Análisis de Puyo Puyo Tetris, mi nuevo juego de puzles de cabecera

Análisis de Puyo Puyo Tetris, mi nuevo juego de puzles de cabecera

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Análisis de Puyo Puyo Tetris, mi nuevo juego de puzles de cabecera

Hay algo especial en la sensación de descubrir, de encontrar algo nuevo cuando creías que ya lo habías visto todo. Con ‘Puyo Puyo Tetris’, pese a basarse en dos sagas ampliamente conocidas por casi cualquier jugador, he revivido esa ilusión.

Experimentado en tetriminos y con sólo algún escarceo con los puyos, la mezcla de ambos supone la vuelta a un género que lamentablemente ya no goza de la popularidad de antaño, consiguiendo así que la unión de algo viejo y algo nuevo sea a la vez nostálgico, reconocible y desafiante.

De Tetris a Puyo Puyo

Imagino que la situación probablemente será la de muchos de vosotros, la de haberle metido incontables horas a decenas de entregas de ‘Tetris’ distintas y haber probado en alguna ocasión la saga ‘Puyo Puyo’. Tener ambas aquí acaba resultando en algo similar a una recomendación de Netflix, un “si te ha gustado esto, prueba esto otro”, una cuchara cargada de verdura con un trozo de solomillo en la punta haciendo ruido de avión hacia tu boca.

Crees que dominas ‘Tetris’ a la perfección (algo que el juego online se encargará de cuestionar), pero la suma de ‘Puyo Puyo’ te invita a partir de cero, a que te plantees que, como mínimo, debes quemar el juego hasta que tu nivel con ambas modalidades sea similar.

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A base de ir dándote pinceladas de ambas vertientes constantemente, ya sea en su simpático aunque olvidable modo aventura o en alguno de los modos que une los dos juegos, ‘Puyo Puyo Tetris’ te recuerda una vez tras otra que, para salir airoso, de nada te va a servir ser un completo crack sólo en una de las sagas.

Lo primordial es que nunca pone palos en las ruedas. Con una ajustada curva de dificultad y distintas lecciones para sacarle el máximo partido a estrategias y combos, el juego es completamente consciente de tu más que probable cojera en una de sus vertientes y hace todo lo posible para que alcances tu objetivo.

Aprender a dominar lo que ya conocías

Este es, en primer lugar, que el salto a cualquiera de los modos (Tetris, Puyo Puyo o Fusión) desde el acceso a la partida rápida de la pantalla principal acabe mínimamente en éxito. Y ojo, aunque lo parezca no es nada fácil.

Con Tetris he acabado recordando lo mucho que se puede llegar a complicar una partida cuando llevas más de 100 líneas y la velocidad de los tetriminos se te escapa de las manos, ese momento en el que intentas superarte y vuelves a la época en la que tenías que pausar el juego y correr a buscar el enchufe de Game Boy para no perder la oportunidad de conseguir el cohete por culpa de las pilas.

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Con el de Puyo Puyo me he encontrado con esa sensación de empezar virgen un juego y ver cómo, una vez tras otra, vas consiguiendo darle la vuelta un poco más a lo que antes era una derrota aplastante. Trucos, nuevas estrategias, aprender a fastidiar a tu contrincante…

Fusión es la tercera vertiente del juego, una mezcla de ambas fichas que te tiene creando líneas, juntando puyos y aplastando a estos últimos con tetriminos para abrir huecos. Podría decirse que dominando ambos juegos esto es coser y cantar, pero nada más lejos de la realidad, y es que las reacciones propias de los movimientos de Fusión añaden otra capa más de profundidad a lo que ya creías tener más que controlado.

Una buena selección de modos

Mientras que la historia va cambiando entre modos para que vayas aprendiendo a superar sus distintas vertientes, el modo arcade, ya sea en solitario o en multijugador local, ofrece seis opciones distintas que van desde el modo versus contra la máquina hasta el modo desafío.

Entre ellos está el modo fusión y lo interesante: el modo Swap que te tendrá jugando a ambos juegos a la vez cambiando de una pantalla a otra cada cierto tiempo, el Party que incluye poderes con los que fastidiar a tu oponente, y el más original de todos, Big Bang, un juego de habilidad y reflejos en el que la pantalla te va colocando combos que debes completar sin fallar para subir tu ataque y mermar la vida del oponente.

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En el modo online todo es mucho más simple. Con un sistema de rankings que te tendrá subiendo y bajando constantemente (lo segundo a pasos agigantados durante las primeras horas), todo se reduce a elegir personaje y el juego que mejor domines para intentar batir a los oponentes con los que te vayas cruzando.

Si creías que eras el rey de Tetris y que no hay opción de morder el polvo de forma estrepitosa, vas a pasártelo bien. La clave está en que no hay hueco posible para la frustración, no hay cuestión de suerte más allá del orden de las piezas que vayan apareciendo para buscar una excusa con la que darle más vueltas de la tuerca a tu derrota.

No has hecho lo que deberías y punto, así que inevitablemente acabas en una sucesión de partidas, ya sea por estar enchufado y querer mantener una buena racha o por haberte picado con esa última derrota y no querer soltar el juego hasta que te quites ese mal sabor de boca.

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La opinión de VidaExtra

Echaba de menos la oportunidad de aprender casi desde cero a dominar un juego, y eso es precisamente lo que más valoro de ‘Puyo Puyo Tetris’. De la mano lleva la guinda de que vuelva a tener un juego de puzles de cabecera, uno de esos títulos a los que volver cuando no tienes tiempo para mucho más pero quieres cinco minutos de desconexión.

Lo mejor que puedo decir de ‘Puyo Puyo Tetris’, y al menos en mi caso no es poca cosa, es precisamente eso, que ha conseguido desbancar al móvil en ese tipo de experiencias descafeinadas, rápidas y divertidas a las que agarrarte cuando aún quedan diez minutos para salir de casa y dices, voy a jugar un rato.

A favor

  • Buena curva de dificultad y aprendizaje
  • Notable variedad de modos de juego
  • Divertidísimo a todos los niveles

En contra

  • Pocos incentivos en modo online
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