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Cuando George Lucas confirmó que rodaría tres películas más sobre ‘Star Wars’, muchos se llevaron las manos a la cabeza. Cuando salieron del cine, después de pagar y ver ‘La Amenaza Fantasma’, la mitad de los que se llevaron las manos a la cabeza alquilaron un revólver y se volaron la tapa de los sesos. La otra mitad se paso al lado Oscuro.
Y es que a los mitos mejor dejarlos como están, ya que se corre el riesgo de dilapidar todos los buenos recuerdos que nos produjeron en su época y sustituirlos por ganas homicidas de matar.
Eso podría haberle pasado a la franquicia de ‘Street Fighter’ cuando se anunció el desarrollo de un nuevo título en 3D. Muchos se llevaron las manos a la cabeza, rezaron un Zangief nuestro que estás en los cielos y desearon que el espíritu original del juego no se mancillase. Ahora, con una copia entre las manos, podemos afirmarlo. ‘Street Fighter IV’ es una auténtica maravilla.
Y para este análisis en concreto estoy dispuesto a saltarme las rígidas secciones sobre las que normalmente giro, para hablar de sensaciones.
Por que señores, ‘Street Fighter IV’ es pura sensación. La sensación de volver a la década anterior y repartir patadas giratorias con el Rey de las recreativas.
Desde el primer momento, cuando vemos la intro, sabemos que el juego ha sido tratado con mimo, mucho mimo. Los primeros compases del tema ‘The Next Door’, de la banda japonesa Exile, acompañan de manera magistral a una introducción que de una manera muy pictórica nos presenta a los luchadores.
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Por supuesto que la palma se la lleva Ryu, pero qué demonios, es el personaje más recordado de la franquicia y se lo merece. En esta cuarta parte llega con ganas de demostrarse a sí mismo que es el mejor luchador de todos, y amén de que lo conseguirá.
Pero no nos centremos en el argumento, que además de no importar suele brillar por la falta de originalidad, y hagámoslo en la delicia visual que el juego nos presenta.
Todo el recelo que en su momento pudimos sentir al pensar en una nueva versión 3D de ‘Street Fighter’ desaparece por completo al verlo en movimiento.
Unos personajes detalladísimos, con una texturización que busca recordar al dibujo en acuarelas y un tratamiento plástico y visual que, simplemente, se encarga de traducir y potenciar lo que se nos ofrecía en 2D.
A saber, los combates seguirán siendo en dos dimensiones, olvidad la milonga de girar o cambiar de nivel de profundidad, en ‘Street Fighter IV’ las cosas se arreglan cara a cara, como los valientes. En otras palabras, adelante o atrás, no hay más escapatoria.
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Eso sí, hay algo que se merece un punto y aparte, las animaciones faciales. Fielmente basadas en los sprites originales del juego, será algo muy curioso rememorar el careto desfigurado de Blanca al recibir una buena galleta o los ojos de Ryu al sentir como un duro golpe en la boca del estómago.
Eso sí, todo ese despliegue visual encargado de agradar a los que llegan nuevos a la franquicia y quieren poderío estético, y a los más “mayores” que viven con el recuerdo de ‘Street Fighter II’ pegado en la retina, no podría sostener al juego si la jugabilidad no fuese excelente.
Y, sorpresa, lo es. Parecerá que volvemos a empuñar un mando de Super Nintendo o de MegaDrive, pero mejorado. Tres niveles de puñetazo, tres de patada, cruceta direccional y una buena dosis de ataques especiales, como los viejos tiempos.
El título responde perfectamente bien y es curioso comprobar cómo hemos cambiado, que el tiempo pasa y que nos han acostumbrado a otro tipo de combate.
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Permitid que incluya un ejemplo personal para mostrarlo.
Al poco de conseguir la copia del título, comencé a jugar partidas con un amigo de toda la vida. El mismo con el que nos partíamos la cara todas las tardes después del colegio en combates épicos entre Mr. Bison y Ryu.
Su primera sensación no fue nada positiva. Sí, el juego se ve bien, es muy atractivo pero es injugable. Mi respuesta estaba al caer, ¿injugable?, si se juega exactamente igual al título que adorabas hace años. ¿No será que lo estás jugando al estilo ‘Tekken’ o derivados?
Efectivamente, era eso. En ‘Street Fighter IV’, (al igual que en toda su franquicia) se rompe la tradición milenaria de incorporar doscientosmil movimientos a los personajes y que vayan saliendo de forma casi aleatoria mientras pulsamos los botones. Es una forma de hablar, entendedme.
