Destrucción masiva en esta joya retro de Rare que sigue siendo tan caótica y satisfactoria como hace más de 25 años. Juega a Blast Corps en Nintendo Switch Online

Destrucción masiva en esta joya retro de Rare que sigue siendo tan caótica y satisfactoria como hace más de 25 años. Juega a Blast Corps en Nintendo Switch Online

Uno de los mayores juegazos que recibió Nintendo 64 durante sus primeros meses

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Blast Corps N64

Entre tanto juegazo que no para de llegar a las tiendas actualmente resulta prácticamente imposible aburrirse, ya que no paran de salir a la venta títulos impresionantes de todo tipo de géneros y para todas las plataformas. Aun así, soy de los que de vez en cuando también le apetece echar la vista atrás y recordar viejos tiempos con grandes clásicos que me han hecho pasar grandes momentos y disfrutar de partidas que siguen perdurando en la memoria.

Durante estos últimos días he pasado varios momentos fuera de mi casa y uno de los títulos que me ha acompañado mientras he estado de viaje ha sido Blast Corps, una de las mayores joyas que publicó Rare hace más de 25 años, exactamente en el año 1997, y de los últimos trabajos que desarrolló para una consola de Nintendo, en el que una vez más se mantuvo la calidad tan asombrosa a la que siempre nos ha tenido acostumbrados la compañía.

Sin duda, es innegable que en la mítica máquina de 64 bits de la gran N llegaron a ver la luz varios juegazos imprescindibles de Rare, siendo este uno de ellos y que tenéis la oportunidad de jugarlo cuando queráis si estáis suscritos al pack de expansión de Nintendo Switch Online. A pesar de tener en mi colección la versión original, aproveché su disponibilidad en esta biblioteca digital para tenerlo más a mano, lo que me hizo recordar por qué le guardo un buen recuerdo y que hacía que me frustrase tanto.

La premisa de este juego de acción es muy simple, ya que nos narra que un camión rojo que carga unas bombas nucleares está en constante movimiento y no se puede frenar de ninguna manera. La situación es tan peliaguda que el mínimo contacto podría provocar una reacción en cadena que haría que estos contenedores explotasen al momento, reduciendo todo a su alrededor a cenizas, lo que se traduce como fallar la misión y tener que repetirla.

Es decir, cada una de las decenas de fases que se van desbloqueando cuentan con un temporizador oculto que en realidad lo marca la velocidad a la que se desplaza este peligroso camión. La trayectoria que sigue va prácticamente en línea recta, así que hay que abrirle paso a base de destruir cualquier edificio o elemento que pueda provocar una colisión tan fatídica, así que a su vez resulta un tanto irónico que quieras evitar la explosión a base de destruir todo lo que haya cerca.

Blast Corps 01

Pero claro, si lo hace uno mismo, no está tan mal visto. Es más, se podría decir que es hasta una experiencia un tanto satisfactoria, porque ver cómo los edificios se van viniendo abajo y los haces pedazos, con explosiones y efectos de por medio, es algo que a medida que vas superando fases te dan ganas de hacerlo de una forma cada vez más salvaje. Para ello tienes acceso a una amplia variedad de vehículos, entre ellos una excavadora, un pequeño coche de carreras, una moto que lanza misiles y tampoco faltan unos robots en forma de mechas que causan unos estragos bestiales.

Cada vehículo o máquina se controla de una forma diferente, lo que implica al mismo tiempo que no disponen de las mismas funciones y, por lo tanto, puede causar que la dificultad aumente más todavía o se vuelva más asequible. Por ejemplo, uno de los camiones tan solo es efectivo si derrapas y golpeas los edificios u obstáculos con su parte trasera, pero atinar con el giro puede ser demasiado complicado y en ocasiones hasta un tanto desesperante. De hecho, estas pantallas siempre han sido las que más me han costado con diferencia y a día de hoy las sigo teniendo una tirria descomunal.

Blast Corps 02

Además, en cada fase estás obligado a pilotar un vehículo o mecha determinado, entre ellos otro camión que necesita munición para arrasar con todo a su paso con sus compuertas laterales que sobresalen y se contraen, al igual que la moto necesita misiles para que sea efectiva. Aun así, no basta simplemente con destruir edificios como si no hubiera un mañana, porque en realidad el juego tiene su parte de puzles al tener que descubrir de qué forma puedes ir abriendo caminos rápidamente sin tener que destruir el escenario entero.

Esto conlleva que a veces haya que arrastrar explosivos, conducir trenes para transportar vehículos, utilizar grúas para trasladar materiales, ponerse a los mandos de un barco para surcar un río, etc. Sumando todos estos detalles se consigue que la experiencia se vuelva adictiva y estresante a partes iguales, porque la tensión que me ha generado siempre este juego es brutal, ya que siempre hay a la vista una flecha que te indica la dirección del camión con las bombas nucleares, cuyo color se va modificando cuanto más cerca esté de colisionar con algo.

Blast Corps 03

Por si no fuera suficiente, los temas de la banda sonora, que hay que reconocer que es simplemente sobresaliente, se van acelerando si estás cerca de fracasar en la misión. De todos modos, la dificultad va en aumento, algo que se nota considerablemente, pero nunca hasta el punto de ser injusta o imposible. Eso sí, ciertas fases requieren un esfuerzo enorme y en ocasiones un poco de prueba de ensayo y error hasta encontrar la mejor ruta o la manera más efectiva de realizar determinadas tareas.

Más allá de todo esto, el título cuenta con otro factor que logra que te enganche más todavía y hasta le otorga un buen toque de rejugabilidad. El motivo se debe a que cada fase dispone de medallas de oro, plata y bronce dependiendo de lo rápido que cumplas con el objetivo principal y también por llevar a cabo otras tareas secundarias, como iluminar las luces que hay por el escenario, salvar a todos los ciudadanos o localizar unos dispositivos que desbloquean niveles secundarios. Estos mismos se tratan de minijuegos contrarreloj de destruir ciertas estructuras o de dar varias vueltas en un circuito en el menor tiempo posible.

Blast Corps 04

A la larga, es fácil pasarse un buen puñado de horas a los mandos. Sobre todo porque tras superar una buena parte de la campaña principal llega el momento de viajar por la galaxia, así que los desafíos no paran de aparecer y volverse auténticos retos para los que busquen alcanzar el 100%. Algún día lo tengo que intentar, pero por el momento me conformo con haber revivido la época tan maravillosa que dejó Blast Corps tras su paso por Nintendo 64.

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