Cuando 'Abzû' fue presentado durante la conferencia de Sony en el E3 de 2014, lo primero que me vino a la mente de manera inevitable fue 'Journey', uno de mis juegos favoritos y una de las experiencias interactivas más emocionantes que hemos tenido la oportunidad de vivir. Con semejante referencia en mente, mi excitación ante la ópera prima de Giant Squid Studios no podía ser mayor.
No hizo falta investigar mucho para comprender las conexiones entre ambos títulos: tras este estudio novel se encuentra nada menos que Matt Nava, quien fuera director artístico de Thatgamecompany durante el desarrollo de 'Journey' y de otras genialidades como 'Flower'. Para más evidencia, otros nombres vinculados a esos dos juegos aparecían entre los responsables de este nuevo proyecto.
Será difícil que no consiga estimular al menos mínimamente a cualquier jugador que decida acercarse a él con la mente lo suficientemente abierta
Hablamos de obras capaces de elevar los videojuegos por encima de lo habitual, de presentar sin ningún pudor unas claras aspiraciones artísticas. Es cierto que en ese afán distintivo se pierden muchas de la señas de identidad habituales del formato y se modifican de manera dramática otras tantas, lo que hará de propuestas así platos no del gusto de muchos, pero ninguna obra verdaderamente ambiciosa puede esperar llegar a contentar a todo el mundo.
Está claro que 'Abzû' no gustará a todo el mundo, del mismo modo que sucedió con 'Journey', pero será difícil que no consiga estimular al menos mínimamente a cualquier jugador que decida acercarse a él con la mente lo suficientemente abierta. Y a poder ser, sin estar muerto por dentro, que eso también ayuda.
La belleza del fondo marino
Es obvio que estamos ante uno de esos juegos que entran por la vista desde el primer momento, y en el que un extremadamente cuidado apartado artístico se convierte en una de las principales causas para justificar su compra. Y ya os puedo decir yo que en ese sentido 'Abzû' no decepciona lo más mínimo.
No exagero ni un ápice si os digo que estamos ante uno de los juegos más bonitos jamás creados, capaz de mantenernos boquiabiertos con su exquisita presentación del fondo marino, sencillo en apariencia, pero tremendamente trabajado cuando entramos en detalle. Cada una de las criaturas que nadaran a nuestro alrededor, cada detalle del lecho oceánico y cada construcción que encontremos en él demostrarán verdadero amor en su creación.
No exagero ni un ápice si os digo que estamos ante uno de los juegos más bonitos jamás creados
Tan pronto nos veremos sorteando la vegetación de un denso bosque de algas, como buscando el camino por antiguos palacios de profusa estética inspirada en la arquitectura islámica o rompiendo la uniforme belleza del enorme remolino giratorio de un banco de peces. Y según avance el juego, ciertos toques de ciencia ficción que darán base a su sencillo argumento sin narración verbal aumentarán aún más la variedad visual de este espectáculo constante.
Como marco para toda la experiencia tenemos la perfecta compañía de la banda sonora de Austin Wintory, otro de los nombres inevitablemente vinculados a 'Journey', y que fuerza aún más los paralelismos entre ambos juegos. Como ocurría en aquella épica odisea por el desierto, la música en nuestro viaje submarino oscilará entre la discreta compañía de los momentos más relajados y la potencia orquestal de las fases más emocionantes. La alianza entre imagen y sonido vuelve a ser majestuosa en este caso.
Una experiencia para dejarse llevar
Como ocurría en 'Journey', la exorbitante belleza de su diseño no persigue simples fines plásticos, sino que es también parte fundamental de la experiencia de juego que se plantea. De esta forma, el juego buscará mostrar la menor cantidad de información artificial en pantalla (solo unas indicaciones mínimas sobre los botones a usar al principio), y dejará que el escenario actúe de narrador para que sepamos, sin palabras ni indicaciones explícitas, cuál es el siguiente paso a dar.
Que decidamos seguir directamente esas sutiles indicaciones o que prefiramos vagar libremente por sus amplios escenarios marinos ya será cosa nuestra. De hecho, aunque se trata de un juego muy corto, tanto como para poder completarlo en una sola sesión de una tarde, la verdadera magia reside en poder pasar horas nadando y descubriendo cada una de sus maravillas.
