Lo primero que me vino a la cabeza cuando salió a la luz ‘Far Cry Primal’ fue: “han aprovechado los elefantes del 4 y va a hacer una entrega descafeinada al más puro estilo ‘Blood Dragon’". Cuando se supo más sobre él y quedó claro que esto era un juego grande, lo que en un principio parecía hasta bien acabó torciéndose por completo.
Ideas recicladas para intentar rascar lo máximo posible antes de la siguiente entrega, pensaba, pero aunque sería de locos no reconocer que la jugada está ahí, porque además no la han escondido demasiado, lo cierto es que todo ese conjunto hace que ‘Far Cry Primal’ funcione, que funcione realmente bien, y al final eso es lo que importa.
Más Far Cry... ¿más de lo mismo?
Ubisoft ha conseguido hacer de la saga ‘Far Cry’ un género en sí mismo, un estilo de juegos en los que ya sabes qué te vas a encontrar y que puede casar o no contigo, pero si lo hace te presenta una cantidad de horas de diversión más que digna.
Aquí harás lo que llevas haciendo en las últimas entregas: utilizar el sigilo o la fuerza bruta para conquistar bases, aprovechar los recursos que te ofrece el escenario para mejorar personaje y accesorios y, en definitiva, crecer para que la evolución del protagonista te permita pasar por las misiones principales de su historia sin demasiados quebraderos de cabeza.
Lo hace, además, con una fórmula sólida, muy alejada de los problemas técnicos o apariciones de bugs que podríamos encontrar en la otra saga “sobreexplotada” de la compañía, ‘Assassin’s Creed’, ofreciendo así un paseo en el que lo único que debe preocuparte es divertirte y, por descontado, seguir teniendo ganas de explorar.
Ahí probablemente reside la gran baza de esta saga, en el buen hacer de sus creadores para plantarte en tus narices un mundo plagado de sorpresas y zonas a descubrir, para invitarte a seguir despejando la niebla del mapa y averiguar qué se esconde detrás de ese nuevo camino. Lo que durará la fórmula no lo podemos conocer, pero pese a tener ese miedo metido en el cuerpo no sería justo negarle a ‘Far Cry Primal’ la clásica frase de “si te gustó el anterior…”.
Shangri-la al cuadrado
Sé que todos estaríamos ahora mucho más entusiasmados con la idea de ‘Far Cry Primal’ si en vez de tejones y osos pudiésemos hablar de dinosaurios, pero ganas de ponernos los dientes largos a un lado, lo de sumar la idea de Shangri-la a la aventura principal de esta nueva edición es todo un acierto.
La doma de bestias es uno de esos añadidos a los que te acostumbras con facilidad, algo que echarás de menos si no se incluye en las siguientes entregas
Domar a las bestias de Oros, tan simple como conseguir la habilidad correspondiente a cada grupo y plantarte delante de ellos con un trozo de cebo en la mano, no sólo te permitirá tener un aliado para cuando las cosas se tuerzan o disfrutar de una moto con patas para cuando tengas que cubrir largas distancias, cada animal tiene sus propias características y, por lo tanto, te ofrece nuevas formas de encarar tu paso por el juego.
Están los felinos silenciosos que harán las delicias de aquellos que quieran capturar puestos con sigilo, las grandes bestias que te pondrán más fácil el entrar a matar en modo tanque y los cazadores que harán de la recolección de pieles para mejorar a tu personaje una tarea mucho más llevadera.
Consigue ser uno de esos añadidos a los que te acostumbras con demasiada facilidad, una de esas sorpresas que luego echarás de menos si en la siguiente entrega la posibilidad queda completamente descartada, y eso ya dice mucho del logro que supone su inclusión.
Con flechas, pero sin falta de contundencia
Otro de los grandes miedos que presentaba el viaje a la edad de hielo de ‘Far Cry Primal’ era la falta de armas de fuego, limitando nuestros ataques al combate a corta distancia, el sigilo con cuchillo y la larga distancia de arcos y flechas. Lo curioso es que la cosa podría quedarse ahí y ya funcionaría, pero lanzas, hondas y bombas cierran el círculo de una forma nada desdeñable.
La combinación de garrote y flechas me mantuvo apartado del resto de posibilidades hasta aproximadamente la mitad del juego, momento en el que las lanzas y las bombas tuvieron que salir a relucir para poder mantener el tipo contra jefes finales y situaciones que se descontrolaban.
¿Echas de menos un rifle de francotirador o una ametralladora con la que entrar a saco? Sí, pero más por el crafteo de munición al que te atan las armas de ‘Far Cry Primal’ que por falta de contundencia a la hora de atacar. Madera, rocas y otros objetos repartidos por el escenario nos servirán tanto para crear flechas como para tener un buen surtido de bombas de abejas con las que fastidiar a grandes grupos de enemigos, y cuando te quedes sin ellos te tocará las narices.
Tampoco demasiado, a lo máximo a lo que te obligará es a acostumbrarte a pasar normalmente por las bolsas de recursos de tus pisos francos para recoger materiales conseguidos por la tribu o, como último recurso, a pasear por los campamentos que estés atacando para revisar lo que llevaban encima los caídos y poder recuperar flechas y lanzas ensartadas.
Un buen aperitivo para esperar a Far Cry 5
Con todo sobre la mesa, probablemente lo que acaba siendo más flojo es el acercamiento a su historia, no porque haya falta de interés o porque los escenarios relativos a la campaña sean flojos (aquí siguen siendo unos cracks a la hora de dejarte con la boca abierta con según qué situaciones) sino porque su estructura por misiones aparentemente aisladas puede ser un poco caótica cuando quieres avanzar.
Para ser un juego que todos empezamos a mirar con desaprobación, el resultado es más que digno
Funciona al unirlo con la creación de tu poblado, donde se irán sumando secundarios a los que tendrás que acomodar creando mejores chozas para poder acceder a sus habilidades especiales, pero como suele ocurrir en los árboles de ‘Far Cry’, siempre hay un par de líneas de actuación muy claras en las que acaban cayendo todos tus puntos y, de rebote, otro puñado más que te servirá para ir mejorando el personaje en aspectos menos espectaculares.
Desde el punto de vista de alguien que disfruta como un enano cada vez que se encuentra un mapa de ‘Far Cry’ a descubrir, esos serían los dos únicos “pero” que le daría a un ‘Far Cry Primal’ con el que me lo he pasado realmente bien. Para ser un juego al que empecé a mirar con cara de desaprobación, no está nada mal.
A favor
- Un mundo enorme por explorar
- La doma de bestias es un gran añadido
- La cantidad de horas a la que podrás dedicarle si lo pillas con ganas
En contra
- Algún fallo puntual en la IA de enemigos
- El desarrollo de la historia puede ser un poco lento y caótico
- Que no ceda más margen a la innovación
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