¿Pero, para qué demonios necesitamos a 250 animaciones de golpe distinto para cada personaje?. Mi recomendación pasó por re-enseñarle a jugar, tal y como hice en su momento, y refrescarle las ideas claves.
Olvídate de los combos larguísimos y las pulsaciones infinitas de botones, aquí trabajamos con ‘Media Luna y todas sus posiciones’ (un concepto típico de la franquicia), puñetazos y patadas. No hay más, olvídate de defensas, contra defensas, esquives y concatenaciones de 50 golpes.
El tipo de combate que nos propone ‘Street Fighter’ es mucho más rudo que todo eso, y por supuesto, mucho más divertido.
Cuando los recuerdos volvieron poco a poco y en forma de goteo a la memoria de mi amigo, su Ryu empezó a hacer Hadookens, Mr.Bison empezó a girar sobre sí mismo y Vega realizó su ataque Barcelona. Como si no hubiese pasado el tiempo, dos críos de 12 años disfrutando como enanos delante de una tele y jugando al ‘Street Fighter’ de toda la vida. Eso es impagable.
Podría explicar algunos modos de juego, pero eso lo sabéis de sobra. Ya sabemos que tiene multiplayer para partirnos la cara con algún otro usuario, tiene galerías de fotos que vas destapando, modo historia, modo dos jugadores y alguna sorpresita más.
Pero lo más importante es que ‘Street Fighter IV’ saca a la saga de su particular encierro y lo hace por la puerta grande. Los nuevos, dadle una oportunidad a un combate, que pese a ser más sencillo que otros títulos contemporáneos no carece de prondidad.
Los otros, ya os lo estáis comprando. Llamad a ese amigo que compartía horas con vosotros, sentados ante la tele de la habitación al ritmo que marcaban los “Final Uppercut” y disfrutad. Esto no son los años ochenta, pero si os descuidáis podéis acabar pensando que tenéis trece años, que vuestra consola es una recreativa de Bar y que mañana toca examen de mates.
El tiempo pasado siempre fue mejor… aunque con obras como estas uno se pregunta si es cierto.
Ficha Técnica: Street Fighter IV
Cuando George Lucas confirmó que rodaría tres películas más sobre ‘Star Wars’, muchos se llevaron las manos a la cabeza. Cuando salieron del cine, después de pagar y ver ‘La Amenaza Fantasma’, la mitad de los que se llevaron las manos a la cabeza alquilaron un revólver y se volaron la tapa de los sesos. La otra mitad se paso al lado Oscuro.
Y es que a los mitos mejor dejarlos como están, ya que se corre el riesgo de dilapidar todos los buenos recuerdos que nos produjeron en su época y sustituirlos por ganas homicidas de matar.
Eso podría haberle pasado a la franquicia de ‘Street Fighter’ cuando se anunció el desarrollo de un nuevo título en 3D. Muchos se llevaron las manos a la cabeza, rezaron un Zangief nuestro que estás en los cielos y desearon que el espíritu original del juego no se mancillase. Ahora, con una copia entre las manos, podemos afirmarlo. ‘Street Fighter IV’ es una auténtica maravilla.
Y para este análisis en concreto estoy dispuesto a saltarme las rígidas secciones sobre las que normalmente giro, para hablar de sensaciones.
Por que señores, ‘Street Fighter IV’ es pura sensación. La sensación de volver a la década anterior y repartir patadas giratorias con el Rey de las recreativas.
Desde el primer momento, cuando vemos la intro, sabemos que el juego ha sido tratado con mimo, mucho mimo. Los primeros compases del tema ‘The Next Door’, de la banda japonesa Exile, acompañan de manera magistral a una introducción que de una manera muy pictórica nos presenta a los luchadores.
Por supuesto que la palma se la lleva Ryu, pero qué demonios, es el personaje más recordado de la franquicia y se lo merece. En esta cuarta parte llega con ganas de demostrarse a sí mismo que es el mejor luchador de todos, y amén de que lo conseguirá.
Pero no nos centremos en el argumento, que además de no importar suele brillar por la falta de originalidad, y hagámoslo en la delicia visual que el juego nos presenta.
Todo el recelo que en su momento pudimos sentir al pensar en una nueva versión 3D de ‘Street Fighter’ desaparece por completo al verlo en movimiento.
Unos personajes detalladísimos, con una texturización que busca recordar al dibujo en acuarelas y un tratamiento plástico y visual que, simplemente, se encarga de traducir y potenciar lo que se nos ofrecía en 2D.
