Hace 20 años Kazunori Yamauchi abordó el género de la conducción con una ambición sin precedentes: aquél primer ‘Gran Turismo’ fue un rotundo golpe sobre la mesa en lo visual y lo jugable elevando drásticamente el estándar de lo que podía esperarse, no solo del género, sino del hardware de la PlayStation original. Un ejemplo de manual de lo que viene a ser un vendeconsolas.
Hoy, Yamauchi regresa con ‘Gran Turismo Sport’, un proyecto todavía más ambicioso. Uno que llega un año más tarde de lo esperado y que se mide con titanes como ‘Forza 7’ o ‘Project Cars 2’ -dos de sus alumnos aventajados- en un 2017 glorioso para los fans del motor en consolas. Sin embargo, en esta ocasión, no estamos ante una entrega numerada: la gran revolución que pedía el género del motor no estaba en el acabado de los vehículos, y el equipo de Polyphony Digital tiene claro el camino a seguir.
‘Gran Turismo Sport’ da una primera impresión continuista en el plano visual y a la hora de ponernos frente al Dualshock o el volante de marras. Sí, existe una evolución técnica de la que hablaremos más adelante, pero tampoco es algo que le pille por sorpresa a nadie: la entrega anterior llegó a una PS3 que le estaba dando la bienvenida a su sucesora, aunque no basta con dar un gran salto en la resolución. ¿Por qué no entrar a PS4 con un ‘Gran Turismo 7’?
La nueva obra de Yamauchi lleva al siguiente nivel la iniciativa de las cuatro primeras entregas y refuerza varias carencias de las dos siguientes, yendo en paralelo con el verdadero germen de la saga: atreverse a ofrecer al jugador la oportunidad de ser un verdadero piloto de motor en un medio digital. Y la respuesta del genio japonés y su equipo es el modo que da nombre a ‘Gran Turismo Sport’.
La saga Gran Turismo llega a PS4
A la hora de hablar del apartado visual de ‘Gran Turismo Sport’ es necesario, prácticamente obligatorio, tener dos referencias: por un lado los vehículos y circuitos no causan el mismo impacto al jugador que hace 20 años o aquél ‘Gran Turismo 3 A-spec’ con el que Polyphony prácticamente abrió el catálogo de juegos de PS2. Es más, actual generación de consolas lleva ofreciendo propuestas de motor estupendas desde hace años e incluso licencias recientes han sabido posicionarse gracias a las posibilidades del hardware actual.
Pero luego tenemos algo que nos ha sorprendido gratamente: ‘GT Sport’ aprovecha como ningún otro las posibilidades del High Dynamic Range desde el principio: si tenemos un televisor preparado lo detectará al ejecutar por primera vez el juego, y pese a que pasaremos por el proceso habitual de configuración visual, al iniciar nuestras primeras carreras veremos que (con el HDR o sin él) la iluminación del juego o su contraste se desmarcan de lo visto hasta ahora: los reflejos, los paisajes, los destellos o las texturas han sido trabajados a conciencia. ‘Gran Turismo ‘ es de los mejores embajadores de esta tecnología.
Eso sí, conseguir unos circuitos que coquetean, en según qué tramo, con el fotorrealismo y coches totalmente integrados en ellos -gracias a unos acabados que demuestran el salto generacional- tiene un precio a pagar: en ‘Gran Turismo Sport’ no habrá transición climática, de modo que en si decidimos perfeccionar nuestra trazada de un circuito estaremos ante un atardecer eterno, literalmente. Ahora bien, antes de entrar en carrera nos ofrecerán diferentes horas del día y condiciones climáticas. No es un mal trato, si tenemos en cuenta el resultado.
En lo jugable, por otro lado, queda patente el toque de la saga: los detractores del estilo ‘Gran Turismo’ se encontrarán nuevamente con coches que apenas se despegan del suelo, patinazos a la primera de cambio, colisiones entre vehículos que quizás están por detrás de otras sagas y una desaceleración mágica que ocurre cuando nos salimos de la carretera. De hecho, aunque maltratemos nuestro coche a conciencia, veremos desperfectos menores.
