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Análisis de A Gummy's Life, donde las dulces batallas están pasadas por azúcar, pero terminan dejando un regusto amargo

En la biblioteca de todo jugador siempre debe haber una buena variedad de obras. Por supuesto, el espacio a nuestros géneros favoritos es totalmente innegociable, pero hay que tener en cuenta una situación muy común: jugar con amigos.

Abogando por esa partida que te vas a echar con tus colegas entre risas, algún que otro pique y la posible rotura de amistad, llega A Gummy's Life a consolas tras haber debutado en PC en 2018. La obra de EP Games desembarca llena de azúcar para llenar ese hueco en la vida videojueguil y, aunque los mamporros dulces saben muy bien, ha sido imposible no quedarse con un sabor agridulce.

Hondonada de guantazos caramelizados

Basta con echarle un primer vistazo a A Gummy's Life para tener clara la referencia en la que se apoya. Gang Beasts, el título creado por Double Fine ha sido un faro en el que apoyarse y se nota de principio a fin en todas las partidas. La propuesta principal es la de un multijugador, tanto local como online, en el que enfurecidas gominolas comenzarán a liarse a golpes, con una especial atención a las físicas de los personajes y el escenario.

¿Recuerdas cuando de pequeño (y no tan pequeño) acudías al kiosko de la esquina a dejarte la paga en chucherías? Pues ahora todos esos recuerdos que pasaron por tu boca están aquí, entre los que encontramos clásicos como el regaliz, el tiburón, la sandía, el melón o un oso que no parece del todo amigable.

Entre una variedad de ellos habrá que escoger para saltar al campo de batalla y así alzarnos como el vencedor sacando del escenario al resto de contrincantes. Los controles son sencillos de ejecutar, lo que aumenta su componente casual para aquellos que no estén tan acostumbrados a sujetar un mando.

Golpes de izquierda y derecha son recursos habituales durante las contiendas, aunque también podremos sacudir patadas o cabezazos bien a gusto. Debido a que hay arrojar fuera a los rivales, los mismos botones de puñetazos actúan para agarrar lo que queramos, aunque tendremos que ser rápidos a la hora de hacerlo, ya que la inconsciencia del contrario es bastante limitada.

Un toque picante es la posibilidad de realizar mofas y burlas muy reconocidas, para incentivar más la confrontación. Además, si corremos y ejecutamos acciones como patadas, nos deslizaremos por el suelo pudiendo derribar rivales. Con todo, existe incomodidad en la respuesta a los botones, ya que movimientos como saltar presentan un input lag que entorpece, en ocasiones, lo que teníamos en mente y en el peor de los casos significa nuestra eliminación.

Escoge la batalla más dulce

Al igual que sucede con Gang Beasts, el auténtico secreto de la fórmula no reside en los personajes, sino en los escenarios. Son muchos los que presenta A Gummy's Life, contando hasta 19 en total, de una variedad muy rica. Tenemos desde un clásico ring, pasando por un campo de fútbol, un panal de abejas, un reloj gigantesco, un teclado de piano o una pista de coches de choque.

Es en este abanico de opciones donde A Gummy's Life se luce, ya que todos los campos de pelea son realmente entretenidos. Porque no sirven únicamente como decorados para que se vean más bonitas las partidas, sino que tienen un rol activo y determinante. Si bien hay algunas que, efectivamente, no tienen un peso tan importante en este sentido, en la mayoría sí que nos encontramos en situaciones como tener que esquivar rocas para que no nos aplasten o asegurarnos de que nos mantenemos vivos mientras las plataformas a nuestro alrededor no paran de caer.

De esta forma, se puede decantar la balanza para un lado u otro mientras te están agarrando y una bala de cañón deja por los suelos a ese caramelo tan travieso. Incluso puede suceder que el algodón de azúcar nos alcance tan rápido que terminemos ahogados en su dulzura.

Por otro lado, podemos configurar las partidas completamente a nuestro gusto. Todos contra todos, por equipos, patata caliente o un rey de la colina en el que tendremos que acumular cinco nubes para ganar. Cada uno de ellos se puede ajustar en apartados como el número de partidas a jugar, la cantidad de bots, su IA o si queremos muerte súbita, además de escoger qué mapas queremos que entren en la rotación.

Disfrázate en la batalla

En A Gummy's Life no basta con escoger a la gominola más mona, porque puede suponer nuestro fin. Cada uno de los personajes cuenta con diferentes estadísticas, ya sea que el ataque es más fuerte, tenemos más resistencia a los golpes o sencillamente contamos con más vida hasta caer noqueados.

Este último apartado es fundamental, porque a pocos golpes te verás besando la lona y siendo arrojado al vacío. Eso sí, una buena cantidad de jugos y líquidos habrán salpicado el escenario previamente, a falta de poner litros de sangre.

Con todo, hay que presentarse a la gresca con una apariencia adecuada y podremos hacerlo variando el color de la gominola, poniéndole sombreros o gafas, para hacerla única. Sin embargo, aquí es donde patina claramente A Gummy's Life. La obtención de los elementos cosméticos depende única y exclusivamente de las partidas online que realicemos, lo cual desemboca en otro problema.

He probado el título antes de su lanzamiento, por lo que me ha sido imposible encontrar a nadie para poder jugar alguna partida. La suerte del título en este aspecto dependerá del buen hacer del modo multijugador. A pesar de ello, cuenta con cross-play entre plataformas, para aunar las comunidades.

Por otro lado, A Gummy's Life rinde bien a nivel visual y técnicamente no he sufrido ningún bajón de fotogramas. Eso sí, el juego no ha llegado a crashear y cerrarse, pero sí que ha mostrado pantallas en negro en varias ocasiones, obligando a reiniciarlo. La cámara también muestra algún problema, escogiendo planos no del todo adecuados para seguir la acción, a lo que hay que añadir que a veces está muy alejada o rota de forma continua.

La opinión de VidaExtra

A Gummy's Life es uno de esos party games que debes tener como recurso para las reuniones familiares y entre amigos. Su dulzura es lo suficientemente consistente como para poder disfrutar de partidas casuales y gracias al uso de sus físicas, ofrece una experiencia divertida.

Con todo, haber ligado la obtención de cosméticos al apartado multijugador le termina por lastrar. Además, la navegación por los menús podría ser francamente mejorable, más allá de los problemas técnicos. Sus variados mapas son la principal baza para sostenerse frente a otros rivales de corte similar.

A Gummy's Life

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