'Gunbird 2' es uno de los shoot'em up de Dreamcast a los que más cariño les tengo. De ahí que no me lo pensase dos veces al estrenar mi Nintendo Switch, de modo atípico, con 'Gunbarich' al descubrir que ambos títulos del desaparecido estudio Psikyo guardaban una conexión muy especial: Marion.
Para el que no lo recuerde, esta bruja fue una de las protagonistas de los dos 'Gunbird', al igual que invitada de excepción en la adaptación del 'Sengoku Blade' a Saturn. Pero más allá de este detalle, también tuvo mucho peso en la compra el poder disfrutar de un clásico de Psikyo nunca visto fuera de Japón y que además pertenecía a un género que me encanta, el de los rompe-ladrillos.
Switch, la consola ideal para los Arkanoid
'Gunbarich', el original, se publicó en el año 2001 en exclusiva para recreativas niponas. Gozó de cierta fama en el país del Sol naciente, de ahí que nos siga extrañando bastante que nunca recibiese adaptación alguna a sistemas domésticos (máxime teniendo en cuenta que los Breakout/Arkanoid siempre han gustado en occidente), hasta su reciente estreno en Nintendo Switch.
Su mecánica, lejos de conformarse con el archiconocido estilo creado por Atari y perfeccionado por Taito, introdujo una variante interesante: unos flippers de un pinball dentro de la propia pala de los protagonistas (Marion o Grutan).
Dichos flippers sirven para golpear la bola (en este caso, llamada pack, y de color rosa) con fuerza e incluso para imprimirle efecto, al igual que para devolver los ataques de los rivales; aunque tampoco será requisito indispensable utilizarlos, ya que el pack también se verá afectado por la propia pala siguiendo una lógica.
Como en el clásico de Taito, los ladrillos se podrán destruir fácilmente con el pack, con algunos que esconderán potenciadores: desde la M de Multi (lo que sería el multiball, aquí llamado multi blue packs; ojo, porque si se nos escapa el pack rosado, perderemos una vida) hasta la S de Speed Down (donde se ralentiza el pack), pasando por otras sorpresas dentro del "interrogante Great Magic", donde nos puede salir el disparo para la pala o una bomba que elimina todos los ladrillos y enemigos de la pantalla, entre otros power-ups a mayores.
Lógicamente, también habrá ladrillos que necesitan varios golpes y otros indestructibles, arropados, a su vez, por distintos gadgets para entorpecer la tarea de eliminar todos los ladrillos (único requisito para pasar las fases estándar), como el que dirige el pack en un único sentido, un bumper típico de los pinball, o el que activa y desactiva ladrillos indestructibles. El caso es ponérnoslo difícil para no pasar de los 60 segundos por fase, tiempo límite para que perdamos una vida.
Gunbarich, un clásico que merece la pena descubrir
Adelantábamos al principio que Nintendo Switch es la consola ideal para los 'Arkanoid', acompañada de una imagen vertical, por un sencillo motivo. Al ser una portátil, la podemos girar y jugar con la parte alargada hacia arriba para aprovechar al máximo las dimensiones de la pantalla. Es lo mismo que sucede con los shoot'em up verticales. Y es que resulta más cómodo hacerlo desde el modo portátil que girar la propia televisión (opción también válida).
Aparte de poder alternar entre esas dos pantallas (horizontal y vertical), 'Gunbarich for Nintendo Switch' viene con un filtro a mayores para simular el aspecto de la pantalla de la recreativa de 2001. Sin embargo, se queda cojo, por otro lado, en opciones o en modos de juego. Es una conversión al uso.
Tiene el aliciente de ser la primera vez que podamos disfrutar de esta rareza de Psikyo, pero ZeroDiv, estudio encargado de rescatar este 'Arkanoid', se podría haber esmerado más incluyendo a mayores, por ejemplo, una galería de arte al completar la historia. O un modo Boss Rush. Pese a que lo ideal, para qué negarlo, hubiese sido un modo para dos jugadores. Algo parecido al 'Twinkle Star Sprites' (Marion, de hecho, me recuerda mucho a su protagonista, Load Ran).
Ya que por lo demás, estamos ante un arcade que se puede ventilar, no sin complicaciones (que no os engañe su aspecto infantil, porque es muy, pero que muy jodido en fases avanzadas), de una sentada en menos de media hora... salvo que decidamos ceñirnos a las vidas y continues que vienen por defecto.
Y es que los enemigos y el tiempo serán nuestros mayores rivales: los primeros, por esa capacidad de aturdirnos si las bombas que nos sueltan impactan contra Marion o Grutan, dejándonos vendidos por unos segundos y ante la imposibilidad de controlar la pala para devolver el pack rosado; y lo segundo, por ese límite de 60 segundos por fase (si se agota, perdemos una vida y se reinicia el contador).
Por último, destacar los jefes finales, con duelos a modo de shoot'em up que se traducen en un ir y venir de bombas de un lado para otro, formando combos bastante interesantes. Pero al ser un arcade, todo es más limitado.
La opinión de VidaExtra
Hay que tomarlo como lo que es: una recreativa de 2001 nunca vista fuera de Japón que se ha rescatado para la ocasión, a precio económico, con ninguna característica adicional resaltable. Y por eso también resulta interesante 'Gunbarich', porque es un soplo de aire fresco para los que buscan otra alternativa a los míticos 'Breakout' o 'Arkanoid'. Ideal para partidas rápidas.
A favor
- Un Arkanoid nunca visto en occidente
- Su diseño de niveles nos pondrá contra las cuerdas
- Los jefes finales le aportan un toque diferente
En contra
- El límite de tiempo da mucho por saco
- Al igual que las bombas de los enemigos
- Se echan en falta muchos extras
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