Esto es lo que ocurre si impactamos con un muro a 130 km por hora en un circuito de Rally
Pero los fans de la saga verán el contrapunto a todo lo anterior: ‘Gran Turismo Sport’ premia generosamente a los conductores más disciplinados y constantes, aquellos que memorizan cada curva y se atreven a buscar la trazada más eficaz en situaciones límite y que son conscientes de que es posible escalar siete posiciones en una misma vuelta a base de experiencia sobre el asfalto, dominar nuestro vehículo y con el rebufo suficiente. Esa sensación que nos empuja a conseguir la vuelta perfecta sigue ahí.
Como es habitual tanto para los recién llegados a ‘Gran Turismo’ como para aquellos que quieran ponerse al día en esta saga, volveremos a contar con una academia de conducción, pero ahora nuestro objetivo no es obtener los carnets de conducir para desbloquear pistas y vehículos, sino avanzar en nuestros objetivos como jugador -de los cuales hablaremos más adelante-. Es más, esta nueva academia, ahora rebautizada como el modo Campaña, tiene como objetivo prepararnos para el verdadero plato fuerte de ‘Gran Turismo Sport’.
Polyphony no regresa con otro juego de carreras, sino con una competición
La revolución que propone ‘Gran Turismo Sport’ es ofrecer al jugador la experiencia definitiva como piloto, pero no nos estamos refiriendo al sistema de control, sino a apostar por un conjunto de modos, actividades y sistema de progresión que emulen la sensación de integrarse en un circuito competitivo. Uno capaz de tenernos pegados al mando durante meses -como mínimo- y capaz de afianzar la pasión por el motor de cualquier jugador, incluyendo al más inexperto.
Es otras palabras: el objetivo no es incentivar el apartado coleccionista o completista del usuario a base de medallas, coches y copas, sino hacerlo partícipe de un proyecto mayor. Uno que acaba siendo el pilar principal de la propuesta jugable, sin perjuicio del resto de alternativas del título, y que, por cierto, da nombre al proyecto: el modo Sport es el as en la manga de Yamauchi.
La iniciativa en sí busca recompensar cada victoria, kilómetro y minuto que el jugador invierte en en el juego, reflejándose en nuestro Perfil de Piloto. Un perfil que asentará el emparejamiento online en base al doble sistema de Clasificación de deportividad (nuestra actitud como jugadores) y Clasificación de piloto (nuestra aptitud como jugadores).
La idea principal es que participemos en competiciones a las que les demos valor y contra usuarios que se las tomen en serio. Dicho de otro modo: que el propio juego sea un deporte en el que cualquiera pueda participar, entrenarse y competir. Y que cuando entremos en el podio, tengamos la sensación de haber conseguido un verdadero logro frente a otros corredores.
De este modo, nuestro objetivo real, además de acumular créditos y experiencia con los que respaldar nuestras habilidades al volante con nuevos coches o elementos cosméticos, será ascender puestos dentro de la Clasificación de piloto y medirnos con corredores cada vez mejores, aumentando todavía más el elemento competitivo del juego.
Ahora bien, el punto delicado del modo es quizás el que mejor se ha resuelto por parte de Polyphony Digital. En todo momento tendremos acceso a eventos y campeonatos que se generan de manera periódica y con una frecuencia bastante asumible, de modo que podremos apuntarnos con unos 15 minutos de antelación e incluso practicar el circuito en el que competiremos con el vehículo que tengamos seleccionado.
Se podría tomar como algo negativo el hecho de tener que esperar tanto tiempo para tener que competir desde el momento en el que nos apuntamos a una competición en caso de que no queramos hacer vueltas a contrarreloj, pero es un sistema realmente efectivo para que el emparejamiento funcione y no tardaremos demasiadas partidas en pillar el timing entre que se abren las inscripciones y comienza la carrera, eso sí, con su vuelta de calentamiento de rigor.
