El pasado viernes finiquité, por fin, 'The Order 1886'. Esto a muchos os dará igual, o incluso os sorprenderá a estas alturas, habiendo salido hace algo más de un año (el 20 de febrero de 2015, en concreto). Máxime teniendo en cuenta que fui uno de los que lo compró de salida. ¿A qué se debe tanta tardanza?
A diversos factores, pero principalmente a dos: que me ha parecido un coñazo, por lo que me daba mucha pereza avanzar para completarlo, y porque durante todo este tiempo tuve que sufrir uno de los errores que Sony sigue sin dignarse a corregir, lo que acrecentó mi pereza. Por suerte ya me lo he quitado de encima.
Sobre el papel, 'The Order 1886' lo tenía todo para gustarme. Su lograda ambientación, algunas armas de fantasía, y nombres propios como Nikola Tesla o Jack el Destripador, e incluso referencias a los Caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo, entre otros aspectos, todo dentro de una visión alternativa de Londres en aquella época. Pero lamentablemente no se supo contar bien.
Y es una pena, porque tenía mucho potencial y su final es completamente abierto, dando a entender que habría una secuela. Y lo decimos de manera condicional, puesto que no es seguro que la vaya a haber. Aunque en lo personal, tengo una corazonada de que, tal vez, se pueda presentar en el E3 2016. Eso sí, a cargo de otro estudio, y con un lanzamiento que no se produciría hasta 2018.
Meras suposiciones, claro, pero de confirmarse, esto es lo que debería corregir el hipotético 'The Order 1887' para honrar el nombre de Sir Galahad y los suyos.
Evitar los capítulos que son sólo cinemáticas
Que de 16 capítulos, casi un tercio sean única y exclusivamente de cinemáticas, dice mucho de una de las peores decisiones a nivel de diseño por parte de Ready at Dawn y SCE Santa Monica Studio. Por lo general, no me desagradan esas escenas si se hacen bien (y no le meten QTE), como en 'Quantum Break', un juego que siempre tuvo claro lo que iba a ser desde un principio (juego más serie), por lo que no ha engañado al jugador en ningún momento. Sabíamos a lo que íbamos.
La duración, además, me da igual, siempre y cuando no cuente con relleno. En este sentido, comparto lo dicho por mi compañero Álex en su momento. El problema es cómo lo cuenta 'The Order 1886', porque se me ha hecho muy pesada su historia y tampoco he llegado a sentir empatía hacia sus personajes.
Las partes de sigilo y el sistema de coberturas
El peor tramo de esta historia protagonizada por Sir Galahad fue, sin duda, la parte de sigilo cerca del tramo final. No fue la única, pero sí en donde quedaron más patentes las carencias de esta aventura: el sistema de coberturas flojea hasta el absurdo, con momentos en los que volveremos a ponernos en cobertura aunque no queramos o en donde nos costará salir de la zona de protección.
Mientras que el sigilo en sí resulta hasta cómico por lo absurdo que puede llegar a ser. Esa idea de fallar un QTE y que el enemigo nos sorprenda, sin tiempo a reaccionar, y que nos mate al instante, no mola nada. Y menos cuando descubren a Sir Galahad por cualquier tontería. ¿Por qué no permitir el pasar a la acción una vez descubiertos? Suerte que tras un par de intentos pasé esa zona tan tediosa.
Nada de repetir escenas, por favor. Y menos al final
Aunque si hay un aspecto en donde más palos se ha llevado, es en el hecho de repetir ciertas escenas, tanto en forma de revisitar zonas por donde ya habíamos pasado, como repetir cierto jefe. Y peor aún, con el mismo patrón de Quick-Time Events que tanto aborrezco. No hubo traca final, sino un déjà vu insulso.
También he echado en falta un arsenal más variado, con más armas que aprovechasen la avanzada tecnología de Tesla. Y también para los enemigos, cuyo uso es puntual a lo largo de la aventura. En este sentido, tampoco supone un reto.
Al menos su hipotética secuela, 'The Order 1887' (el nombre más lógico teniendo en cuenta cuándo acaba y cómo acaba el primero), lo tiene más fácil de entrada.
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