Hubo una época en la que hablar de videojuegos remitía a sprites enormes, pixels por doquier, consolas de potencia muy limitada, pequeños equipos de desarrollo sufriendo lo indecible para lanzar títulos que hoy podrían ser simples prácticas universitarias y que entonces eran un mundo, ordenadores grises, pantallas de tubo, mandos con cable… en definitiva, hubo una época en la que todavía éramos inocentes y disfrutábamos sin preocuparnos por tonterías como polígonos, shaders o calidad de texturas.
Tonterías que no vienen al caso pero que monopolizan debates estériles entre facciones enfrentadas. En esa época, pongamos que hace 16 años, un programa de Televisión Española decidía abordar la actualidad del mundo de los videojuegos de un modo relativamente serio. Los ancianos del lugar recordarán lo que bailaba en la parrilla televisiva, la incertidumbre de saber si lo daban o era sustituído a última hora por una película, a sus tres presentadores, a aquel plató lleno de figurantes y de chavales que jugaban o lo hacían ver. ¿Alguien recuerda el mítico Bit a Bit?
Yo había decidido ocupar el espacio libre de mi memoria cerebral con otras cosas pero facebook, que es muy malo y pone a tu disposición una infinidad de amigos con gustos parecidos, se ha encargado de recordármelo.
Bit a Bit | Primera parte
Guillem Caballé, Mauro Bravo y Ana Valieras. Los tres presentadores del show que se enfrentaban a secciones de diversa índole. Desde entrevistas a desarrolladores patrios, reportajes de videojuegos que acababan de salir, rankins, trucos, sección de preguntas y respuestas al experto…
Todo aderezado con pantalones subidos hasta los sobacos, pelos crespados, ordenadores enormes, entradillas al estilo Windows 3.11 y momentos absurdos como el de ir preguntándole a los chicos del público que están jugando si se divierten. Puedo explicaros de qué va… pero es mucho mejor que disfrutéis como enanos con este primer capítulo íntegro.
Bit a Bit | Segunda Parte
¡Qué recuerdos me acaban de asaltar! Paro ya, que me estoy poniendo tierno y si sigo así acabaré abrazando a Villalobos.
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