Por delante tendremos cuatro tipos de competiciones, dos de ellas avaladas por la mismísima Federation Internationale de l'Automobile: las carreras diarias serán los eventos más comunes en los que nos jugaremos nuestra clasificación, ganaremos experiencia -y créditos- y afianzamos nuestro perfil de piloto.
Las copas de Naciones y las de fabricantes serían el siguiente nivel y cuentan con el respaldo de la FIA. Es más, continuando con la tradición, para participar en las competiciones de fabricantes deberemos firmar un contrato de temporada con la marca. Y si estos tres modos no fueran suficientes, tenemos la Polyphony Digital Championship.
De hecho, existe un requisito obligatorio para poder empezar a competir en el modo Sport: tendremos que ver dos vídeos que nos mostrarán las reglas de conducta que nos recomiendan tener frente al resto de corredores: nada de choques, forzar que salgan de la pista y aprovecharse de atajos que hagan que nos salgamos del circuito. Nunca está de más recordar que la filosofía detrás de ‘Gran Turismo’ es diferente a la del imprescindible ‘Super Mario Kart’.
Sin embargo, que el juego esté absolutamente centrado en el Modo Sport tiene un efecto colateral: en ‘Gran Turismo Sport’ solo es posible guardar nuestros progresos cuando estamos conectados a internet. Si no disponemos de conexión (o se caen los servidores de PSN) solo podremos participar en el modo Arcade disfrutar de los circuitos que tengamos desbloqueados. Es más, no podremos aprovechar para comprar nuevos automóviles o sacar fotografías a los que ya tenemos.
Por otro lado, si buscamos una experiencia online clásica y más personalizada, o simplemente queremos competir con amigos y conocidos en torneos organizados por nosotros, tendremos el modo Salas a nuestra disposición, permitiendo seleccionar el circuito, las normas y las condiciones de la carrera o unirnos a una que haya creado otro jugador. Y sí, ‘Gran Turismo Sport’ no se olvida del juego local y tendremos la opción de jugar a pantalla partida. ¡Como debe ser!
El homenaje de Yamauchi a los apasionados motor
Definir a Kazunori Yamauchi es fácil: un apasionado del motor con una comprensible y fundamentada obsesión por los detalles. Y ‘Gran Turismo Sport’ es el mejor ejemplo de su filosofía: tendremos a nuestra disposición una fascinante selección de automóviles de las mejores marcas del mundo, y lo mejor es cómo consigue que, cuando vayamos a visitar cada concesionario, quedemos impregnados con el legado del fabricante: tendremos acceso a unas completas infografías de cada casa, un calendario que repasa con esmero la evolución de la industria del motor y hasta eventos propios.
Desafortunadamente, en ‘Gran Turismo Sport’ muchos fabricantes se quedan en el tintero, al menos de entrada, aunque también hay fichajes estrella para la ocasión. Entre los concesionarios europeos desaparece -por ejemplo- Opel, con lo que este año no podré medir mis habilidades con el contrapunto digital de mi Corsa. Pero el debut de Porsche entre los emblemas alemanes no pasa desapercibido.
En cuestión de personalización, podremos pintar y editar el aspecto exterior de nuestros vehículos y nuestro avatar. El editor de ‘Gran Turismo Sport’ es bastante cómodo e intuitivo, permitiendo que editemos a base de capas y con poco esfuerzo la carrocería, el capó, el techo y prácticamente cualquier elemento exterior de los Turismos.
Para muestra, aquí tienes un ejemplo realizado en menos de dos minutos, con un generoso margen de mejora.
Ahora bien, nuestras opciones de personalización no van mucho más allá. Podremos cambiar las llantas o el tono de la pintura, pero no veremos alerones locos, parachoques estrafalarios o lucecitas de neón que brillen bajo nuestro bólido. De hecho, y como ya dijimos algo más arriba, ‘Gran Turismo Sport’ no será la entrega que introduzca los daños por colisiones en la saga.
Pero eso no quiere decir que no tengamos la posibilidad de personalizar el interior de nuestros vehículos, ya que antes de cada carrera podremos realizar los ajustes necesarios para que la experiencia al volante sea exactamente la que queremos: desde el tipo de neumático a la tracción, incluyendo variantes para los circuitos de carretera, tierra y derrapes, reflejándose los efectos de cada cambio en el margen izquierdo de la pantalla.