A saber, los combates seguirán siendo en dos dimensiones, olvidad la milonga de girar o cambiar de nivel de profundidad, en ‘Street Fighter IV’ las cosas se arreglan cara a cara, como los valientes. En otras palabras, adelante o atrás, no hay más escapatoria.
Eso sí, hay algo que se merece un punto y aparte, las animaciones faciales. Fielmente basadas en los sprites originales del juego, será algo muy curioso rememorar el careto desfigurado de Blanca al recibir una buena galleta o los ojos de Ryu al sentir como un duro golpe en la boca del estómago.
Eso sí, todo ese despliegue visual encargado de agradar a los que llegan nuevos a la franquicia y quieren poderío estético, y a los más “mayores” que viven con el recuerdo de ‘Street Fighter II’ pegado en la retina, no podría sostener al juego si la jugabilidad no fuese excelente.
Y, sorpresa, lo es. Parecerá que volvemos a empuñar un mando de Super Nintendo o de MegaDrive, pero mejorado. Tres niveles de puñetazo, tres de patada, cruceta direccional y una buena dosis de ataques especiales, como los viejos tiempos.
El título responde perfectamente bien y es curioso comprobar cómo hemos cambiado, que el tiempo pasa y que nos han acostumbrado a otro tipo de combate.
Permitid que incluya un ejemplo personal para mostrarlo.
Al poco de conseguir la copia del título, comencé a jugar partidas con un amigo de toda la vida. El mismo con el que nos partíamos la cara todas las tardes después del colegio en combates épicos entre Mr. Bison y Ryu.
Su primera sensación no fue nada positiva. Sí, el juego se ve bien, es muy atractivo pero es injugable. Mi respuesta estaba al caer, ¿injugable?, si se juega exactamente igual al título que adorabas hace años. ¿No será que lo estás jugando al estilo ‘Tekken’ o derivados?
Efectivamente, era eso. En ‘Street Fighter IV’, (al igual que en toda su franquicia) se rompe la tradición milenaria de incorporar doscientosmil movimientos a los personajes y que vayan saliendo de forma casi aleatoria mientras pulsamos los botones. Es una forma de hablar, entendedme.
¿Pero, para qué demonios necesitamos a 250 animaciones de golpe distinto para cada personaje?. Mi recomendación pasó por re-enseñarle a jugar, tal y como hice en su momento, y refrescarle las ideas claves.
Olvídate de los combos larguísimos y las pulsaciones infinitas de botones, aquí trabajamos con ‘Media Luna y todas sus posiciones’ (un concepto típico de la franquicia), puñetazos y patadas. No hay más, olvídate de defensas, contra defensas, esquives y concatenaciones de 50 golpes.
El tipo de combate que nos propone ‘Street Fighter’ es mucho más rudo que todo eso, y por supuesto, mucho más divertido.
Cuando los recuerdos volvieron poco a poco y en forma de goteo a la memoria de mi amigo, su Ryu empezó a hacer Hadookens, Mr.Bison empezó a girar sobre sí mismo y Vega realizó su ataque Barcelona. Como si no hubiese pasado el tiempo, dos críos de 12 años disfrutando como enanos delante de una tele y jugando al ‘Street Fighter’ de toda la vida. Eso es impagable.
Podría explicar algunos modos de juego, pero eso lo sabéis de sobra. Ya sabemos que tiene multiplayer para partirnos la cara con algún otro usuario, tiene galerías de fotos que vas destapando, modo historia, modo dos jugadores y alguna sorpresita más.
Pero lo más importante es que ‘Street Fighter IV’ saca a la saga de su particular encierro y lo hace por la puerta grande. Los nuevos, dadle una oportunidad a un combate, que pese a ser más sencillo que otros títulos contemporáneos no carece de prondidad.
Los otros, ya os lo estáis comprando. Llamad a ese amigo que compartía horas con vosotros, sentados ante la tele de la habitación al ritmo que marcaban los “Final Uppercut” y disfrutad. Esto no son los años ochenta, pero si os descuidáis podéis acabar pensando que tenéis trece años, que vuestra consola es una recreativa de Bar y que mañana toca examen de mates.
El tiempo pasado siempre fue mejor… aunque con obras como estas uno se pregunta si es cierto.
Ficha Técnica: Street Fighter IV
- Plataformas: PS3 (versión analizada) y Xbox 360
- Distribuidor: Capcom
- Estudio: Capcom
- Lanzamiento: Ya disponible
- Precio: 52,90 €
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-
Plataformas: PS3 (versión analizada) y Xbox 360
-
Distribuidor: Capcom
-
Estudio: Capcom
-
Lanzamiento: Ya disponible
-
Precio: 52,90 ?
Vídeo | YouTube
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