La exorbitante belleza de su diseño no persigue simples fines plásticos, sino que es también parte fundamental de la experiencia de juego que se plantea
Por ejemplo, el juego nos permitirá identificar a cada una de las especies que veremos nadando a nuestro alrededor, con logros incluidos cuando lleguemos a interactuar con las más singulares. Y además de seguir el sencillo camino recto que se nos presenta, podremos ir más allá liberando especies nuevas para que se unan a la fiesta subacuática, lo cual servirá también de excusa para jugarlo de nuevo hasta completarlo totalmente.
Toda esta idea se perdería de no contar con unas mecánicas de control apropiadas, algo que, como históricamente ha quedado demostrado, se hace muy difícil para los diseñadores cuando intentan presentar fases de juego submarino. Afortunadamente, 'Abzû' también brilla en ese sentido, con un control tan sencillo, intuitivo y fluido, que nadar por su fondo marino se convierte en una experiencia tremendamente gratificante. Todos los desarrolladores que intenten configurar controles para nadar en el futuro deberían tomar muy buena nota.
Lo que no encontrarás en Abzû
'Abzû' es una hermosa experiencia dispuesta a estimular nuestros sentidos de manera constante, pero lo hace a costa de ciertos sacrificios en lo referente al puro juego. La propuesta de Giant Squid Studios ofrece un desafío mínimo, con unos pocos puzzles muy fáciles de resolver y amenazas que no son tales cuando somos conscientes de que realmente no podemos llegar a morir.
Habrá también momentos puntuales en los que nuestra libertad para deambular será mínima y el juego se dedique a funcionar sobre raíles, durante los cuales bien podremos soltar el mando y dedicarnos a disfrutar del espectáculo en pantalla. Sí, son situaciones más cercanas al salvapantallas que al videojuego tradicional, pero ya digo que son puntuales y compensadas por la arrolladora belleza en ebullición.
La propuesta de Giant Squid Studios ofrece un desafío mínimo, con unos pocos puzzles muy fáciles de resolver y amenazas que no son tales
Como antes comentaba, se trata de un título bastante corto, y aunque hay excusas para volver a él para terminar de desentrañar todos sus secretos, o simplemente para gozar recorriendo hasta el último rincón, sería iluso esperar de él un juego con el que estar entretenido mucho tiempo. Eso sí, como sucedió con 'Journey', podéis tener por seguro que su recuerdo os acompañará y seguirá emocionando durante mucho tiempo.
Llegados a este punto, creo que es importante señalar que con respecto a lo ofrecido en la aventura de Thatgamecompany para PlayStation 3 se pierde el componente de multijugador online atípico, gracias al cual nos cruzábamos e interactuábamos con extraños cuyos nombres solo descubríamos en los créditos finales. Eso sí, a cambio 'Abzû' nos entrega un mundo mucho más vivo y repleto de criaturas con las que interactuar.
La opinión de VidaExtra
Si 'Journey' nunca hubiera existido, no tendría problema alguno en etiquetar a 'Abzû' de imprescindible absoluto. Hasta la forma de narrar su historia mediante grabados es exactamente igual, e incluso transmite un mensaje muy similar, mezclando antiguas civilizaciones y poderes ocultos, aunque añadiendo en esta ocasión un indisimulado mensaje de defensa a la naturaleza frente a la industrialización desmesurada que, por momentos, recuerda mucho a las películas del maestro Hayao Miyazaki.
Abzû logrará tocar el corazón de quienes se acerquen a él y permanecerá en el recuerdo durante mucho tiempo
Más allá de sus carencias como juego puro y duro, algo que en absoluto busca ser, tenemos que agradecer la suerte de tener a gente como Matt Nava apostando por crear experiencias así de únicas, emotivas y capaces de ir más allá de lo establecido. 'Abzû' es un juego pequeño, sencillo, con sus carencias, pero que logrará tocar el corazón de quienes se acerquen a él y permanecerá en el recuerdo durante mucho tiempo.
A favor
- Cada instante es una postal
- Control sencillo y exquisito
- La banda sonora de Austin Wintory
En contra
- Se puede completar en una tarde
- El desafío que plantea es mínimo
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