Sin embargo, más allá de Sport, el modo que más nos ha encandilado es el muy ambicioso modo fotografía, en el cual podremos inmortalizar los vehículos que vayamos adquiriendo o ganando en escenarios de todo tipo: desde exóticas localizaciones naturales hasta ambientes urbanos o rurales. Algunos con un toque folclórico, otros con un aspecto industrial y, en general, estampas en las que perderse con la mirada incluso sin ningún coche reclamando el protagonismo.
Este modo llamado Paisajes nos permite colocar los vehículos en fotografías estáticas, aunque se tienen en cuenta la luz, las sombras y los reflejos de modo que cada coche se integra por completo en la imagen sin retoques. Pero lo interesante es que podremos jugar con un enorme abanico de opciones antes de tirar la foto: desde los faros del coche al ajuste de apertura, distintos zooms, velocidad de obturación o el tipo de enfoque. Es más, podremos añadir efectos por capas, consiguiendo resultados fascinantes con muy poco esfuerzo.
Un detalle interesante es que, más allá de los escenarios incluidos, Polyphony Digital ha habilitado un pack totalmente gratuito con nueve gigas de localizaciones extra . Así, si no le vamos a dar salida a este modo no tendremos que ocupar más espacio del necesario en nuestra consola.
La opinión de VidaExtra: por qué el enfoque de Sport es el futuro de los juegos de conducción
‘Gran Turismo Sport’ es uno de los incuestionables caballos de batalla de la consola de Sony por varios motivos, sobre todo si tenemos en cuenta que ofrece la posibilidad de conducir con unas PlayStation VR deseosas de títulos contundentes dentro del modo arcade. Sin embargo, el regreso de la saga de conducción por antonomasia de la familia de consolas PlayStation era una deuda pendiente con los usuarios desde hace bastante tiempo, pese a ‘Driveclub’.
Tal y como dijimos al principio, el nuevo enfoque de esta entrega es el empujón que llevaba pidiendo a gritos un género que se estaba fragmentando entre ofrecer un sistema de juego más exigente o más accesible hacia el jugador, y en el que -para quien lo anterior tampoco le importara demasiado- el peso de la propuesta se acababa midiendo a través de su acabado visual.
En este sentido, ‘Gran Turismo Sport’ no nace para ser otro de esos juegos al que le vas a dedicar el tiempo que tardes en completar sus modos principales y revestir tu garaje, sino como una plataforma competitiva con su propio sistema de entrenamiento diario integrado: hacer un mínimo de kilómetros al día, eventos que sí repercuten en nuestra clasificación global y montones de recompensas que refuerzan ese componente de gratificación por nuestro tiempo empleado de una manera que no se había visto anteriormente en otros juegos de conducción.
Pero ‘Gran Turismo Sport’ tampoco es el juego de conducción perfecto y continúa apostando por su propia manera de entender los deportes de motor en lo jugable. Tras dos décadas al frente de la saga, Kazunori Yamauchi sigue afinando una fórmula cuyo objetivo es ofrecer la mejor y más realista experiencia al volante de los mejores coches, pero ahora la clave está en darle valor a la competición. En definitiva, que abordemos su propuesta con la misma pasión con la que abordaríamos cualquier disciplina deportiva.
El siguiente gran paso dentro del género de la conducción ya no está en el nivel de detalle de los vehículos y los circuitos, y el enfoque de ‘Gran Turismo Sport’ es un ejemplo que otros títulos de conducción deberían estudiar implantar tarde o temprano.
A favor
- El modo Sport
- El enfoque competitivo de la saga
- Las opciones del modo Paisajes son impresionantes
En contra
- A pesar del logro técnico, no termina de impresionar frente a otros juegos de conducción. ¿Todavía no se pueden deformar las carrocerías?
- Un sistema de juego demasiado continuista para quien no sea fan de la saga
- El hecho de no poder guardar nuestros progresos si no estamos conectados a internet es un error
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