La legendaria batalla entre Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker en Star Wars: La venganza de los Sith nos regaló una colección inolvidable de momentazos. La dura lucha en Mustafar sigue siendo considerada como la mejor coreografía de espadas láser que se haya visto en la saga galáctica y con un desenlace icónico.
Y es que la frase de Kenobi advirtiendo a su aprendiz de que "la altura me da ventaja" ha sido grabada a fuego, ya que en su arrogancia el recién convertido Sith cometió un error fatal. Saltó por encima de su maestro para que varias de sus extremidades fueran cercenadas, lo cual lo dejó en un mal estado que se agravó con una serie de quemaduras casi mortales.
Ese el origen del icónico traje de Darth Vader, pero el videojuego de PlayStation 2 y el de Xbox nos permitió vivir una experiencia completamente distinta. Durante la campaña alternamos entre ambos personajes luchando en niveles, pero el combate de Mustafar podemos escoger a quién controlamos. Si escogemos a Skywalker y ganamos, veremos cómo la altura no le dio la ventaja a Obi-Wan.
Como vemos, en esta escena Anakin sí que logra saltar por encima del Jedi y no duda un segundo en atravesarle el pecho con el sable azul. Una vez que su cuerpo cae hasta la orilla de la lava, el Sith regresa a la plataforma donde aterrizaron las naves para encontrarse con Darth Sidious. Éste celebra la victoria de su aprendiz y le recompensa con su nueva espada láser, esta vez con el reconocible color rojo, al mismo tiempo que le recuerda que "la galaxia es nuestra ahora".
Mientras lo inspecciona, Anakin se decide a girarse y procede a acabar con Sidious, también atravesándole el pecho. El reciente Emperador muere, los Soldados Clon se encuentran confundidos sobre lo que deben hacer y Vader despeja cualquier duda asegurando que "no... la galaxia me pertenece". De esta forma deja claro que no queda nadie que se le pueda oponer y que el futuro de todos los planetas se encuentran bajo su designio.
En VidaExtra | Cómo hubiese sido la historia de Star Wars si los Soldados Clon tuviesen buena puntería: corta y una verdadera masacre