Ha llegado por fin el día en que se pone a la venta 'Super Smash Bros. for Wii U', un título llamado a ser uno de los grandes estandartes de Wii U y un nuevo capítulo triunfal en una serie que enamora a todo el que se acerca a ella. Y es que por muchos imitadores que le hayan podido salir a lo largo de los años, ninguna otra compañía ha sido capaz de acercarse mínimamente a los niveles de diversión sin límites y encanto desbordante que rodean a cada una de las entradas de saga.
Obviamente estamos ante un producto que ha ido evolucionando con cada iteración, pero que al mismo tiempo cuenta con una serie de características innegociables en el núcleo mismo de su diseño que definen una experiencia de juego absolutamente única, inconfundible y siempre fresca por muchos años que pasen. Voy a intentar ahondar en ello desgranando esos puntos clave que definen a la saga 'Super Smash Bros.' y que en mi opinión convierten a sus cinco entregas en absolutos imprescindibles para los amantes del videojuego sin complejos y en su máxima expresión de calidad.
Amor por tu propia mitología
Nintendo lleva años demostrando ser la compañía con más amor y respeto por su propia mitología, y al mismo tiempo la más capacitada para seguir explotándola comercialmente sin perder el interés del público. La saga 'Super Smash Bros.' es la quintaesencia de este modelo de negocio, sirviendo cada una de sus entregas como un constante homenaje a todo lo que esta factoría ha construido durante largos años, tanto en los frentes más conocidos (los Mario, Zelda o Pokémon) como en otros que se han visto revitalizados gracias a su paso por estas arenas de combate (los Fire Emblem, EarthBound o Kid Icarus).
Obsesión por el detalle
Mirar al pasado con nostalgia no es suficiente, también hay que saber hacerlo con cariño y buen gusto. Y eso lo demuestra esta franquicia mejor que nunca en los detalles que lo pueblan todo: cada escenario al que saltamos es una fiesta de referencias, cada objeto que utilizamos contra nuestros enemigos es un guiño entrañable, cada movimiento especial de los personajes encierra un recuerdo de otros tiempos. Quienes hemos crecido junto a Nintendo asistimos a un auténtico festival de la memoria.
El equilibrio de personajes no es divertido
Generalmente, los desarrolladores de juegos de luchas se preocupan por construir un elenco de personajes perfectamente equilibrado, donde cualquier contendiente se pueda igualar al resto en cuanto a fortalezas y debilidades. Pero 'Super Smash Bros.' demuestra que el equilibrio es imposible y encima es aburrido, así que en su lugar nos presenta a un montón de combatientes completamente desproporcionados, pero a la vez tremendamente divertidos de seleccionar. Pensad por ejemplo en comparar a Capitán Falcon con Jigglypuff y entenderéis a lo que me refiero; y sin embargo, lo mucho que uno se divierte eligiendo a este inofensivo pokémon rosa no tiene precio.
Ninguna otra compañía ha sido capaz de acercarse mínimamente a los niveles de diversión y encanto que rodean a cada uno de los capítulos de esta saga
Quién quiere barras de vida teniendo porcentajes
La forma en que se plantea la vida de los personajes en estos combates me parece una de las ideas de diseño más geniales de todos los tiempos. En lugar de la frustración que representa una barra que se agota, nos encontramos ese porcentaje que sube y que nos va haciendo más vulnerables a los golpes ajenos, hasta llegar un punto en el que un simple golpe de viento nos hará salir volando del escenario. Pocos momentos hay más excitantes que el de encontrarte a un rival por encima del 100% y ver a todos los luchadores corriendo en su dirección para darle el golpe de gracia, mientras él intenta agarrarse a la vida unos segundos más huyendo de plataforma en plataforma.
Están lloviendo objetos, aleluya
Los combates de 'Super Smash Bros.' ya serían divertidísimos por sí solos, pero cuentan con una capa adicional que representa el aliciente definitivo: los objetos que van cayendo al escenario y que aportan el toque de locura absoluta. Cuando entra en escena un bate, una estrella o una Bola Smash todo puede cambiar por completo, pero en mi opinión nada se compara al momento en que cae del cielo un martillo que garantizará a su poseedor una limpieza total y absoluta del escenario. Esa melodía inolvidable que suena puede ser un canto celestial cuando nosotros llevamos el martillo o una campana apocalíptica si es un rival quien lo tiene.
Cielo y tierra pasarán, pero estas mecánicas de combate no envejecerán
Si comparamos lo que ofrece la nueva entrega para Wii U con la original de Nintendo 64, es obvio que el paso del tiempo ha ido trayendo una gran cantidad de novedades a la serie. No obstante, los puntos esenciales de las mecánicas de combate siguen estando ahí invariables, como muestra de lo perfectamente bien pensados que estaban ya desde el primer momento. Fijaos si la cosa se mantiene firme, que al final los usuarios seguimos reclamando poder jugarlo con el mando de GameCube, porque con él ya se puede vivir la experiencia 'Smash Bros.' al completo y sin tener que sacrificar nada.
El multijugador que todo lo puede
Nintendo lleva años demostrando su maestría para construir multijugadores a la antigua usanza, de los de disfrutar en el salón, entre amigos y con los mandos cambiando de manos. Aquí podríamos discutir si el mejor exponente de esa categoría es 'Mario Kart' o 'Smash Bros.', pero en cualquier caso se hace evidente que estamos ante una saga pensada para ser vivida al máximo en compañía. No cabe duda de que la nueva entrega, que trae novedades tan bestiales como los enfrentamientos a ocho bandas, volverá a darnos auténticas tardes de gloria en las que nuestros mejores amigos se convertirán en enemigos a liquidar.
'Super Smash Bros.' cuenta con una serie de características innegociables en el núcleo de su diseño que definen una experiencia de juego única
Como quieras, cuando quieras
Una de las cosas que más me gustan de la experiencia de juego es la capacidad que tenemos para poder ajustar hasta el más mínimo detalle en la configuración de los combates: su duración, los criterios de eliminación si queremos aplicarlos, los objetos que aparecerán y a qué ritmo, el nivel de competitividad de las máquinas y un largo etcétera. Hasta el escenario que elijamos será fundamental para definir de qué forma queremos vivir la partida. Después de muchos años de jugar, yo ya tengo una serie de reglas consensuadas con mis compañeros habituales de batalla porque hemos detectado que son las que más nos divierten, y estoy seguro de que vosotros también habréis hecho lo mismo.
La acción no acaba en la arena de combate
La cantidad de minijuegos adicionales que rodean al modo principal es tan apabullante que podrían servir para crear un juego independiente entre todos ellos, y encima suelen ser tremendamente adictivos. Mirad por ejemplo el ya memorable Home-Run Contest, el Emisario Subespacial, el Break the Targets o las diversas versiones alternativas de los combates con objetivos especiales. Una auténtica fiesta complementaria que nos permite multiplicar las horas de juego por cientos.
Llamando al coleccionista que llevamos dentro
Y por último, un detalle que podría pasar inadvertido para quienes solo se acercan a un 'Smash Bros.' a pasar el rato dando tortazos, pero que viene estrechamente ligado al primer punto que comentaba en este artículo: el amor por todo lo que supone Nintendo viene representado de forma excepcional en los objetos coleccionables que cada entrega nos va ofreciendo. De todas las versiones, mi favorita fue la de los trofeos de 'Melee', pues era un verdadero deleite ver esa mesa virtual ir creciendo con todas las figuras que íbamos consiguiendo.
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