El procesador Cell es el corazón de PlayStation 3. Un procesador multinúcleo compuesto por 7 unidades de proceso independientes que, junto al lector de Blu-ray, proporcionan a Sony su ventaja competitiva para la nueva generación.
Desgraciadamente, su desarrollo ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para la empresa japonesa, costando por si sólo la friolera de 1.700 millones de dólares.
Aunque el procesador era una apuesta de futuro de Sony más allá de su consola de nueva generación, finalmente sus directivos han tomado la decisión de abandonar su desarrollo, vendiendo su participación en las plantas de fabricación a Toshiba, uno de sus socios comerciales en el proceso.
Esto proporcionará a Sony unos ingresos de 860 millones de dólares de cara al año fiscal que concluye en marzo de 2008.
Junto a IBM y Toshiba, Sony ha estado investigando tecnologías de 45 y 32nm para sustituir al procesador, que actualmente se fabrica a 65nm (tras la mejora del modelo original de 90nm). Sony aún se encuentra en negociaciones con IBM y Toshiba sobre las condiciones finales del acuerdo y la fecha de su salida del proyecto.
De todas formas, tanto IBM como Toshiba han confirmado que continuarán produciendo los chips, así que los poseedores de una PlayStation 3 puede respirar tranquilos.
Sony ha decidido retirar su participación en el proyecto para centrarse en la fabricación de sensores CCD y CMOS para cámaras digitales, proceso en el que invertirá aproximadamente 720 millones de dólares en los próximos tres años.
Sólo cabe preguntarse por qué, después de tanto esfuerzo, tiempo y dinero dedicados al proyecto, Sony haya tomado la determinación de abandonar a su procesador estrella cuando todavía empieza a mostrar su verdadero potencial. Quizá hayan decidido que su negocio no son los microprocesadores, y hayan preferido librarse de los quebraderos derivados de estar inmersos en su proceso de fabricación.
Vía | Gamespot
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