes se transforman en un plano visible desde cualquier perspectiva que mantiene sus habituales animaciones en pixel art.
Pagaría los 70 euros habituales encantado, pero llega a 40.
Es para verlo, de verdad, es realmente espectacular ver cómo un tanque pasa a ser una maraña de píxeles planos frente a nuestros ojos mientras todo lo demás sigue siendo 3D y, con un último golpe, apreciar cómo los píxeles se desmontan en decenas de pequeños cubos que se esparcen por el escenario.
El mimo que pone Insomniac con sus armas, lo que es ya una seña de identidad del estudio, se traslada incluso hasta esa granada que resulta ser una bola de discoteca que pone a todos los enemigos a bailar al unísono, cada uno con sus propios movimientos e incluso afectando a los jefes finales por muy grandes que sean.
Amor por los detalles
Es increíble el cariño que se palpa en cada segmento del juego. Tanto que incluso me parece de locos que llegue a precio reducido con el trabajo que hay detrás. Pagaría los 70 euros habituales encantado, y pese a ello llega a 40. Creo que no me vais a leer nunca un “compradlo” tan de manual como el que inevitablemente me sale al hablar de este ‘Ratchet and Clank’.
Lo digo, además, dejando muy claro que es una saga que nunca se ha ganado mi atención, reconociéndole ahora el carisma que desprenden tanto sus personajes como su guión, adaptado aquí a los nuevos tiempos para mofarse de la palabra remake, de la película y del pasado de unos personajes de ojos saltones que ahora bien podrían salir de un estudio a la altura de Pixar.
‘Ratchet and Clank’ es, por así decirlo, algo así como ese “mi primer shooter en tercera persona” con el que millones de críos pueden acercarse al mundo del videojuego desde una perspectiva en la que la violencia se limita a ver cómo robots vuelan en mil pedazos y extraterrestres se transforman en ovejas.
No como la clásica adaptación de una película que parece hecha a medida para engañar a los más pequeños, sino como una de las grandes apuestas de una consola a la que le habría bastado con ‘Uncharted 4’ para pasar el año. Pero lo mejor de todo es que también los jugadores de toda la vida podemos disfrutarlo.
Ratchet and Clank es un imprescindible
No me refiero sólo a la sobredosis de nostalgia por la saga, algo que en mi caso no existía en absoluto, sino por la esencia de un estilo de juego que parece cada vez más olvidado y que, además, también guarda opciones para aquellos que buscan algo más que pasarlo bien.
Los puzles simplones y las plataformas descafeinadas se unen aquí a unos niveles de dificultad que pueden ponerte contra las cuerdas en cualquier sección del juego, algo que agradecerán enormemente aquellos que se hayan quedado asustados con la duración de la historia principal. No es un ‘Souls’, claro, pero hay reto para todos y eso es de agradecer.
Con todo, ya sean grandes, pequeños, novatos, asiduos del género, haters de Clank o fans del Lombax más famoso de la galaxia, acercarse a ‘Ratchet and Clank’ es una opción más que recomendable. Un vistazo a otro tipo de juegos que ya creíamos abandonados y que, con este, se demuestra no sólo que pueden seguir vivos, también que pueden llegar a oler a superventas.
A favor
- Gráficos de una película de Pixar
- Un remake que marca el camino
- Nuevas zonas y jugabilidad
- Sorpresas para aquellos que jugaron el original
En contra
- Puede ser demasiado corto
- Algunos cortes raros en cinemáticas
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