Jugamos a Total War: PHARAOH, o cómo SEGA ambiciona ofrecer el mejor juego de estrategia del año

¡Pero qué gustazo da ver colisionar ríos de guerreros en el campo de batalla! Lo fue en la exótica y misteriosa China, lo sigue siendo en universo de fantasía de WARHAMMER y lo será en Total War: PHARAOH. Te lo digo de primera mano: los primeros 50 turnos de la campaña con Ramses han sido apoteósicos. Al punto en el que la conquista (o la defensa) del Imperio Nuevo de Egipto se posiciona para imponerse como el mejor juego de estrategia de 2023. Y eso, se mire como se mire, ya son palabras mayores.

Porque, lo creas o no, hasta ahora el antiguo Egipto había sido uno de los pocos grandes imperios de la historia que todavía no habían recibido el glorioso tratamiento Total War de Creative Assembly. Y eso que el periodo abarcado (estamos hablando del año 1.200 A.C.) tiene todos los ingredientes necesarios para ser caldo de cultivo de apoteósicas batallas e intensos conflictos geopolíticos, siendo, a nivel de escenario, la manera como el Colapso de la Edad del Bronce.

De hecho, y esto es esencial, el título de la nueva entrada de la saga de SEGA es, a su vez, una declaración de intenciones: a diferencia de Total War Saga: Troy o Total War: Attila, centralizados en elementos muy específicos a nivel de contexto o centralizados en una figura histórica concreta, en Total War: PHARAOH nos postularemos a ocupar el lugar del faraón. Lo cual implica que además de los egipcios tendremos a nuestra disposición ejércitos hititas y cananeo y que, además, podremos moldear los acontecimientos y la sociedad. Si no somos arrollados por nuestros enemigos en el intento, claro.

Porque, como verás, en Total War: PHARAOH hay mucho, muchísimo que hacer más allá de mover tropas, gestionarlas y hacer que estallen colosales guerras en las que las unidades, el terreno y las condiciones son absolutamente cruciales. Pero lo mejor y más interesante es que, en muchos aspectos, el gran triunfo de esta entrega es cómo Creative Assembly ha abrazado el elementos sandbox subyacente y le ha dado un impulso especial. En parte, porque los registros conservados de esta época dejan un margen muy amplio al rigor histórico. Pero, sobre todo, porque como faraones tendremos un control absoluto del destino de nuestro pueblo.

La experiencia Total War que siempre ha funcionado, pero todavía mejor

La teoría y el contexto de lo nuevo de SEGA y Creative Assembly están muy bien planteados, pero ¿qué se aporta en lo jugable? De entrada ya te adelanto que no se puede ser imparcial al hablar de lo grande que es la saga Total War. Y posiblemente nadie que haya profundizado en ella lo sea: las batallas entre incontables unidades son apoteósicas y no tienen rival dentro de la estrategia en tiempo real. Total War: PHARAOH revalida esas sensaciones y, en el proceso, le da nuevos y acertados matices.

Pese a que las unidades que controlaremos tienen un aspecto general menos complejo que el visto en las entregas medievales o las guerras que transcurren en Asia o el Viejo Mundo, el grado de detalle de cada unidad es alucinante. Sin embargo, eso es solo rasgar la superficie: si a nivel visual y de presentación resulta una sorpresa, la adición en Total War: PHARAOH de elementos como el clima dinámico y cómo éste influye en las batallas y nuestra estrategia le da una nueva perspectiva al conjunto.

Desde las poses de cada unidad a la degradación de las armaduras, pasando por la manera en la que deben ser planteados los asaltos. Algo que, todo sea dicho, casa de maravilla con nuestro papel y la estrecha relación cultural que hay en torno a la voluntad de las deidades. Y ojo, que la religión es determinante en este Total War.

Si bien, como comentamos, los registros para documentar muchos de los acontecimientos son los que son y se ha trabajado sobre lo que se ha logrado conservar, Creative Assembly juega con maestría sus cartas ampliando el rango de libertad del jugador a la vez que ambiciona ser lo más riguroso posible al contexto histórico, la situación y los intereses de cada una de las ocho facciones a las que tendremos por delante.

