El otro día estaba jugando a Crackdown, tratando de cargarme al último jefe de los Shai-Gen cuando de repente vi algo que me resultó extrañamente familiar: una valla publicitaria de la película '300' en las calles de Pacific City. En perfecto castellano.

Me consta que el anuncio no siempre ha estado ahí. La ciudad está llena de vallas publicitarias. La mayoría son ficticias y anuncian algo relacionado con el argumento del juego, o son anuncios de coches Dodge bastante genéricos (no muestran texto ni nombres de modelos).

Sin embargo, en algunas partidas he observado lo siguiente: * La mitad de las vallas publicitarias muestran el anuncio de la película '300' * Las vallas de Dodge muestran los modelos de este año, con nombres y direcciones web * Las vallas electrónicas muestran texto cuando las miras (!) El texto suele estar relacionado con la puntuación en las tablas de clasificación de los amigos que tengas en Live!

Esto es lo que se denomina publicidad in-game (o in-game ad). Había leído mucho sobre publicidad in-game, pero nunca había sido víctima o partícipe de ella. Al menos de forma consciente. La publicidad de Dogde se ve mucho en los juegos de Ubisoft (Rainbow Six: Vegas, y GRAW2 están llenos de coches y vallas publicitarias de esta marca), pero nunca me había fijado si las vallas son dinámicas o estáticas.

¿Vamos a ver mucha publicidad in-game en los próximos años?

Pues parece que sí. Hace algún tiempo Microsoft compró Massive Inc, una compañía especializada en publicidad in-game. Los mecanismos de publicidad están incorporandose en todos los juegos, como Crackdown, Def Jam: Icon, MLB 2K7 y NBA 2K7, Ghost Recon Advanced Warfighter 2, Splinter Cell Double Agent, Need for Speed Carbono, y supongo que un largo etcétera.

Hace poco Google compró AdSpace Media, otra compañía dedicada a publicidad on-line e in-game. Con esto tenemos a dos grandes de la industria de software e Internet compitiendo por la publicidad. Hay quien incluso habla de la publicidad AdSense de Google dentro de los juegos.

¿Por qué es tan importante ahora la publicidad in-game para la producción de un videojuego?

Pues según las cifras, un videojuego con publicidad puede sacar entre un 15% y un 40% más de beneficio que si no la lleva. Según mi humilde opinión, esto es buena noticia para todos los gamers, pues juegos más rentables significa más y mejores juegos. Por otra parte, corremos el riesgo de convertir los mundos virtuales en reality shows, y perder parte de la magia. Si Pacific City ya no es lo mismo con el anuncio de '300', ya no digo nada si veo una valla de 'Volver', de Almodovar.

¿Cómo funciona la publicidad in-game?

Según lo que he investigado por ahí, hay tres pasos importantes:

cuando arrancas un juego y estás conectado a Internet, el juego se conecta a los servidores de publicidad y envía información básica de qué juego es, qué espacios tiene para anuncios, y de dónde eres. Para la información sobre el lugar de conexión no se utiliza información privada, claro, sino que se utilizan los datos de la conexión a Internet (dirección IP, etc)

una vez en el juego, y tratando de no afectar a la jugabilidad, el juego se descarga de los servidores las imágenes a publicar. Éstas se colocan en los espacios donde (en el caso de Crackdown) había anuncios genéricos o ficticios.

(este es el espectacular) al terminar la partida, el juego puede enviar al servidor de publicidad información de qué anuncios se han visto en el juego, durante cuánto tiempo han estado en pantalla, desde qué ángulo, qué jugadores lo han visto, etc.

De esto se extrae que la cantidad de información de vuelta que se puede obtener de una campaña publicitaria es enorme, y es algo nuevo que no se puede obtener por otros medios de publicidad tradicionales.

Lo siguiente que voy a hacer es meter un sniffer o monitor de red en el ordenador, y tratar de analizar el tráfico entre mi Crackdown y los servidores. Y lo que me voy a divertir...

¿y vosotros? ¿alguno ha visto otro publicidad in-game real en vuestras partidas?

Aquí dejo unas imágenes de mi sesión de Crackdown de el otro día