A medio camino entre el hack’n slash y el roguelike nos encontramos con ‘Brut@l’, un juego que no acaba de encontrarse cómodo en ninguno de esos dos géneros y que, sin embargo, inevitablemente llama la atención por su estilo visual.
Inspirándose en el estilo del ‘Rogue’ original, ‘Brut@l’ se vale de la estética ASCII para crear un mundo de mazmorras 3D con un estilo único y muy impactante que le vale a Stormcloud Games para, como mínimo, llamar la atención de más de un fan con solera.
Un guiño a la época ASCII
Los guiños al género siguen a partir de ahí. Elegimos personaje y caemos en una mazmorra plagada de elementos y enemigos a destrozar en busca de objetos y experiencia. En vez de hacerlo por turnos o en modo point’n click lo hacemos a guantazo limpio en modo hack’n slash.
Tenemos la posiblidad de cubrirnos, atacar con combos y movimientos especiales, aprovechar elementos del escenario como el fuego o el hielo para girar la batalla a nuestro favor, desbloquear habilidades en un árbol, craftear armas y pociones…
Estos dos últimos puntos son sin duda los más curiosos del juego, obligándonos a buscar letras que acaben formando la espada que queremos o los carácteres que necesitamos para envenenar nuestras flechas y potenciar nuestros ataques a distancia.
Algo similar ocurre con las pociones, que requieren ciertos objetos para ser creadas pero desconocemos su utilidad hasta que las utilizamos con nuestro avatar o las lanzamos a un enemigo. En cada nueva iteración (como buen roguelike actual, aquí hay muerte permanente y los escenarios se generan de forma aleatoria) el uso de cada poción de color cambia, así que más te vale probarlas en los niveles superiores antes de seguir bajando y toparte con la realidad en el peor momento posible.
Las carencias de Brut@l
El problema con ‘Brut@l’ es que, más allá de lo aparentemente interesante de su propuesta, no ofrece mucho más que rascar. Descender 26 niveles con distintos personajes, en cooperativo o crear nuestras propias mazmorras en un editor son complementos que se agradecen pero que no consiguen vestir mejor las carencias de la propuesta.
Con un ritmo demasiado lento en cada inicio de las mazmorras y un puñado de sorpresas que empiezan a perder fuelle a partir de la segunda partida, no es complicado encontrar un roguelike en el mercado que consiga enganchar desde el primer momento y te tenga pegado a la pantalla durante horas, pero ‘Brut@l’ no entraría para mí en ese grupo.
Es una lástima que se quede un poco a medias en casi todo. El combate tiene su qué al poseer distintas armas y habilidades, pero más allá de la curiosidad que despiertan en las primeras partidas, no cuentan con profundidad necesaria para mantener el tipo y obligarte a seguir jugando para conocer y controlarlas mejor.
Por otro lado, la exploración no tarda en hacerse repetitiva y, superado el impacto visual inicial, la estética ASCII no ayuda a que eso mejore cuando ya empiezas a conocer la estructura de las salas y los objetos desperdigados por ella. Con todo sobre la mesa, el impacto, curiosidad y nostalgia que despierta ‘Brut@l’ se queda en un mero deseo de probarlo si algún día llega a PlayStation Plus o se pasea por Steam en medio de unas rebajas. No es necesariamente algo malo, pero tampoco
A favor
- Un aspecto visual único
- Muy rejugable
- Editor de niveles
En contra
- No tarda en hacerse demasiado repetitivo
- Su estilo visual puede resultar algo caótico
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