Ejércitos poderosos, desde luego, pero cuyo éxito e intenciones siempre reposarán en la manera en la que nosotros nos adaptemos al concepto de sandbox de esta entrega.

Los dos pilares centrales de Total War: PHARAOH: el sandbox y la libertad

La gran seña de identidad de Total War: PHARAOH frente a las entregas anteriores será la flexibilidad que se le dará a los jugadores. Esto no es tanto una novedad, sino una declaración de intenciones y una evolución de la fórmula de Creative Assembly. Es más, una vez elijamos el personaje central de nuestra historia, Total War: PHARAOH nos ofrece diferentes vías de alcanzar previamente el poder, pero antes de comenzar tendremos la posibilidad de acomodar ciertos aspectos de la historia a través de opciones de personalización de partida.

Dicho de otro modo: si bien no se ahonda tanto en la fidelidad de los acontecimientos, por motivos lógicos, es exactamente lo riguroso con que se debe esperar de un juego de Total War, aunque se hereda y expande esa sensación de darle más margen al jugador de Total War: Three Kingdoms ese esta entrega. No solo a través de gestionar la dificultad, sino a la hora de decidir en qué clase de faraón deseamos convertirnos. Si la cosa sale bien, claro.

El objetivo está claro desde el principio: darle al jugador la posibilidad de dar forma a su propia historia y, desde el principio, acomodarla a la experiencia de juego que desea encontrar. Con la premisa de tener que acomodarse a un escenario dinámico con un clima que, con la suficiente experiencia, deberemos aprender a usar en nuestro favor. Tanto si deseamos crear un Egipto próspero como si sencillamente queremos arrasar con nuestros enemigos.

De hecho, en los 50 turnos que jugamos como Ramsés tuvimos margen para experimentar enormemente las posibilidades del juego empezando como un mero aspirante al poder. Aunque, como ya te comenté, al final siempre tendí hacia lo que más me gustaba en Total War: esas apoteósicas batallas. Mover ejércitos enteros y, ya puestos, enfrentarme a los enemigos, el clima y la voluntad de los dioses.

Quizás, de cara a la versión completa de Total War: PHARAOH, me plantee una vida un poco más tranquila y diplomática. O no. Lo que está claro es que no pienso renunciar a esa epicidad tan característica de la saga. Todavía menos, cuando hay una apuesta tan fuerte por que lo haga todo a mi manera.

Un nuevo amanecer para la saga Total War

Nuestras impresiones de cara a Total War: PHARAOH son tremendamente positivas. Al punto en el que nos cuesta imaginar otro aspirante a nuevo juego de estrategia más ambicioso y épico en lo que resta de 2023. Ya te adelanto que ninguno ha aparecido en estos nueve meses. Pero, claro, lo cierto es que incluso con 50 turnos jugados es imposible no sentir que uno solo ha visto la punta de un enorme iceberg.

Todo aquello lo que nos quedó por descubrir, lograr y pelear, incluido sus experiencias multijugador, serán debidamente tratados de cara a su lanzamiento. Y lo mejor de todo es que no tardaremos demasiado en echarle el guante: las tres ediciones de Total War: PHARAOH llegarán a PC (en la tienda de Epic Games Store y también Steam) el próximo 23 de octubre de 2023. Y ojo, que las reservas incluyen un acceso anticipado que arranca este mismo mes con 60 turnos.

Es incuestionable que SEGA y Creative Assembly saben hacia qué dirección llevar la saga Total War. Saben exactamente lo que quieren y buscan sus fans. La temática de Egipto y su ambientación es rica en contexto y posibilidades. La pregunta, tras sumarlo todo se formula sola, ¿es el mejor juego de la saga? Quizás sea temprano para contestar, pero por lo pronto ya te adelanto que Total War: PHARAOH es cita obligada para los enamorados de la estrategia en tiempo real.