Era imposible no acercarse a ‘Hitman’ con algo de miedo. El tropiezo de ‘Hitman: Absolution’ y la idea de embarcarse en un experimento episódico consiguieron que mirásemos al proyecto de IO Interactive y Square Enix con el recelo propio de alguien que ve venir el accidente desde lejos.
Curioso porque ahora, sin embargo, no podemos estar más contentos de haber vivido esa situación, primero porque el descalabro de ‘Absolution’ ha obligado a que la saga se ponga las pilas y, en segundo lugar, porque el formato episódico le ha sentado de perlas al desarrollo y, muy probablemente, era la única forma de alcanzar este nivel de excelencia.
Las bondades del desarrollo episódico
Ahora el juego llega a las tiendas en un pack que incluye todo lo vivido hasta ahora durante los últimos meses y, en cierta medida, nos recuerda a lo que ocurre con las grandes series de televisión. Aunque hay hueco aquí para que cada jugador exprima todo lo posible el juego, es inevitable pensar que lo de vivir los lanzamientos episódicos poco a poco ha sido todo un acierto para aprovechar al máximo la inversión.
Me viene a la cabeza Perdidos y su dupla de espectadores, por un lado los que se pegaron el maratón del siglo engullendo capítulo tras capítulo, por el otro los que descubrían semana tras semana una nueva noticia, rumor o teoría que llevaba la serie mucho más allá de lo que aparentemente era.
Con ‘Hitman’ ha ocurrido algo similar, en parte gracias al trabajo de IO a la hora de crear mapas con una cantidad de posibilidades y secretos apabullante, pero también por los contratos, objetivos y variaciones a modo de bonus que se han ido sumando con el paso de las semanas.
Decir que ‘Hitman’ es un juego enorme es quedarse muy corto, pero negar que habría sido difícil vivir una experiencia similar si no hubiese sido gracias al experimento de cubrir un desarrollo episódico que poco a poco financiase el proyecto supone enfrentarse al abismo que separa la realidad de los mundos de yupi.
¿Qué nos ofrece Hitman?
Para los que anden un poco perdidos con la propuesta o no se hayan acercado aún a la saga, este ‘Hitman’ es la respuesta de Square Enix al retorno al espíritu de la franquicia. De una forma similar a lo vivido con ‘Resident Evil 7’, ‘Hitman’ se despoja de sus ataduras para buscar un reinicio que se olvide de enmendar errores del pasado y se centre en explotar sus aciertos.
Eso pasa por crear un juego de sigilo en el que recorreremos seis escenarios distintos persiguiendo un único objetivo, acabar con uno o más enemigos haciendo uso de las habilidades del Agente 47. Esas son, como era de esperar, utilizar armas o manipular el entorno para dar caza a nuestra particular víctima intentando, en la medida de lo posible, que entre nuestra entrada y salida del escenario no seamos descubiertos.
La clave está en cómo a través de los disfraces podemos ir escalando posiciones hasta alcanzar nuestro objetivo, por ejemplo primero como camarero, luego como cocinero, después como guardia de seguridad y por último como guardaespaldas del objetivo.
Gracias a dichos cambios podremos ir atravesando las distintas capas que componen cada escenario sin ser detectados, pero aunque decirlo de carrerilla parece fácil, al estar siempre expuestos a ser reconocidos por un NPC de categoría superior la cosa se complica enormemente y da vida a un puzle de épicas proporciones.
El juego de sigilo definitivo
La cosa podría quedarse ahí y ya estaríamos ante una experiencia más o menos bien apañada, pero es lo que ocurre (o podría llegar a ocurrir) en cada escenario lo que marca la grandeza y espectacularidad de este ‘Hitman’. Porque sí, lo de entrar pistola en mano y despachar al objetivo sin ser visto puede tener su gracia, pero enterarte de la posibilidad de provocarle unas cagaleras y pillarlo por sorpresa en el lavabo es sólo una de las muchísimas posibilidades que ofrece cada encargo.
No es algo que simplemente quede a expensas de lo que cada jugador quiera hacer. Cada asesinato cuenta con una serie de objetivos secundarios que, de ser completados, nos permitirán acercarnos al nivel con ciertas ventajas, ya sea un disfraz inicial o un arma escondida en algún punto del escenario.
Eso, sumado a los objetivos escalabes añadidos por el equipo de desarrollo (una consecución de retos que van complicándose hasta llegar al absurdo) o los contratos marcados por otros jugadores en los que debemos asesinar a X NPC de una u otra forma, convierten la repetición de misiones en algo mucho más cercano al aprendizaje y dominio de nuestras posibilidades que a una excusa para alargar el juego.
Que el equipo detrás de ‘Hitman’ vaya introduciendo nuevos retos o incluso modificando escenarios para que tengas que reaprender a explotarlos no sólo demuestra que el cariño puesto en cada nivel o reto es digno de aplauso, también que ‘Hitman’ es, pese a su experimento o gracias a él, una de las experiencias de sigilo más completas, difíciles y divertidas de la historia del medio.
A favor
- La mejor cara de la saga Hitman
- Multitud de desafíos y opciones para alargar la vida del juego
- Escenarios enormes con muchas posibilidades
En contra
- La inclusión de multitudes le pasa factura a nivel gráfico
- No todos los escenarios son igual de memorables
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