Durante mis vacaciones de verano, que lejos quedan ya, los ratos en los que he estado en casa y he encendido una consola con la intención de echar unas partidas ha sido la Wii U. Y todo para darle al ‘Splatoon’. El shooter de Nintendo huye de balazos, conflictos bélicos y rudos soldados para darle al género mucho más que un simple toque de color y ha logrado convertirse no solo en uno de los títulos más refrescantes del catálogo de esta consola, sino quizás en uno de los mejores. A secas.
Lanzado a finales de mayo y con una estrategia en cuanto a contenidos adicionales de lo más extraña, ‘Splatoon’ se ha convertido con el paso de los meses y las actualizaciones en un juego más robusto y, sobre todo, mucho más variado y divertido. Gran parte de culpa la tiene la gran actualización que recibió el juego a principios de agosto, la cual ha venido a solucionar algunas cosas (esos constantes fallos de conexión) y a añadir otras cuantas (modos, mapas, armas y otras cosas chulas).
Cuando los DLC vienen incluidos en el disco. Otra vez
Cuando digo que la estrategia en cuanto al lanzamiento de contenidos adicionales que Nintendo está llevando a cabo con ‘Splatoon’ es de lo más extraña me refiero a varias cosas. La primera de ellas es que la compañía eligió incluir todos estos DLC en el disco para darnos acceso a ellos de forma paulatina. No es una táctica nueva. Es más, siempre nos ha parecido una forma engañosa de tratar a los jugadores. En este caso, por suerte para todos, la compañía ha tenido la gentileza de no cobrar ni un solo euro al darnos acceso a ellos mediante actualizaciones.
Pero no solo eso: los escasos contenidos disponibles el día de lanzamiento lograron que el juego luciera como un producto inacabado. ¿Solamente cinco mapas en los modos multijugador cuando lo normal en el género es disponer del doble, si no más, desde el primer día? La campaña es divertida y está repleta de detalles que rebosan imaginación, pero donde verdaderamente está la chicha de ‘Splatoon’ es en el multijugador. Y nació cojo, muy cojo.
En estos momentos, tres meses después de su salida, ‘Splatoon’ es distinto. Es mejor. Tiene más mapas, más armas y más de todo. Y me gustaría recalcar algo sobre las armas: la cantidad de pistolas, ametralladoras y demás artilugios chiflados es abrumadora. Lo mejor es que todas y cada una de estas armas tienen sus propias características y un estilo de juego concreto que hay que dominar (o no, pero lo ideal es que sí). Puedes ser fan del rodillo, de los pinceles o de la Zap, pero uses lo que uses vas a tener que amoldarte a unos tiempos concretos que te harán jugar de formas muy distintas en un mismo modo y mapa.
Un juego sobresaliente no exento de decisiones inexplicables
Es un gustazo darse un paseo por la plaza y ver lo que el resto de jugadores lleva puesto. O los mensajes que algunos dejan a través del Miiverse. No sé muy explicar por qué, pero a uno le embarga una sensación especial al entrar en 'Splatoon'. ¿Quizás la sensación de comunidad? ¿De formar parte de un grupo de gente amable con un especial gusto por pintar suelos de colores chillones? ¿De un lugar en el que ir a pasarlo bien y alejarse de las típicas bravuconerías y gritos de los shooters de siempre? Probablemente sea todo eso y más.
Me gusta ver qué han decidido usar los otros jugadores y encargar los ropajes que más me molan. Son caros, pero a veces vale la pena esquivar la tienda y ver qué hay por ahí. El hecho de que cada ítem (gorra, zapatillas, camiseta) tenga asociadas una serie de ventajas puede ser a veces algo extraño, de acuerdo, pero en general considero que no son tan importantes como para dejar de lado un casco con un diseño genial por una gorra fea solamente porque esta última me permita desplazarme un poco más rápido en forma de calamar. O quizás sí. Hay para todos los gustos. Mi personaje tiene que ser rompedor. Y actualmente lo llevo con una máscara antigás la mar de guapa y unas buenas bambas rojas.
Lo que no acabo de entender, con lo muchísimo que me gusta el juego, es que en el competitivo no se pueda cambiar el armamento en medio de una partida o entre partidas. La única forma de hacerlo es saliendo al vestíbulo. Es más extraño todavía desde la actualización de agosto, ya que el nuevo modo para jugar con amigos sí permite hacer esto. Sin duda es un punto a revisar.
Otro cambio que haría sería meter todos los mapas disponibles en la rotación. En estos momentos sólo hay dos mapas posibles por partida y únicamente cambian a ciertas horas del día. Reconozco que no me canso de ellos con facilidad por muy aprendidos que los tenga, señal de que Nintendo ha hecho un trabajo de diseño envidiable, pero sigo pensando que al darle variedad metiéndolos todos de forma aleatoria en cada matchmaking saldríamos ganando.
Tenemos Splatoon para rato
El pasado mes de junio ‘Splatoon’ superó el millón de copias vendidas en todo el mundo, sólo un mes después de haber salido a la venta. Pese a ser un juego pobre en contenidos en su lanzamiento, y contando con un plan relativo a contenidos adicionales algo extraño, lo cierto es que echando la vista atrás parece ser que a Nintendo le ha salido bien la jugada.
El juego se siente vivo. Hay más novedades en camino y los festivales que se celebran de forma mensual, en los cuales los mapas son nocturnos y hasta la música cambia, son otro aliciente más para no dejar el juego de lado. Quizás este último aspecto, el de los eventos y las novedades casi constantes, sea uno de los que más alegrías puede darnos ‘Splatoon’.
Pero no solo él, también muchos de los juegos que vamos a ver durante los próximos años. No son pocos los títulos que en la actualidad ofrecen a sus jugadores este tipo de ganchos que mantienen el corazón del juego bombeando sangre, como 'Animal Crossing' y sus fiestas, los juegos online con sus raids o el mismo ‘Hearthstone’ con sus peleas de taberna semanales, por poner solo tres ejemplos. Ganchos que le hacen a uno volver al juego constantemente a ver qué se cuece.
‘Splatoon’ es un juegazo con todas las letras y me gusta pensar que, dentro de unos meses, seguiremos hablando de él. En blogs, en foros y en nuestros grupos de amistades. No teníamos claro si Nintendo necesitaba meterse en el terreno de los shooters online o no. Parece ser que sí.
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